"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

9 de enero de 2016

Lo ratificaron los municipales: la lucha continúa



Horas después de la represión en pleno centro de La Plata, los trabajadores de la municipalidad despedidos realizaron una asamblea en la que ratificaron su plan de lucha por la reincorporación y recibieron con un gran aplauso a Ana María, la empleada que recibió los nueve perdigones de la bala de goma que le fue disparada por la espalda a pocos metros de distancia.
Más de 200 trabajadores participaron del evento que se realizó en la glorieta de la plaza San Martín, entre los edificios de la gobernación y la legislatura bonaerense, en el que acordaron volver a movilizar el lunes 11 a las 11, otra vez a las puertas de la Casa de Gobierno local.
Sobre sus escalinatas fueron subiendo uno a uno para dar sus puntos de vista sobre la situación, luego de que Ana María contara cómo había sido herida: “escuché que el intendente había dado la orden de reprimirnos y pensé que nos iban a empujar”, reveló. Minutos después cayó dolorida en medio de la plaza Moreno, sin lograr entender aún por qué le ardía tanto la espalda.


Los despedidos acordaron no ceder en el justo reclamo de los trabajadores de ser reincorporados a sus puestos y repudiar cualquier forma de represión.
En el lugar se informó sobre la denuncia presentada ante la fiscalía de Alvaro Garganta, a la que presentaron las pruebas que acreditan la utilización de balas de goma, además de una filmación del momento en que comienzan los disparos, en el que se escucha lo que Ana María había revelado minutos antes pero en boca de un policía: “el intendente dio la orden de reprimir”.
Se recordó la situación por la que pasaron los trabajadores de las cooperativas municipales, quienes fueron arriados como ganado al Estadio Ciudad de La Plata, luego de varios meses sin cobrar (3.500 pesos mensuales), y se denunció la muerte de un hombre que había estado hacinado y al rayo del sol, que por la noche sufrió un paro cardíaco que le costó la vida.
El lunes, mientras se realice la marcha, el municipio tendría que efectivizar el pago a los cooperativistas, algo que muchos pusieron en duda durante la asamblea.
Otro trabajador advirtió que la decisión de reprimir no es local y reveló que también los trabajadores municipales de Neuquén habían sido gaseados y baleados. Se enumeraron luego los conflictos en los que intervino la policía de los diferentes gobiernos de Mauricio Macri: la represión en el indoamericano, en el hospital Borda y a los trabajadores de Cresta Roja.
Se habló del nuevo gobierno no como el futuro, sino como el pasado: se mencionaron el ´55, el ´76 y los años ´90.
Los municipales platenses que iniciaron el conflicto con la toma del palacio municipal contaron que lo primero que hicieron fue cortarle el agua y la luz al edificio al que acababan de llegar los funcionarios de la nueva gestión y no fue porque fueran ñoquis, sino porque conocen perfectamente el lugar en el que trabajaban todos los días. Y por eso mismo se dieron cuenta que los iban a echar sin que mediara siquiera una mínima comunicación.
Algunos diálogos, polifónicos, se impusieron ante las presentaciones, como cuando se habló de persecución política.
–Dicen que nosotros éramos empleados de Bruera y que por eso nos pueden despedir –afirmó alguien.
–Dicen que van a ir a buscar a la casa a los punteros políticos –agregó otro.
–¡Que vengan! –retrucó alguien–, pero hay que avisarles que somos peronistas.
–La represión es para todos –respondieron más allá.
–Nos están tirando mierda, demonizándonos. Dicen que somos planeros y choripaneros y a hasta algunos de nuestros vecinos les creen. Pero tenemos que advertir que no vamos a bajar los brazos, que esto es por el amor que nos tenemos el uno al otro, que son ellos los que quieren la guerra, nosotros queremos trabajar. No queremos denunciar el lunes a la tarde que tenemos un muerto y veinte compañeros heridos –logró decir a viva voz un trabajador subido a la escalinata de la glorieta.
–Si somos 300 nos van a cagar a palos otra vez, pero si somos 3000 no van a poder –le respondió otro.
–No seamos ingenuos y no pensemos que esto le pasa a fulano o a mengano, esto nos pasa a todos. No seamos boludos de esperar a las paritarias, el gobierno ya le aumentó el sueldo a la policía para que salga a reprimir la protesta social –afirmó un hombre–.
En medio de un debate que se abrió por el compromiso que deben asumir los gremios en el conflicto alguien parafraseó a Juan Domingo Perón: “Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”.
Una chica recordó que también la Unión Cívica Radical integra el frente Cambiemos y pidió interpelar al partido porque no puede estar de acuerdo con la represión. Otra se mostró sorprendida por la situación y recordó que hace años que hay manifestaciones sin que pase nada grave.
El rol de los medios de comunicación y las redes sociales también estuvo presente en el debate cuando los trabajadores denunciaron un cerrojo informativo y advirtieron que debían confiar en internet y en los medios comunitarios. Los despedidos decidieron sumarse a la página de Facebook de “Resistiendo con Aguante La Plata” para coordinar las acciones y el plan de lucha que prometieron no abandonar. Y volvieron los diálogos.
–Los medios no nos van a sacar, pero tenemos a las radios comunitarias y las redes sociales –dijo uno de los trabajadores.
–Tenemos que confiar en las redes sociales –le confirmó alguien.
–Tengamos en cuenta que no es “compartir” y poner “me gusta” –aclaró una estudiante de comunicación.
–Vamos a estar en la calle –la respaldó un hombre.
Antes de cerrar el acto, como una forma de exorcizar los miedos y la estigmatización, cada militante gritó el nombre de la organización que se sumó desde ahora al reclamo de los municipales despedidos. Y cada uno fue recibido con un cerrado aplauso.

