"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

30 de octubre de 2008

Creadores sin verso: los grupos que llenan de poesía las calles


Unos colgaron poesía en la plaza: ataron sogas de un árbol a otro y las ocuparon con sus escritos y los de otros 40 poetas que se engancharon en la convocatoria. Lo hicieron dos veces a finales del año pasado y otra vez este año. Además, reincidirán en noviembre. Se llaman Colgada de Poesía.
Otros empezaron a juntarse a leer sus poesías sin presión de un maestro o guía que les dijera qué estaba bien ni qué estaba mal.
Eran cuatro o cinco en una casa y cuando se largaron a hacer un recital en público se encontraron con que eran casi cien personas las que querían escuchar. Y leer.
Le pusieron a su grupo El hombrecito de jengibre.
Y hay más. Poetas y cantautores se reúnen una vez por mes en un evento que fue bautizado como Aguas internacionales en el Centro de Cultura y Comunicación.
Los referentes de tres grupos de jóvenes poetas locales que producen encuentros con la poesía desde sus originales y particulares visiones contaron sus experiencias a Diagonales. Ellos son Verónica Rodríguez y Facundo Saxe, de Colgada de Poesía; Lucía Alabart Lago, Cintia Fernández Martínez y Matías Massarella, de El hombrecito de Jengibre, y Pablo Nardo, de Aguas Internacionales.

INTERVENCIÓN. La Colgada nació a partir de una experiencia internacional. Una amiga de Facundo, que vive en Alemania, pasó una temporada en La Plata con la idea de imitar una performance de las plazas de Berlín. "A partir de esa idea, de algo así como poner un puestito, nosotros decidimos tomar la plaza", contó Facundo. La primera experiencia fue noviembre 2007 en Plaza Italia.
Verónica, Facundo y otros cuatro amigos trabajaron toda la madrugada para que las sogas no interrumpieran el paso de las personas y que, al mismo tiempo, estuvieran a una altura que pudieran ser leídas, tomadas y guardadas por los caminantes. Cuando volvieron a la plaza al mediodía, encontraron su obra totalmente destrozada: "Las poesías habían sido arrancadas con bronca, pero enseguida nos pusimos a hacer más copias y las pegamos a la tarde", dijo Verónica.
El grupo intuía que había gente interesada en leer poesía y no iba a darse por vencido así nomás. Los destrozos no eran más que parte de lo que podría pasar con la intervención, por lo que se lo tomaron con calma e insistieron, no sólo ese mismo día, sino en diciembre y en abril, en diferentes espacios públicos de La Plata. Primero Plaza Italia y luego Plaza Islas Malvinas.
Para sumarse a La Colgada sólo hay que ponerse en contacto con el grupo, vía mail o blog. "Varios armaron sus blogs personales a partir de nosotros, pero también hay gente que no quiere que le subamos sus poemas a Internet, sino que sólo quiere participar de los eventos en las plazas", explicó Facundo.
Verónica aseguró que la cosa funciona: "Cada vez que vamos a la plaza para ver qué pasa nos encontramos con que la gente se detiene a leer y muchos se llevan un poema".

JENGIBREANOS. Los creadores de El hombrecito de Jengibre son estudiantes de literatura que no querían un taller pero empezaron a juntarse para ver si podían hacer "algo" o, paradojas, para encontrar un lugar en el que encontrarse. Ese algo terminó por ser un grupo que se junta a leer poesías y puede reunir a casi un centenar de escuchas.
"Cuando nos encontramos no es para escribir, sino para leer", dijo Matías. "El grupo nació para darnos un lugar y no con la idea de mejorar nuestra escritura", agregó.
Los jóvenes poetas reconocieron que no dejan de analizar lo que escriben, pero que eso no es lo más importante en el grupo. "Es bueno escuchar una devolución, pero no de la forma", explicó Lucía. Matías sumó: Te faltaron tres versos en decasílabos, usaste muchos adjetivos". "El análisis surge de las cosas que están escritas, no de un molde", agregó Cintia.
Cuando decidieron dejar sus casas para hacer un evento, eligieron La bicicletería, un centro cultural que hace un año se formó en el barrio Hipódromo.
Si bien hubo alguna experiencia similar a la de ellos en La enseña de las tres ranas o en Bukowski, todos "los que vinieron al evento nos dijeron que nunca habían ido a un recital de poesía".
La lectura fue el 28 de junio, una noche de neblina que hacía temer un rotundo fracaso. Sin embargo, casi cien personas se acercaron a La Bicicletería, que contó con la banda Nenufarte, el grupo fotográfico Specere y micrófono abierto para que el público leyera su poema.
Aunque tienen blog, el espacio en Internet nació después del primer recital de poesía y mucho después de que cada uno de los integrantes de El hombrecito... desarrollara su propia versión web, por donde promocionaron el evento.

