"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

29 de mayo de 2008

Las ilusiones de los pobres



Foto Alejandro Vivanco

El personal del la sala de partos del hospital San Roque de Gonnet, fue denunciado ayer por un caso de supuesta mala praxis por un joven que debía convertirse en padre: su hija murió durante el parto. Las causas son investigadas por la justicia, mientras que la dirección del centro de salud informó que "el accionar médico fue totalmente normal, según el testimonio de los que participaron del parto".
En un cuaderno Avon, de 84 hojas rayadas, Rubén Dos Santos y Mariana Mabel Guerrero, guardaban todos los análisis que ella tuvo que realizarse desde que se enteró que estaba embarazada. La primera ecografía, por ejemplo, es del 9 de octubre y el feto es apenas un puntito en la foto. La última, en 3 dimensiones, en cambio, fue tomada el 9 de mayo y deja ver a una criatura saludable.
Mariana y Rubén llegaban al hospital San Roque con toda la ilusión de convertirse en padres. Se conocieron hace seis años, presentados por un amigo en común, cuando ella trabajaba en un locutorio. Al mes, estaban de novios. Y seis años después tenían su propio terreno en el que comenzaron a levantar una casa, en Ruta 2 kilómetro 45, en El Peligro. Empezaron por un par de habitaciones, un baño y una cocina y allí se instalaron hace un año, cuando ya eran una pareja.
Durante los años que estuvieron de novios, Mariana vivía con sus papás y sus tres hermanos. Como era la única hija mujer, la idea de que se convirtiera en madre entusiasmaba a toda la familia. Como ya había cumplido los 31 años, su mamá bromeaba con que estaba por resignarse a que no le diera un nieto. Estaban juntas a la hora del parto, el martes por la tarde noche.
Rubén, en tanto, vivía con sus hermanos. Son oriundos de Misiones, pero su papá falleció en 1989 y la familia se trasladó luego al gran Buenos Aires para atender a su mamá, que tenía cáncer y falleció en 1994. Rubén y sus tres hermanos menores, dos mujeres y un varón, quedaron a cargo de los dos hermanos mayores, que los criaron.
Cuando se enteraron que Mariana estaba embarazada de una nena, decidieron bautizarla como Cassandra Madeleine. El parto tenía fecha para el viernes 23 de mayo, pero la médica de guardia le dijo que faltaba y lo postergó para el lunes. El lunes no había cama y el parto tuvo que volver a postergarse, para el martes27; día en que, por la noche, el embarazo tuvo trágico final.
El director administrativo del hospital San Roque, Julio Morales, dijo a Diagonales que "fue un parto normal, donde falleció una criatura". Y agregó que "se dio intervención a la Justicia, que pidió el cadáver para hacer la necropsia y determinar los causales de la muerte". Además, dijo que “el hospital está a disposición de lo que diga la justicia”.
Según la denuncia que Dos Santos presentó en la comisaría de Manuel Gonnet, ingresó con Mariana al hospital a las 7.30. Y a las 10.30 comenzaron a asistirla para que tuviera familia. A las 15, los médicos le rompieron la bolsa y la hacían caminar para que el parto pudiera producirse antes de la medianoche.
A las 18, continúa la denuncia, dijeron a Dos Santos que su mujer tenía una dilatación de 6 centímetros, pero debía llegar a los 10. Consideraban prudente esperar unas horas.
En sede policial, Dos Santos recordó también que a las 1.15 de ayer, subió a la habitación donde se encuentra Mariana, en el segundo piso y detrás suyo ingresaron cuatro médicos: dos hombres y dos mujeres ,uno de ellos el jefe de Guardia de la fecha. “Le anotician que su hijo había fallecido y cuando el dicente le preguntó las causas del deceso estos le dijeron que no sabían, porque el mismo había fallecido siendo que hasta ese momento estaba todo bien", reza la denuncia. Dos Santos pidió a la justicia que investigue las causas de la muerte de su hija, Cassandra Madeleine, que debió haber nacido el martes por la noche, en la localidad de Gonnet.