7 de enero de 2016

Las personas detrás de los números: los profes se quedan sin trabajo, los chicos sin jugar


Un espacio donde ir a jugar
Los chicos ya no salen a la calle y se pierden uno de sus derechos fundamentales
Nota publicada en el diario Diagonales el 2 de junio de 2011.



La primera juegoteca platense comenzó a funcionar en Altos de San Lorenzo con un espacio en el que se reivindica el juego como prioridad. Hay talleres de plástica, música, teatro y títeres. Se organizan actividades especiales, se sale de paseo y los chicos pueden compartir con sus pares una gran variedad de juguetes y juegos. Además, aprenden sobre sus derechos.

“Cada juegoteca es diferente, porque se acomoda a los intereses de los niños, los de su familia y los de su barrio”, describió Mercedes Aladro, una de las talleristas que martes y jueves de 17.30 a 19 y los sábados de 10 a 12 participa de la juegoteca que funciona en el Centro de Integración Barrial de calle 81 entre 20 y 21.

La idea surgió entre técnicos en recreación, artistas y profes de educación física. Los docentes lograron observar que “los chicos no están jugando o juegan menos. La inseguridad o el hecho de que salgan a trabajar a edades muy tempranas nos llevó a pensar en el derecho a jugar”, describió Fabián Bulacio, otro de los integrantes del equipo que lleva adelante la experiencia platense.

La idea de jugar en los barrios los llevó a impulsar una experiencia piloto que comenzó a desarrollarse este año, con la expectativa de que pueda crecer y extenderse a otras zonas a medida que más profesores se capaciten.

La juegoteca posibilita la creación de un espacio para jugar que suma a la formación de los niños, pero también tiende redes con la familia y con el barrio, con la idea de que aporte soluciones para toda la comunidad.

Una de las particularidades de estos espacios, es que son coordinadas de manera colectiva, así, por ejemplo, en Altos de San Lorenzo, los 40 pibes que participan de la juegoteca son coordinados por cuatro o cinco profesores, según los días, lo que permite reconocer rápidamente las individualidades. “Siendo más adultos llegamos más rápido a los chicos. Es diferente a lo que ocurre en el colegio, donde el objetivo de conocer a los chicos se logra con el tiempo, con la continuidad, aunque tal vez haya que revisar el hecho de que un solo docente deba llevar la clase con 35 o 40 chicos, como pasa en la actualidad”, sostuvo Bulacio.

Según Aladro, “la individualización de los chicos permite que las diferentes realidades armen cómo va a ser el juego, que las características de cada uno se vayan transformando, porque el juego te permite ver la realidad desde diferentes perspectivas. Cada persona tiene la posibilidad de ser y comunicar de manera diferente. El juego es un posibilitador nato y permite el pensamiento divergente, la múltiple forma de ver las cosas desde lados sensibles. En lo inmediato –agregó–, trabajamos con chicos de 6 a 12 años, aunque nuestra propuesta es romper y reivindicar el espacio de juego para todos en el barrio”.