INTERNACIONALES. Aguas Internacionales se dio de manera azarosa. Nardo pasó por el Centro de Cultura y Comunicación y mientras tomaba una cerveza preguntó por la posibilidad de tocar ahí con su proyecto solista.
Le dijeron que sí, pero no sabían en qué contexto invitarlo. Así nació la idea de hacer un evento que contuviera a otros cantautores e incluyera a poetas.
Una cosa llevó a la otra y surgió lo que podría definirse como "un ciclo abierto en donde se invita a la gente a subir a escena y hacer uso del micrófono no sólo para cantar o leer, sino también para tirar alguna propuesta o improvisar", según explicó Nardo a Diagonales.
"La idea es generar un espacio mensual en donde cada cual pueda ir a disfrutar y a participar con lo que sepa. Por ahí ocurre que hay muchos músicos dando vueltas, quizá tocando en bandas o en orquestas y que en su intimidad tal vez componen canciones, o escriben poemas, y eso tal vez no suelen mostrarlo. Entonces pueden venir, subir y tocar dos temas o leer algo, un material que en otro contexto no vería la luz".
El evento suele contar con dos o tres números que le dan una forma. Dice Nardo que "luego allí la cosa se articula diferente, según lo que vaya pasando".
Al igual que los otros grupos, Aguas inernacionales no discrimina. No tiene una estética muy marcada ni excluyente y tampoco, al menos por el momento, un desarrollo estético particular.
Sólo se genera el espacio para actuar con un mínimo de cuestiones. Hay escenario, hay micrófono y hay público. Aunque este último no siempre está dispuesto a escuchar: "A veces se generan discusiones porque viene mucha gente y no todos están atentos a lo que pasa en escena".
Nardo muestra la temática que se maneja en los epectáculos: “Podes subir y bajarte los pantalones, como ocurrió en el primer Aguas.... Si la gente aplaude, alienta o tira cosas..., bueno, bancátela".
Y agrega que "el evento se desenvuelve solo y suele durar hasta las seis de la mañana, con gente que sigue subiendo a cantar o decir algo, hasta que nos echan".

27 de octubre de 2008

Homebrew

Viernes por la noche. La entrada promete cerveza hecha en casa, arte y performance. El lugar es una vieja casa chorizo que fue cediendo espacios de pasillos y fondos para la construcción de departamentos. Parece que es, o será, un centro cultural. El piso es de madera y también el cielo raso, pintado de negro para que no se note la falta de mantenimiento de los últimos… digamos… 20 años. Del patio queda un pequeño espacio de baldosas que hay que cruzar para ir a la cocina. Y al baño. De ese lado de la diagonal 74 no se nota la cercanía de la terminal de micros.
Homebrew beer: la gente se amontona frente a la barra improvisada en la entrada de la cocina para poder probar la cerveza de diferentes colores. Se siente el retrogusto amargo de la negra y el sabor a levadura autodializada de la rubia, pero la roja no está mal. Igual, propios y extraños festejan la creación, la diferencia, la autenticidad. No se sabe si los dueños de la casa crearon esta cerveza por un supuesto inconformismo gustativo o por cierta rebeldía contestataria. Nada de eso, parece, porque cuentan al micrófono que no sabían qué hacer de sus vidas cuando se les ocurrió fabricar una cerveza. Se ríen. Parece que es porque consideran que eso no es laburar. Y porque se suponía que debían invertir 6.000 pesos en barriles, pero ellos fabricaron en una olla de 160 pesos. O así empezaron, eso dicen.
Termina el discurso y surge en escena la banda. Arte y performance, dice la tarjeta. Cinco chicas y un chico hacen sonar sus instrumentos en medio de un desconcierto sonoro indecible, que no se merecen ni ellos ni nosotros. La banda parece ser lo único irreverente y auténtico de la noche, pero el sonido no da ni para un trovador.
Corre la madrugada y la gente difruta lo que le pegó de la cerveza y baila como si estuviera en un cumpleaños de 15. Lo único serio es marcharse, aunque aún falta que toquen los tambores.