MALTRATO
La idea de que la muerte de la beba recién nacida se produjo por la desatención médica fue formándose en la cabeza de Rubén y Mariana por la desatención permanente en la que se sintieron desde que ingresaron al hospital, a las 7.30 del martes.
Mariana dice que se reían de ella y la trataban con desprecio. Ella pedía que la atendieran y advertía que no daba más de dolor, pero la dejaban desangrarse. "Las enfermeras se rían, la partera y el doctor eran recién graduados y los dejaron solos. Estudiaban unas fotocopias mientras ella hacía el trabajo de pre parto", contó Rubén.
Cuando todo terminó, un médico se acercó a ella y le dijo al oido: “acordate que yo estuve con vos todo el tiempo”.

NO SE SABE
Mariana Guerrero permanecía internada anoche en el hospital San Roque, sin que sus familiares tuvieran idea sobre su permanencia en el lugar, debido a que sufrió varios desgarros, según contó su pareja, Rubén Dos Santos.
Al menos hasta la hora del cierre de esta edición de Diagonales, los médicos no le habían ofrecido tratamiento o contención psicológica especializada, pese a que todos en su familia sabían del fuerte impacto psicológico que sufrió por la muerte de su bebé, tan deseado y esperado.
Uno de los médicos que atendió el parto, incluso, se acercó a decirle: "vos no tuviste nada que ver, hiciste bien el trabajo de parto. No fue tu culpa".

27 de mayo de 2008

Quejarse tiene sus magdalenas

Hace un par de fines de semana (no hace falta tanta precisión en este caso), Pablo compró un pan para hamburguesas con semillas de sésamo. No es que tuviera predilección por ese pan, sino que era el único que quedaba en el súper.
Cuando abrió el envase, se encontró con una masa aplastada con algunas semillas como escupidas aquí y allá. Está bien que el producto difiere de la imagen del envoltorio, pero una cosa y otra no tenían nada que ver.
Indignado como estaba, sacó una foto al pancito con su envoltorio al lado y la envió por mail a la dirección que encontró en el envase. Al otro día, encontró en su casilla un "mailer delivery subsystem", que le informaba sobre el fallido intento de comunicarse.
Mi amigo Pablo, que dice ser un tipo de llevar las cosas hasta las últimas consecuencias, no tuvo más opción que llamar a la línea de atención al cliente, donde lo atendió Gloria López.
"Hola, llamo porque compré su producto 'pan para hamburguesas con sésamo' y la verdad es que vino con... muy poco sésamo. Está bien que la imagen del envoltorio difiere del producto, pero una cosa y otra no tienen nada que ver. En su página de internet ustedes dicen que buscan hacer los mejores productos, pero este es... bastante malo", le explicó.
La mujer le tomó los datos, le dio un número de reporte y le avisó que un representante iba a ponerse en contacto. “Menos mal que me avisó que guardara el producto. Bueno, en realidad me queda sólo un pancito, los otros los comí”, dijo Pablo.
A los pocos días (esto debe haber ocurrido la semana pasada), la empresa se puso en contacto con Pablo y le prometió reponer el producto a través de un correo privado. “Me da un poco de vergüenza contarlo -escribió Pablo en su blog-, pero me mandaron una caja con varios productos de regalo. Las madalenas de vainilla con dulce de leche fueron un golpe bajo, nadie puede quedarse enojado después de eso. Así que, mis compañeros, quéjense. En una de esas reciben una caja”.

Pueden seguir la historia, paso a paso, en http://traemeelmate.blogspot.com

26 de mayo de 2008

Bijou


Foto: Esteban Martirena

La historia de los inmigrantes de Senegal que venden bijou en las calles de La Plata
Entran a Argentina desde Brasil como turistas, con una visa para vacacionar 3 meses