La juegoteca no brinda posibilidades, sino que habilita diferentes dispositivos para que la capacidad lúdica de los chicos –patrimonio de cualquier persona– pueda fluir y canalizarse. “Lo que hacemos es trabajar los juegos y actividades de manera diferente a la vida real y concreta, para vivenciar el mundo sensible de cada uno”, dijo Aladro.
LA PLATA. El proyecto platense tiene el financiamiento de la Municipalidad de La Plata y cuenta además como socio estratégico la ong REDAR y el Centro Cultural Estación Provincial.
“Por ahora el proyecto dura un año, pero esperamos que siga y se multiplique”, adirmó Jorge Nella, quien junto a Bulacio, Aladro, Enrique Nella, y Belen Tronfetti son los coordinadores de la experiencia local.

“El proyecto de una juegoteca remarca la importancia de prevenir problemáticas sociales, fomenta la construcción de nuevos espacios sociales con participación activa de la comunidad, promueve lazos solidarios y la defensa de los derechos de niños y niñas”, dijo Nella.

Las juegotecas nacieron en Buenos Aires y funcionan desde el año 2.000. En algunos casos, como en San Telmo, se desarrollan en barrios en donde jugar en la calle es muy complicado y puede ser peligroso, porque ya no tienen espacios para los niños, aunque la problemática parece extendida a todos los niños.

Aladro explicó que el equipo local “empezó a conformar un grupo que se desarrollará de acuerdo a sus intereses, porque el encuadre de la juegoteca es el resultado del trabajo de lo que está pasando y como se va trabajando, por lo que nosotros todavía no tenemos los objetivos del proyecto anual o cuatrimestral”.

Antes de plantear el primer encuentro, los talleristas realizaron una investigación sobre las ofertas de juegos que había en el barrio para los chicos: “descubrimos que había mucha propuesta de educación física, como fútbol, patín y algunas artes marciales, por lo que comenzamos a desplegar otras disciplinas a partir de la plástica, el teatro, la percusión o la literatura, aprovechando la diversidad de las artes. Uno no se acerca a la plástica si no la conoce. Bueno, en realidad, no se acerca a ningún arte si no lo conoce. La idea, entonces, es utilizar la diversidad de recursos artísticos mediante actividades recreativas”, afirmó Aladro.

Las experiencias de las mamás que llevan a sus hijos

“Mis hijas no salen a jugar. Están todo el día conmigo. No están acostumbradas a salir a la calle", contó Sandra, mamá de Mora, de 5, y Luz Clarita, de 9 años. Con su bebé de 5 meses en brazos, miraba con alegría cómo sus niñas participaban de la juegoteca de Altos de San Lorenzo.

“En nuestro barrio no hay ningún lugar en donde los chicos puedan ir a jugar. Hay una plaza cerca de la escuela Nº 58, en 17 y 72, y a veces vamos a Parque Saavedra, pero las nenas se la pasan adentro: la más chica se la pasa viendo películas de Barbie y la más grande en la computadora”, describió.

Las dos nenas esperan con ansiedad los días que les toca ir a la juegoteca platense. Lo mismo le pasa a Maximiliano, también de 5 años. “El día que sabe que después de la escuela viene a jugar está feliz”, describió su mamá, Marcela.

“Me enteré por un papelito que me dieron en la escuela. Vine a ver y me gustó. Le pregunté a él y se quiso quedar. Es una idea bárbara y la pasa muy bien”, explicó.




Objetivos

Rescatar los espacios, los medios y el tiempo para jugar.

Crear la oportunidad para que un mayor número de niños carenciados tengan acceso a juegos y juguetes.

Estimula y atiende las necesidades recreativas e intereses lúdicos de la familia.

Brindar un espacio de reflexión comunitario, que posibilite la recomposición de la red social del contexto en el que las familias se desenvuelven.

Ofrecer la posibilidad de construir un proyecto en el que la comunidad participe activamente.

Promover estrategias vinculares alternativas a la agresión y la violencia, que fomenten los recursos simbólicos de las familias participantes.