21 de octubre de 2008

Crimen por omisión


Por Juan Rezzano

Ayer a la mañana, los canales nacionales de noticias se escandalizaban con el caso del chico de 12 años que murió por las puñaladas de un pibe de 14. Se escandalizaban los conductores del noticiero de Canal 13, que daban cuenta del trágico saldo de una "pelea de bandas". En La Plata, en cambio, el episodio fue el emergente más dramático de un problema conocido. Harto conocido. Pero sin resolver.
El 4 de marzo de este año, hace ya siete meses y medio, Diagonales publicó la primera foto de los pibes poxi. A las tres de la tarde de un día infernal, cinco chicos de entre 12 y 15 años inhalaban pegamento en diagonal 74 entre 47 y 48. Estaban en las nubes, los pibes. Y le pidieron al fotógrafo Nicolás Acuña que les sacara. Esa foto fue una suerte de bautismo. El día mismo del alumbramiento del diario, la redacción se sentía dolorosamente movilizada.
Las primeras averiguaciones, que dieron lugar a la primera nota en profundidad sobre el drama de los pibes de la calle, arrojó que 90 niños-púberes-preadolescentes vivían en las calles sólo del microcentro. Noventa. ¿Son muchos? Fue la pregunta que disparó la discusión. Unos que sí, otros que no. Pero todos de acuerdo en una conclusión: para el Estado, a los efectos de un plan para sacarlos de la calle, no eran tantos. Una cifra aparentemente manejable. Y ni hablar de veinte, que son los que paran en plaza San Martín, entre la Legislatura y la Gobernación.
A contramano del reduccionismo de otros medios, que encierran el problema en la crónica policial amarilla y furiosa, desde aquella primera foto, Diagonales ha intentado entender el fenómeno en toda la dimensión de su complejidad. Ha consultado trabajadores sociales, sociólogos, psicólogos, médicos toxicólogos, especialistas en adicciones, funcionarios de la Justicia de Menores, funcionarios de las áreas gubernamentales de acción social y policías. Y ha intentado explicarlo como tal: la problemática de chicos empujados al dramático doble rol de víctimas y victimarios.
Para tratar de entender y tratar de explicar, Diagonales recurrió a las herramientas fundamentales del periodismo: la curiosidad, la duda y las preguntas. Se preguntó por qué esos pibes están donde están, por qué llegaron hasta ahí, por qué se matan con el poxi, qué les hace en la cabeza, quién se los vende, por qué se rajaron de sus casas y prefieren la calle, por qué se rajan de donde los lleven, por qué roban, por qué meten miedo. Hurgó en sus historias y encontró abandono, violencia, hambre, frío, trabajo esclavo, humillación. Diagonales se preguntó y se pregunta si tuvieron margen para elegir otra cosa.
Y le preguntó a la Policía y la Policía dijo que no sabe qué hacer; que los mete presos varias veces a la semana y los larga a las dos horas. Diagonales contó la preocupación de las autoridades de Seguridad, que carecen de herramientas legales para evitar que los pibes sigan robando y metiendo miedo en la plaza.
Este diario le preguntó a la Municipalidad qué hace al respecto y sus autoridades balbucearon inconsistencias y acusaron falta de recursos. También le preguntó al gobierno de la Provincia y encontró una sincera preocupación y también algunas promesas de un plan y unas acciones urgentes para poner a los chicos a resguardo y, también, a los terceros a resguardo de ellos. ¿Qué tal juntos, la Comuna y la Provincia?, preguntó Diagonales. Hubo algunas reuniones…
Pero la única verdad es la realidad. Y los pibes siguen ahí, jugando el dramático doble rol de víctimas y victimarios.
Siguen en la plaza, quemándose el cerebro con el pegamento, inhalándose la vida en cada bolsa. Siguen consolidando su destino de violencia, de balas, de cárcel, de sida, de muerte prematura. Siguen cultivando el veneno del resentimiento. Siguen perdiendo el sentido del bien y del mal. Y siguen alimentando el desprecio por la vida. Por la propia y, claro, por la ajena.
Uno de ellos ya mató. Y otro pibe, un niño de 12 años, ya murió. Pero, otra vez: la crónica policial no alcanza para explicarlo todo. El chico no murió sólo por las heridas que otro le infligió con el cuello de una botella. La pasmosa pasividad del Estado hizo también lo suyo. Porque, a veces, la omisión mata.

Juan Rezzano es secretario de redacción del diario Diagonales

19 de octubre de 2008

Dos bandas de rock platense


Se habían escuchado y se habían gustado. Pero no se conocían ni se vieron nunca en vivo. Kubilai Medina, de Mostruo! y Tomás Vilche y Werner Schneider, de La patrulla espacial se reunieron una tarde en un café platense para hablar con Diagonales.
- ¿Por qué nos juntaron?-. Preguntó Werner.
- Pensamos que las dos bandas tienen una onda de los ´70. Y… no sé, tal vez sea nuestra necesidad periodística de meter todo en cajitas, de etiquetar. ¿Ustedes no creen que suenan como sonaba aquel rock?
- Si, puede ser-, concedieron los tres.
- ¿Y cómo es que llegan a ese sonido?
- En nuestro caso fue de casualidad-, explicó Kubilay.
- Nosotros también-, afirmó Tomás.
- No es que tengamos un complejo de Edipo, ni que querramos imitar a los padres del rock. Nos sale así-, dijo Werner.