"El lugar de donde no se regresa" era el último sitio en el que las familias podían verse antes de ser trasladadas y vendidas en América o Europa. Por aquel pasillo no muy ancho, en el puerto de la isla de Gorée, en Senegal, fueron embarcados al menos veinte millones de hombres, mujeres y niños secuestrados de sus aldeas. Hoy, son varios lugares de los que no se regresa, pequeños puertos o grandes aeropuertos. Los senegaleses más pobres intentan llegar a España en pequeñas embarcaciones llamadas “chalupas”, mientras que quienes pueden pagar un pasaje en avión parten con diferentes rumbos del aeropuerto de Dakar.
Quienes dejan el país son los descendientes de los negros que escaparon a los tratantes de esclavos. Sus destinos son los más variados y entre ellos está Sudamérica, pues la embajada de Brasil accede con cierta facilidad a otorgarles una visa de turista a través de la que luego llegan a Argentina. Muchos de ellos pasan las horas en las calles de La Plata, vendiendo bijou que cargan en un maletín o exhiben en algún puesto improvisado. Viven en Buenos Aires, en pensiones del centro, Flores o Liniers, hacinados en habitaciones que comparten hasta diez personas, abandonados a su suerte en Argentina, donde no hay embajada ni consulado al que acudir por ayuda.
Como antes ocurrió a los inmigrantes españoles o italianos que cruzaron el océano en busca del paraíso, campesinos dispuestos a salir de la pobreza a los que se empujaba a soñar con hortalizas gigantes y ríos de leche, ahora son los africanos los que quieren escapar de la miseria segura que les ofrecen sus países y son engañados con una propaganda que promete un futuro mejor en Sudamérica.

DESDE BUENOS AIRES. Los senegaleses que trabajan en las calles de La Plata viven en Buenos Aires. Hay una pensión de 3 pisos con grandes habitaciones en las que se amontonan 8, 9 ó 10 personas en 24 de noviembre y Belgrano. La otra gran pensión está en Corrientes y Callao. Y hay quienes consideran muy alto el precio de las habitaciones del centro y prefiere vivir en Flores o Liniers, donde su comunidad es muy grande. Algunos están pensando en vivir en La Plata, pero, por ahora, siguen con sus viajes diarios en micro.
"A veces no nos conocemos, pero nos juntamos por los gastos", cuenta Mamadou a Diagonales, un senegalés que plantó su puesto en avenida 7 entre 46 y 47. Y explica la razón por la que a todos se los ve con su bijuoterí para ofrecer en la calle. Compran al por mayor, grandes cantidades, y luego la reparten. "Nadie te da nada", dice Mamadou. Y explica que cada quien elije cómo vender, hay quien se siente mejor en un puesto fijo y se instala en alguna vereda. Y quienes prefieren caminar, porque así es como a ellos les resulta mejor la venta.