Y ahí aparecen, como tirados sobre a la mesa del Nativo bar, las coincidencias entre los unos y los otros, como el sonido y cierto aire irreflexivo, no sólo en las letras, sino también el toque visceral que le imprimieron a sus bandas. O esto de haber llegado a un cierto sonido que remite a los ´70 sin haberlo pensado ni planeado.
Cuando Kubilai y Luciano Mutinelli decidieron formar una banda pensaron que iban a tocar reggae. Otros proyectos los acercó a Lucas Finocchi y cuando se decidieron a formar el grupo llamaron a Luciano Mutinelli, hermano de Federico y fanático de la música jamaicana de raíces tribales. Hacía 11 años que Federico había dejado de tocar y tampoco tenía planes de hacerlo. Igual, su hermano le metió presión hasta que no le quedó otra que aceptar. "Nos dijo que era re fana del reaggae pero que no le gustaba tocarlo. Y nos propuso hacer punk… nos juntamos una vez y después… nos seguimos juntando", contó Kubilai.
La banda ensayó seis meses sin nombre, hasta que surgió Mostruo! por pura casualidad.

- Pensando en los porqués de las dos bandas juntas en una nota, en los sonidos de los ´70, también se aparecieron los nombres. El primer monstruo del rock nacional es de Pescado Rabioso (El monstruo de la laguna, del disco "Desatormentándonos", de 1972.) ¡Pero evidentemente no viene por ahí!
- Es cierto (risas) pero no lo pensamos. Tocamos seis meses sin nombre, hasta que un día alguien preguntó a un amigo: "Che, ¿escuchaste la banda de éste monstruo?"… y nos gustó como sonaba-, reveló Kubilai
- ¿Y Patrulla espacial? Porque si bien puede sonar a lo más moderno de la banda, a lo sónico que tiene, también te hace acordar a las primeras series del espacio, al doctor Spock, de Viaje a las estrellas.
- También nos gustó como sonaba. No fue muy pensado, lo nuestro es carnal, sanguíneo, explicó Tomás.
- Nos sonó el nombre-, coincidió Werner.
- No somos pop. No daba para llamarnos Patricio Rey y los redonditos de ricota. O Don Lunfardo y el Señor Otario… No somos electro pop… no sé. Dió La patrulla espacial-, coincidieron.

La patrulla… fue un quinteto formado por Tomás, Werner, Lucas Borthiry, Tulio Simeoni y Shaman Herrera, quien dejó la banda a principio de este año, cansado de fracasar en sus intentos por que su guitarra acústica suene entre las eléctricas, los bombos altos de la batería y el bajo a full. Y ahora, La Patrulla… es un cuarteto.
Las dificultades para trasladarse y los constantes problemas que les generaba tocar con varios pedales, porque "siempre hay alguna ficha que funciona mal", hicieron que decidieran abandonar los efectos y cierta complejidad que pretendían de la música que tocaban, y que trabajaran su sonido directamente desde sus equipos valvulares, lo que los hace sonar "setentosos".
A diferencia de Mostruo! cuyos integrantes son de La Plata, los cuatro integrantes de La patrulla… tres son de Comodoro Rivadavia y uno (Lucas) de ¡Tierra del Fuego!.

- Qué les hizo hacer tantos kilómetros para venir a La Plata.
- Vinimos a estudiar. Algunos composición, otros mezcla, sonido en vivo,- contó Tomás.
- Pero la banda es platense ¿ La patrulla… se formó acá, cierto?
- Si. Nosotros ya tocábamos juntos desde los 14 años. Y siempre anduvimos cruzándonos con otros cinco o seis músicos de Comodoro, pero La patrulla nació en La Plata.
- ¿Qué les cambió la mudanza?
- Acá cada banda tiene su propio sonido. La gente hace su propia música. Tienen su identidad. No hacen covers. Allá tocábamos con otros cuatro grupos y ¡dos de ellos tocaban temas de Héroes del silencio! No uno, sino dos-, reveló Tomás.
- Y los cantantes de las dos bandas estaban re compenetrados con (Enrique) Bumbury-, sumó Werner.
- En La Plata, además, a diferencia de Buenos Aires, hay más diversidad, más intercambio. El rock o la música no son uniformes. En Buenos Aires son más tribu. Más un estilo. Y todo se hace más monótono-, describió Tomás.
- Igual –intervino Kubilai-, son épocas. Ahora, como en los ´90 con Peligrosos (Gorriones) o Las Canoplas, hay una efervescencia creativa. Pero después resurgieron las bandas de covers y ahora es al revés y están relegadas.
- Todo cambia con la posibilidad tecnológica de grabar-, coincidieron, otra vez.

Mostruo! y La Patrulla… tienen sus discos en plena producción. La banda de Kubilai ya tiene, incluso, fecha para presentarlo en vivo: el 8 de noviembre. "Suponemos que a fin de mes ya lo tendremos en nuestras manos. Ahora está en la fábrica", reveló el cantante. Los chicos de La Patrulla… todavía están en la etapa de mezcla, pero pronto su trabajo entrará también a fábrica. En sus discos, más o menos sónicos, con cierto sonido de los ´70, las dos bandas tienen canciones con una energía que remite al vivo. Y en vivo se encontraran muy pronto. Kubilai va a verá esta tarde a La Patrulla… en la plaza Islas Malvinas y luego habrá un intercambio de llamados telefónicos para que las dos bandas se encuentren sobre el escenario.


Influencias
En su larga lista de influencias, La patrulla espacial reconoce a las siguientes bandas y solistas: Pappo's Blues, Syd Barrett/Pink Floyd, La Cofradia de la Flor Solar, Spacemen 3, La Pesada, Los Gatos, Suicide, Hawkwind, Ratones Paranoicos, Jon Spencer Blues Explosion, Almendra/Pescado Rabioso, Acid Mothers Temple & the Melting Paraiso UFO, Cuero, Led Zeppelin, David Bowie, T-Rex, Motorhead, Jesus and Mary Chain, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Rolling Stones, Riff, Daft Punk, Aphex Twin.
Los Mostruo!, en tanto, han preferido nombrar a "todo el rock... algo del pop... poco del blues... cachitos del funk... pedacitos del punk... gotas de melódico... y mucho de dodecafónica".

Una conexión con la tecnología
Por el lado de Mostruo! Son varias las posibilidades de conocer a la banda por internet. La larga lista de vínculos incluye las siguientes direcciones: http://www.mostruo.com.ar, http://mostruoataca.blogspot.com, http://www.fotolog.com/mostruo_ataca/, http://www.purevolume.com/mostruo, y http://www.myspace.com/mostruo.
Por el lado de La patrulla…, en tanto, la página de la banda es www.myspace.com/lapatrullaespacial. Aunque Tomás Vilche creó un sello virtual al que llamó Mandarinas Records en donde no sólo se puede bajar gratis el disco de La Patrulla… sino también de otras bandas argentinas. La dirección es: http://mandarinasrecords.com.ar/

15 de octubre de 2008

El fotógrafo de Perón


Se acomoda los anteojos con una mano, tomándolos entre el índice y el pulgar, como si estuviera haciendo foco. Y es un gesto que se imagina repetido una y mil veces en la historia de vida del hombre, que está a punto de festejar los 88 años y que fue, entre 1948 y hasta 1974, el fotógrafo personal del teniente general Juan Domingo Perón.
Antonio Pérez nació en 1920 en Castelli, en la provincia de Buenos Aires, donde comenzó a tomar fotografías. “Siempre trabajé duro. Mi vida fue siempre trabajar y trabajar. Y aprendí solo, a fuerza de poner plata, de hacer fotos y tirar papeles. Hasta que en el ´48 me fui a Buenos Aires, porque me quería perfeccionar”, contó el hombre a Diagonales. En Buenos Aires, Pérez hizo la primera fotografía oficial de Héctor Cámpora como presidente de la Cámara de Diputados de la Nación. Pronto se convirtió en su amigo y accedió a la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la Nación. Su objetivo comenzó a perseguir entonces al General Perón, de quien se convertiría años después en fotógrafo personal.
Durante los años en las presidencias, Pérez tomó algunas de las fotos más emblemáticas de Perón. Hay una en el balcón, con su sobretodo cruzado cerrado hasta el cuello y el gesto típico de las manos en alto, desplegadas como en una despedida. Y otra en lo que parece ser el jardín de la Casa Rosada, con Perón vestido con un ambo de verano, saco oscuro y pantalón blanco a los tobillos, posando con una sonrisa. Otra con Evita, en una gala del Teatro Colón, con la banda presidencial cruzándole el pecho. Y aquella que lo muestra en pleno relevamiento de tropa, durante los festejos por el Día de la Independencia, montado sobre su caballo “El Mancha”.
“En 1972 me convertí en el fotógrafo personal de Perón. Cuando vivía en Gaspar Campos yo me pasaba todo el día con él. Incluso una vez que tomaba las fotos de alguno de sus encuentros, él me pedía que me quedara en la sala, que lo acompañara”, explicó.
La cercanía a Perón, sin embargo, no lo hizo meterse en la vida política de manera directa, sino sólo a través de su oficio. “Cumplía con mi trabajo como fotógrafo, porque nunca me metí en política”, reveló a Diagonales.
Lo que a Perón le gustaba de su fotógrafo es que le podía hablar de perros. A Pérez la cara se le ilumina aún hoy al hablar de Tago, su boxer múltiple campeón.
En La Plata, algunas fotos de Pérez quedarán expuestas en el Salón Dorado, en el primer piso de la Municipalidad, aunque la muestra “El general Perón y los políticos argentinos”, que otros se empeñan en llamar “Instantáneas del pasado reciente”, estará expuesta en el Centro Cultural Islas Malvinas durante el mes de noviembre.
Pérez, además, tiene otra exposición, que armó con lo que fue la primera expedición fotográfica sobre la Antártida Argentina. “La hice durante cuatro meses, entre el 53 y el 54, a pedido del general Hernán Pujato, que estaba a cargo del Instituto Antártico Argentino”, contó.
Si alguien se acerca a saludarlo, Pérez le toma las manos y lo mantiene cerca. Si lo dejan solo, él mira con curiosidad y charla con Liliana, la mujer que lo acompaña hace 15 años, le organiza su agenda y las exposiciones. Mientras espera que Pablo Bruera llegue al acto en el que lo van a homenajear, una chica se acerca y le pide un autógrafo. El accede encantado. De pronto, levanta la mano derecha y llama, disimulado, al fotógrafo de Diagonales, Alberto Direnzo.
-Vos trabajás distinto a todos los demás, ¿me podrías mandar las fotos?- pregunta, mientras saca del bolsillo interior del saco una tarjeta personal que dice: “Antonio Pérez, Fotógrafo personal del Tte. Gral. Juan D. Perón”.