UNA HISTORIA. Mamadou Bathily tiene 30 años, llegó a Argentina hace catorce meses y aunque asegura que las ventas no son malas, lejos está de poder cumplir con el sueño de la casa propia. Le alcanza para ayudar a su familia en Senegal, a la que le manda dinero cada dos meses.
A diferencia de la mayoría de sus compañeros, que viven hacinados en pensiones, él fue recibido por una familia porteña. "Fui integrado. Conocí a una señora y luego a su hija y ahora vivo con ellos hace unos meses. Me integraron a su familia", dice Mamadou, que tuvo un hijo con la hija de la señora que conoció en Buenos Aires y hoy, si no está en su puesto, está con su futura esposa, Débora Trinidad, y su pequeña hija Jazmín, recién nacida. O recorriendo oficinas porteñas para apurar los trámites que le permitan casarse y obtener la doble ciudadanía.
Hace poco más de un año, Mamadou partió de Dakar rumbo a Fortaleza, en Brasil, donde lo recibió un grupo de senegaleses y brasileros que trabajan juntos para estafar a los africanos que llegan a Sudamérica con la esperanza de una vida mejor. Pasó una noche en Fortaleza y viajó en micro a San Pablo.
En la gran urbe de 18 millones de habitantes pasó otras dos noches, apenas suficiente para descansar un poco, acomodar sus cosas y asearse para continuar el viaje. Los guías le cobraron 220 reales -equivalentes a 100 dólares-, por las dos noches de estadía y lo llevaron hasta la estación de micros para que pudiera seguir rumbo a Uruguayana, en la frontera con Argentina. Luego, pasó los controles fronterizos por su cuenta, con la visa de turista que le dio la embajada de Brasil en Senegal. Mercosur.
Dice Mamadou que no sabe cuántos senegaleses hay en Argentina, pero asegura que llegan uno o dos por día. "Ningún africano puede decir cuántos somos. Es muy difícil hacer un diagnóstico. Sólo la Dirección de Inmigración podría hacerlo", dice Mamadou. Y asegura que las razones para cruzar el océano hacia América Latina son económicas y políticas: "los gobernantes no cumplen las promesas (pre) electorales", dice Mamadou. Pobre Mamadou.
El joven senegalés viene de una familia numerosa. Tiene 8 hermanos. Y aunque es originario de la provincia de Tambacounda, que posee la densidad más baja de población, vivía en una casa con unas 40 personas.
Su papá tiene tres mujeres. Todas viven en la misma casa, que también comparten con una tía y un tío de Mamadou. En total, unas 40 personas compartían la casa. “Mi papá tiene 36 hijos. Y no es fácil mantenerlos a todos. Cada uno se las tiene que rebuscar a su manera”, dice Mamadou, cuyos dos hermanos mayores también emigraron, uno vive en Suiza y el otro en China. Una vez por mes, ellos mandan dinero para ayudar a su familia, mientras que Mamadou puede hacerlo cada 60 días.
Como muchos argentinos que partieron con rumbo europeo durante la década del ‘90 y aún no volvieron, Mamadou llegó a cursar Abogacía. "No sé cómo es acá, pero allá se estudia en tres años y yo ya había hecho dos", explica.
- ¿Por qué vino si ya estaba por convertirse en un profesional?
- Uno deja el currículum en todos lados, pero nadie lo llama. No te dan trabajo.
- ¿Otros jóvenes dejan sus estudios para viajar?
- Tengo compañeros de la facultad que vinieron a Argentina a trabajar. Los estudiantes viajan para hacer cualquier cosa. Para mejorar.
- Pero se van a Europa…
- Sí. Hay africanos en todo el mundo: en Francia, Alemania, Suiza, Italia, España…
- ¿Quién les dijo que en Argentina iban a estar mejor?
- Los primeros senegaleses en venir. Hace tres años. Y los senegaleses que están en Brasil. Hacen propaganda para que vengas a Argentina, dicen que en unos años uno se puede comprar una casa. No se trabaja mal, pero lo que dicen no es cierto, se exagera mucho.

Sin lugar al que acudir en busca de ayuda
De los 54 países africanos, apenas 6 tiene representación diplomática en Argentina: Congo, Egipto, Nigeria, Marruecos, Tunez y Sudáfrica.
Senegal tiene embajada en Brasil, donde opera el grupo que promociona los viajes a Sudamérica.
Al poco tiempo de estar en Argentina, los senegaleses se quedan sin un sitio al que acudir para renovar sus pasaportes. Conseguir una radicación en Argentina es prácticamente imposible para cualquier senegalés.
- Mucha gente me pregunta si nuestra embajada nos ayuda, pero sólo Nigeria y Sudáfrica tienen embajada en Argentina-, explica Mamadou a Diagonales.
- Otros países tienen consulados
- Sí, pero Senegal no. Por eso los senegaleses en Argentina vamos a nuclearnos para pedir que se instale en Buenos Aires una embajada. O al menos un consulado. Ahora, para hacer un trámite hay que ir a Brasil.
En Dakar, los senegaleses consiguen la VISA para viajar como turistas a Brasil. Y por el Mercosur pueden pasar luego a Argentina.
Los senegaleses que viajan a Sudamérica están viviendo su primera experiencia como inmigrantes. No vienen de Europa, sino de la propia Senegal, generalmente ayudados por algún miembro de su familia que emigró primero y puede enviarle dinero para pagar el pasaje aéreo. Un boleto en avión de Dakar a Fortaleza, en Brasil, cuesta unos 1.800 dólares.

diversidad étnica
En Senegal hay una gran diversidad étnica. Hay Wolofs (43,3%), Peuls (23,8%), Sérères (14,7%), Diolas (3,7%), Malinkés (3,0%), Soninkés (1,1%) y algunas etnias menos numerosas y más locales.
Además, viven en el país unos 50.000 europeos, la mayoría franceses y libaneses, presentes en el medio urbano. El francés es la lengua oficial pero sólo es utilizada de forma corriente por una minoría.