13 de octubre de 2008

Alarma mundial por el crack de los mercados


Crisis mundial por la ausencia de democracias verdaderas y participativas. Debate internacional para propiciar relaciones igualitarias, solidarias y pacificas entre las personas, las etnias, géneros y pueblos. Unánime condena a todas las formas de dominación o de sumisión de un ser humano a otro, de una etnia a otra, de un género a otro, de un pueblo a otro.
Debaten y articulan los países del mundo estrategias para terminar con el hambre a partir de la creación de economías soberanas por y para los pueblos, defendiendo los bienes comunes de la tierra.
Acuerdan los líderes del planeta la defensa irrestricta de los Derechos Humanos y la dignidad para crear un mundo justo e igualitario, que respete la diversidad, la pluralidad y las identidades.
Coinciden presidentes y primeros ministros en la necesidad de construir un orden democrático internacional con pueblos integrados en paz, desmilitarizados.
Crack, crack, crack. El crack sólo es financiero. "Un tipo especial ese Superboca, experto del re-mundo actual. Quiso ir a Nueva York (quiso ir a las series) quiso deslizar patés. Le hizo ¡crack! ¡crack! el hueso al final, ¡qué ruido! ¡crack! ¡crack! ¡crack! (hasta astillar...)"...
Hoy es día 13 de octubre de 2008 y lo cierto es que los 185 países que integran el Fondo Monetario Internacional acaban de respaldar el megaplan del grupo de los siete países más poderosos del mundo para asegurar la estabilidad de los mercados. La Unión Europea lanza rescate bancario. El Banco Mundial anunció que ayudará a los bancos de países “pobres”, o al menos lo estudia. "Es la peor crisis en mis 50 años como banquero", dice el Presidente de Citibank, y el de BMW se muestra optimista pese a la crisis. Mi vecino hace fila en calle 7 para comprar dólares. El siempre compra dólares cuando suben. Y los vende cuando bajan.

8 de octubre de 2008

Estelares, la banda de acá


No era lo que estaba pautado, pero por esas cosas de las grillas, Estelares terminó tocando después de los hitazos de Los auténticos decadentes y preanunciando las canciones con las que iba a cerrar la noche Andrés Calamaro. "Estábamos un poco nerviosos", reconoció Manuel Moretti a Diagonales. Los platenses abrieron su concierto con Camas Separadas y desandaron luego su historia reciente con temas de Ardimos y Sistema Nervioso Central (SNC).
"Ya tocamos en un montón de festivales. Y en Cosquín, en 2003, tocamos con la Próspero Molina a full. Pero nunca lo habíamos hecho ante lo que se venía anoche, con un montón de fans de Estelares en primer plano y 30 mil personas que tiraban la mejor", describió Moretti.
"Los aplausos y el griterío del público por el inicio del show fueron una inyección de confianza que sentí todo el concierto. La devolución fue genial. Estuvo muy bueno también con la cuestión de la lírica, porque las cartas de presentación fueron muy de corte verso Moretti", confió el cantante. Apenas los Decadentes tiraron el último acorde, Estelares arrancó con “Camas Separadas”, un tango canción de su segundo disco. Hicieron un set de 35 minutos que siguió con “América”, “Moneda Corriente”, “Ella dijo”, “Un Show”, “Aire” y “Un día perfecto”.
"Pasan cosas raras cuando salís a tocar y hay 30 mil personas del otro lado. Por más que era la noche de Andrés, sentís que el público está de tu lado. Es increíble", afirmó Moretti.
La banda ya tiene 16 canciones ensayadas para mostrarle a Juanchi Baleiron, guitarrista de Pericos y productor artístico de Estelares. "El 14 de noviembre despedimos SNC en el (Teatro) Ópera y tenemos en agenda un posible viaje a España. Entraremos a grabar el nuevo disco en diciembre o enero, porque queremos que salga antes de abril", adelantó el cantante.

7 de octubre de 2008

Picar un cable


Qué decir si desde que empezó y hasta que terminó su show más de 30 mil personas corearon todos y cada uno de sus temas. Qué decir si el tipo en escena puede sacar a relucir su pertenencia a dos de las mejores bandas de los ´80 y los ´90, y pasar de Los Abuelos de la Nada a Los Rodríguez como si nada. Qué decir si el tipo se planta en el escenario y ratifica su condición de máxima figura del rock argentino. Andrés Calamaro no deja de recibir elogios por lo que fue su cierre en la séptima jornada del Pepsi Rock, del que se despidió con un anunció: "en diciembre con el Indio (Solari) en La Plata".
Calamaro y su banda hicieron delirar al público con el concierto, que arrancó con "El Salmón" y recorrió la discografía del cantante, que salió a escena vestido de negro y con la imagen de Paul Stanley, del grupo Kiss, pintada en su remera.
Dice la crónica que los primeros acordes metieron a la gente en una autopista emocional que recorrió canciones como "Los chicos", "Tuyo siempre" y "Mi gin tonic" hasta que "A los ojos" provocó un sismo en Núñez. Le siguieron "Carnaval de Brasil", "Todavía una canción" y "Chicas" en la primera parte del show; que luego continuó con "5 minutos (mini bar)” y la presentación de la banda (aplausos): Julián Kanevsky, Diego García y Galo Avello en guitarras, Candy Caramelo en bajo, Niño Bruno en batería y Tito Dávila en teclados.
El público bailó "La espuma", "Elvis" y "Soy tuyo", para bajar un cambio con "El día de la mujer mundial" y "Los aviones", que anticiparon el set de tango que incluyó "Yo tengo cuatro claveles", de Mariano Mores, y "Los mareados", de Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián. Después llegó "Estadio azteca", que terminó con "Could you be loved", y una frase dedicada al símbolo de la música reaggae: "Bob Marley está vivo y se fuma un porro conmigo".
Cataratas de hits para el set final, que empezó con "Te quiero igual", "Loco/Huracán", "Todo lo demás", "Crímenes" y la primera despedida que siguió con "Me arde", "Alta Suciedad" y "Flaca", que empezó con estrofas del tango "Nostalgias"… "Quiero emborrachar mi corazón / para apagar un loco amor, / que mas que amor es un sufrir", a capela.
"Sin documentos", "Canal 69" y la desgarradora "Paloma" cerraron el concierto, que se extendió durante dos horas, con el anuncio del cantante sobre su pronta presencia en el Estadio Ciudad de La Plata, el 20 y el 21, con el Indio.
Dice la crónica que los Estelares mostraron porqué son una gran banda; que los Decadentes hicieron un set de hits. Y que antes aún dijeron presentes otras bandas como Los tipitos, Ella es tan cargosa, Smitten, Sponsors, Loquillo y Nikita nipone. Fue la séptima fecha del Pepsi Rock.