Breve historia
Senegal es un país ubicado al sur del río Senegal, en el África occidental. Limita al oeste con el Océano Atlántico, con Mauritania hacia el norte, con Malí hacia el este y en conjunto con Guinea (Guinea- Conakry) y Guinea-Bissau hacia el sur.
Portugal, los Países Bajos e Inglaterra trataron de dominar la zona desde el siglo XV. Pero fue Francia la que se quedó con su posesión y la operación del puerto: un importante punto de partida del comercio de esclavos.
Hasta que Francia abolió la esclavitud, en 1848, sólo se buscaba en sus aldeas del interior esclavos a los que secuestrar. En los años siguientes, los franceses comenzaron a expandirse en el propio territorio senegalés. El país logró su independencia en 1960.
Al ver el mapa de Senegal, hay una rareza. Y es que tiene otro país adentro. Se trata de la República de Gambia, una nación que se desarrolló alrededor del río Gambia. A diferencia de Senegal, era una colonia del Imperio Británico y logró su Independiencia en 1965.

La casa de los esclavos
La Isla de Gorée, descubierta en 1444, tuvo durante más de tres siglos el más importante puerto de esclavos con destino a Estados Unidos, el Caribe y Brasil, por lo que en 1978 la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad.
En sus 17 hectáreas se construyó, en 1536, la primera Casa de esclavos. Este tipo de construcciones, que luego se desarrollaron por toda la isla, incluían una sala para hombres, una para recuperar peso, una para mujeres, otra para mujeres jóvenes y una para niños.
La casa que aún se mantiene, convertida en museo, fue construida por un arquitecto holandés en 1776, y permite advertir que su constructor tuvo especial cuidado en que el llanto de los chicos no llegara a oídos de sus madres, para evitar que el sufrimiento perjudicara su estado de salud. Los esclavos eran exhibidos en unas escalinatas, frente a las que mercaderes y tratantes discutían el precio. Las mujeres tenían un valor mayor que los hombres, aunque se tenía en cuenta la salud y la dentadura.
Una vez elegidos, se los trasladaba a "El lugar de donde no se regresa", un túnel que dejaba ver el mar y el celeste del cielo al final de su recorrido. Las familias tenían en el pasillo la última posibilidad de verse, antes de ser trasladados a diferentes lugares. Rumbo a los barcos en pequeños botes, los enfermos y débiles eran lanzados al mar infesto de tiburones, durante una última “limpieza”.

12 de mayo de 2008

El Luis Palau platense



Fue músico de la banda soporte de Vox Dei hasta que la paternidad lo obligó a salir a buscar trabajo. Ingresó a Sevel y ganó mucho dinero, pero se “descarrió” y puso en riesgo a su familia. Cuando empezó a ir a la Iglesia perdió a su hijo mayor, de 7 años, en un accidente. Se quedó en la calle en el ´82 y se metió en la Policía. Es el Pastor evangélico más conocido de La Plata.

Foto: Alejandro Vivanco
Personajes/ Raúl Reyes
El Policía que quiere ser el Luis Palau platense
Empezó en la habitación de una pensión y hoy predica para más de mil personas

Se odiaban los Rodríguez y los Reyes. Aunque vivían en Bernal, se odiaban desde antes, desde mucho antes de que las promesas de una vida peronista los llevara al Gran Buenos Aires, desde que trabajaban en el campo, allá en el Chaco. Y claro, el encono era tan antiguo que Beatriz Rodríguez y Raúl Reyes lo ignoraban. Y cuando él tenía 15 y ella despuntaba a los 14, ya andaban noviando. Y se escandalizaban las familias. "No dejaban que nos veamos, pero nos escapamos. A los dos días nos agarró la policía. El comisario nos sentó en su oficina y nos dijo: acá hay dos puertas. Del otro lado de esa puerta está la familia de ella, que la quiere internar en un colegio. Del otro lado de aquella otra puerta está la calle. Ustedes elijen. Ahora bien -le dijo el comisario a Reyes-, si te asumís como hombre me decís la fecha de casamiento y no hay ni fuga ni internado en un colegio. Si no, te vas, pero te busco y te doy una paliza". Beatriz y Raúl se casaron en marzo, cuando ella apenas tenía 17 y él sólo 18.
Raúl Reyes es hoy teniente de la Policía y el pastor evangélico pentecostal más conocido de La Plata. Y Beatriz, la pastora Betty. Ambos predican los domingos en el Club Circunvalación, en 7 entre 77 y 78, para más de mil personas. Comenzaron en la habitación de una pensión en el centro y aspiran a llenar el Estadio Ciudad. "En mi oficina tengo fotos desde que comenzaron a construirlo. Nuestro sueño es que vaya más gente a la Iglesia que a la cancha. Además, Los Piojos pueden llenar el Estadio, Floricienta puede llenar el Estadio. ¿Por qué no nosotros?", se preguntó el Pastor.
Recién casados, Betty era la que paraba la olla. Ella trabajaba en un jardín de infantes para que él pudiera ser músico, tocaba por la Coca y el sandwich en una banda que teloneaba a Vox Dei, el grupo de rock que en 1971 grabó el mítico disco La Biblia. Por aquellos años, Betty guardaba la comida que sobraba en el jardín de infantes y la llevaba a su casa, en el fondo del terreno de la casa de sus suegros. Raúl, guardaba todo lo que ganaba para comprar equipos de música Robertone.
El primer hijo llegó un año después del casamiento, en 1971. Javier fue prematuro y era muy chiquito. Una noche, Raúl volvió a su casa y se encontró a su mujer con el bebé en brazos, dentro de una cajita de cartón rellena con algodón, para que no tuviera frío. "Ahí empecé a buscar trabajo. Asumí que era padre", recuerda el Pastor.

TRABAJO. El primer trabajo fue de pulidor de bombillas, pero apenas duró una semana. Se asomaba una decepción, pero el peronismo que había traído a sus padres desde el Chaco en la década del ´40 había vuelto al poder. Héctor Cámpora había asumido como presidente y las producción industrial nacional estaba a full. La fábrica que Sevel tenía en el kilómetro 37,5 de la ruta 2 debía comenzar a construir autos para Cuba. Muchos obreros pasaban la noche frente a la empresa con su planilla en busca de un trabajo. Raúl, que ni siquiera sabía cómo tenía que hacer para conseguir un puesto, no había pasado a retirar la suya, pero fue con convicción. "Le dije al de seguridad que era casado y tenía un hijo. Me vio chiquito y se hizo el distraído para que yo pudiera pasar sin planilla", cuenta Reyes.
Dentro de la empresa lo esperaba uno de los jefes de personal, de apellido Iglesias.
- ¿Sabés hacer algo?, le preguntó el hombre.
- La verdad es que no se hacer nada-, reconoció Reyes.
- Eso es lo que estamos buscando. Gente que no sepa hacer nada. Porque los vamos a formar nosotros-, lo sorprendió Iglesias.
Barrió el piso de Sevel los primeros 4 ó 5 meses, pero luego sopleteó motores y estudió graboverificación. Accedió entonces a la formación que le había prometido aquel jefe de personal que nunca más volvió a ver. Al tiempo, ganaba 4 ó 5 veces más que cualquier obrero.
En Sevel accedió a un plan de vivienda para tener la casa propia. Y el matrimonio pudo mudarse a uno de los departamentos de las torres de Villa Elisa, frente a la Estación de Trenes. En esos años, nació Nicolás. Y la pareja pasó por su peor momento.
El dinero que Reyes ganaba en el trabajo le permitía mantener a la familia con holgura y le dejaba tiempo para estudiar programación de computadoras. Sin embargo, el turno tarde era la perdición. “Terminábamos el trabajo rápido, quedábamos libres y salíamos. Se ganaba mucho y era un grupo de jugadores y cabareteros”, confiesa el Pastor. “Veía que perdía mi hogar, pero yo pensaba: no le falta nada, con lo que me sobra hago lo que quiero. Me bandié. Descarrilé. Ahora sé que no es así”, explica.