Cartoneros

Sábado a la noche. Avenida 520 y Camino Belgrano. Un auto parado en la mitad de la calle oscura y, poco más allá, un carro y una bici tirados sobre el asfalto. Un patrullero que corta el tránsito y una espera silenciosa, por que no sean de muerte las heridas del cartonero atropellado. "Ni una luz tienen. Ni una luz le ponen al carro", se queja el taxista.
El taxista se queja porque el carro no tiene ni una luz y porque los cartoneros no cumplen con las leyes del tránsito. Dice que tendrían que tener registro de conducir. "No te digo pagar 150 pesos como nosotros, pero... que tenga que sacar un registro", dice el hombre.
"Si tuvieran una 4 x 4 tendrían luces", le dice Laura. "Y si… si… claro…" dice el hombre, que igual quiere contar una historia con la que, no quedarán dudas, la razón es suya.
"Una vez -dice-, a las dos de la mañana, se me subió al auto una señora con un bebé en brazos. El bebé tenía algún problema y no respiraba bien. La tenía que llevar al hospital y en estos casos lo mejor es llamar a la central para que un patrullero te vaya abriendo el camino. Pero cuando doblé por Plaza Italia había un carro cruzando la calle lo más pancho… lo peiné por todos lados", contó. Y se quedó esperando la razón, que nadie le dio.
En la miseria del cartonero pobre, su cotidiano trabajo callejero, entre motores de cientos de caballos de fuerza, entre autos, camionetas, camiones y colectivos, se fijó una vez la Facultad de Bellas Artes de la UNLP. Y confeccionó cinco prototipos de carros dinámicos, con una trituradora de vidrio, vestimenta adecuada y hasta un sistema de limpieza para envases retornables que quedó en la nada. “Si pudieran, manejarían un Mercedes”, dijo Laura. Pero no, necesitan un poco de ayuda para hacer de su trabajo un actividad un poco más seguro y digno. Lo que deberá incluir un poco de respeto de los automovilistas.

5 de octubre de 2008

Las Diagonales te llevan al sol



Se va el Camello, del sub 18 del rock platense
Foto: Julieta Di Marziani

Manuel y Tomás tenían 12 años cuando empezaron a tocar las canciones de Viejas Locas en la guitarra. A los 14, en sus idas y vueltas entre Bellas Artes y el Normal 3, conocieron a Esteban, Julián y Damián. De pronto, fueron un quinteto al que llamaron Se va el camello. Hoy, los chicos tienen 18, un disco y hasta cargan con una separación: se fue Damián y entraron Leandro y Federico. “Ahora que ya no tenemos 15 nos toman un poco más en serio”, explican a Diagonales. Y no es para menos. Hoy, a las 23 y con producción propia, los pibes se suben al escenario del Club Rock, donde funcionó la Vedette Cultural, un reducto con capacidad para 600 personas.
La banda festeja los cuatro años y presenta Mil cumbias y rocanroles, el disco que grabaron a las apuradas y con recursos mínimos en los estudios “La burbuja” en enero de 2008, con la asistencia de Gualberto, de Norma.
El disco tiene rock, cumbias, un poco de murga y algunos candombes “no muy bien tocados porque los tocamos nosotros”, según reconocen. Aunque aclaran que tiene esas canciones que podrían explicar la historia de la banda y la de ellos mismos. Ahí está Vamos llegando, “la primera canción que le gustó a alguien”, dice Tomás. O Diagonales, el último tema que compusieron antes de grabar el CD.
El disco tiene todas las influencias de la época: Viejas Locas (e Intoxicados), Los Piojos, La Renga y Bersuit; pero también herencia. “Me escuché todo lo que escuchó mi viejo… Pappo y Aquellarre por un lado y Silvio Rodríguez o Serrat por el otro”, dijo Tomás. “A mi me llegó el candombe, la cumbia y la chacarera por mi viejo. Y Loud Reed o los Beatles por mi vieja”, sumó Manuel.
Cruzados por la música que escucharon sus padres y por la que escucha su generación, los chicos aseguran que “el disco tiene cosas distintas y le gusta a mucha gente. También a los que escuchan reaggae y a la gente más grande”. Hay quien piensa que fue muy prematuro grabar, pero ellos aseguran que tenían la necesidad de registrar sus temas. “Somos unos guachos que recién estamos arrancando”, aseguran.
Si la música los lleva a recorrer la historia del rock nacional y se mete en la cultura rioplatense, las letras los ancla en La Plata. “Las diagonales te llevan al sol, de Plaza Castelli a la Vieja Estación”, canta Manuel. Y explica: “la ciudad está presente porque pateamos estas calles. Yo me siente re platense. No me gusta hablar de la policía ni del gobierno… ¡si no tengo idea de nada!… Trato de no escribir nada de lo que no esté seguro. Las letras son personales, pero sé que las cosas (que cuentan) les pasa a los pibes”.
- ¿Qué quieren ser cuándo sean grandes?
- Esto que somos ahora-, dice Tomás.
- Igualitos. Yo estoy seguro loco-, agrega Manuel.
Los sueños vienen con una cuota de temor que hay que espantar con humor, “vamos a tener que atender un par de kioscos”, dice Tomás… “trapito en la puerta del restorán”, lo sigue Manuel. Mientras tanto, están en camino a ser lo que quieren ser. Son del sub 18 del rock platense.