DIOS. Fue durante aquellos años que la pareja decidió buscar una contención y llegó a una pequeña Iglesia de Villa Elisa, en 12 entre 44 y 45. Y aunque comenzaba a vivir una nueva etapa, aún debía sobreponerse a la peor tragedia: la muerte de un hijo. Fue en 1979. Javier, que tenía 7 años, jugaba a la pelota en un campito que había en las torres. La pelota se fue debajo del micro que iba a Punta Lara y él nene la fue a buscar. “Ahí me decidí a vivir para Dios. Porque lo que me había pasado era para quitarse la vida y me quedaban dos caminos: renegar de Dios o aferrarme a Dios”, destaca Reyes. Betty estaba deprimida. En 1980, decidieron dejar las Torres y nació Ezequiel. A su cuidado se abocaron, mientras se acercaban más a la Iglesia.
Unos años después, los Reyes comenzaron a cuidar la iglesia y a ayudar en su funcionamiento. Una vez por semana, el misionero norteamericano Kit Benson viajaba desde Lomas de Zamora a predicar en Villa Elisa. La pareja lo recibía un día antes, en su casa, donde el pastor aprovechaba para darles un seminario. “Tenía un gran conocimiento de la palabra”, recuerdan Reyes y Rodríguez.

POLICIA. En 1982 Sevel cerró la fábrica y Reyes se decidió a entrar a la policía, para lo que usó sus conocimientos de computación. “Las empresas de Buenos Aires nos duplicaban el sueldo, pero yo no quería viajar. Trabajé en la Vucetich, el Ministerio de Seguridad y en Toxicología, hasta que (León) Arslanián nos mandó a la calle y me tocó la comisaría de Villa Elisa. Yo no entendía nada. No había papeles ni computadoras, pero creamos Relación con la Comunidad, nos empezamos a encontrar con las entidades de bien público y hasta hicimos una obra de teatro mostrar a los jubilados cómo eran los robos. Después fui al Destacamento del Barrio Aeropuerto, donde ahora soy encargado de Judiciales”.
El Reyes policía se convirtió en Pastor cuando aún no había “pastores nacionales”, en medio de un “avivamiento” que comenzó a producirse en La Plata con la presencia del Pastor evangélico Carlos Anacondia, un empresario quilmeño, dueño de una bulonera, que viajaba con una gran carpa. “Durante sus campañas la gente se caía 10 cuadras a la redonda”, explica el Pastor. Y agrega que, “en dos meses, 62.000 personas se entregaron al Señor”.
La pequeña iglesia de Villa Elisa comenzó a recibir a 200 personas por reunión. Y los Reyes consiguieron construir su propio edificio, pero entonces mandaron a un “paracaidista” a que ocupara el lugar que ellos se habían ganado. Los mandaron a La Plata y alquilaron una pensión en 54 entre 2 y 3, donde comenzaron a predicar en una pequeña habitación.
Lejos están hoy de aquellos pequeños encuentros de cuatro o cinco personas que los escuchaban predicar. Las reuniones pasaron por 11 entre 40 y 41, el Club Sporting y un galpón de diagonal 74 entre 115 y 116. Y se hicieron hasta hace poco en el edificio que la Iglesia compró en 42 entre 1 y 2, y que ahora están ampliando, aunque tal vez con obras y todo quede chico. Las nuevas reuniones se hacen en el club Circunvalación, para más de mil personas.

Protestante

Raúl Reyes es un pastor evangélico de la Iglesia Pentecostal, una iglesia identificada con el protestantismo.
En sus 30 años en la Iglesia, Reyes escribió un libro: "Pídele una herramienta al carpintero" y llegó a predicar para miles de personas que concurren a las reuniones que organiza cada domingo.
Aunque tal vez el referente pentecostal más importante de La Plata sea el Pastor Alberto Scataglini, el sistema de trabajo con el que predica Reyes fue tomado del colombiano César Castellanos y se llama G12, porque el pastor se reúne sólo con 12 personas. En Bogotá, la capital colombiana, Castellanos llega a hacer siete reuniones en el Camping, el enorme estadio de fútbol de Millonarios.


- ¿Qué dice cuando le preguntan a qué se dedica?
- Que soy Pastor.
- ¿Y qué clase de Pastor es?
- Mi llamado es a levantar a la gente, es un llamado que activa la fe. A nuestra Iglesia viene gente humilde que hoy tiene mucho dinero. Soy un motivador. Cuando empecé con esto me pregunté qué tenía que hacer. Y me dije que hay que liberar a la gente de la esclavitud. A nosotros nos dieron el evangelio del sometimiento, no el de liberación. Aquí la gente tiene que ser fortalecida con un fuerte fundamento de la Palabra.
- Una apertura incluso de la propia Iglesia Evangélica.
- A la gente pobre se le enseñaba que no estudie, se los aislaba de la realidad. Pero cuando empezamos a predicar nosotros los hicimos estudiar. Y la mitad de nuestros ingresos son para becas. Se levanta una nueva generación en la ciudad.
- Se ve que las Iglesias arman como una gran red de contención social.
- Claro. Nosotros trabajamos con células. La Iglesia es callejera. Tiene que estar en la calle. Formamos grupos pequeños que están en toda la ciudad. En total tenemos 150 células de entre 6 y 10 personas. Preparamos a líderes.
- ¿Y a la Iglesia cuándo van?
- Sólo nos reunimos los domingos a celebrar, a una fiesta.
- Entonces, en la semana trabajan las células.
- Tomamos el modelo de Jesús: yo me reúno con 12 (llamado equipo de líderes) y ellos con otros 12 y así. Se llama G12, por Grupo de 12, porque Jesús se ocupó de 12, no de multitudes. Las multitudes vienen solas.
- Hay un tema aparte con el diezmo. Y muchas sospechas de que le sacan la plata a la gente.
- No somos la Iglesia Católica, que recibe dinero del Estado. Nosotros sostenemos nuestra fé. Estamos comprometidos a dar el 10 por ciento de nuestro sueldo para hacerlo. En nuestra Iglesia, somos unas 32 personas las que diezman. El resto ofrenda.

Palabra
La palabra evangelista viene del koiné (una variante de la lengua griega) y significa dador de buenas noticias.

La Iglesia Evangélica Pentecostal
La Iglesia Evangélica Pentecostal toma su nombre de un evento narrado en el libro de los Hechos de los Apóstoles, ocurrido el día de la fiesta judía de Pentecostés.
Aquel día, según el texto, el Espíritu Santo bajó a los apóstoles reunidos en el cenáculo y les transmitió un profundo deseo de alabar a Dios, poderes sobrenaturales tales como dones de hacer milagros, palabra de sabiduría, palabra de ciencia, don de fe, don de sanidades, don de profecía, don de discernimiento de espíritus, diversos géneros de lenguas e interpretación de lenguas; además de la fortaleza necesaria para predicar el Evangelio a través de una evidencia inicial llamada "don de lenguas".
El movimiento Pentecostal se inició a principios del siglo pasado en los Estados Unidosy pronto comenzó a expandirse por todo el mundo dentro de las más diversas iglesias y denominaciones cristianas tradicionales, estableciendo también nuevas congregaciones y nuevas doctrinas.
Según el pastor platense Raúl Reyes, hay dos tipos de predicadores: "el evangelista es el que atrae, tiene dones especiales. Y el pastor es el que cuida. El que forma a la gente".
Las Iglesias Evangélicas son diversas congregaciones cristianas, además de pentecostales, pueden ser Bautistas, Hermanos Libres y Asambleas de Dios.

Maestro
Además de pertenecer a la misma iglesia, Raúl Reyes y Luis Palau tiene un maestro en común: el misionero norteamericano Kit Benson los conoció a ambos y ambos tuvieron un encuentro con la iglesia a partir de su palabra. Palau conoció a Benson en Córdoba, antes de mudarse a los Estados Unidos. Y Reyes lo conoció en Villa Elisa, donde el misionero predicaba cada domingo.
"Palau es palabras mayores, es muy buen predicador", dice Reyes. Y agrega: "Es un hombre íntegro. Y ojo, que no viene a sacarnos nada a los pastores. Es humilde. Vive bien, pero en una casa muy sencilla. Y es un hombre muy famoso”.