"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

30 de mayo de 2009

Raninqueo, palabras y sonidos

El músico y poeta Martín Raninqueo se presenta esta noche en Notorious junto a Diego Rolón y Leandro Rouco en guitarras, Luis Volcoff en bajo y Agustín Barbieri en batería. Antes del show, el artista conversó con Diagonales sobre lo que fue y lo que será: la palabra y los sonidos.
–¿Cómo llega la música a su vida?
–A través de la tía Alicia, que tocaba la guitarra y fue la que me pasó los primeros acordes. Yo tenía diez u once años. Fue una tía faro, que me abrió puertas para la música y los libros. Me tenía hechizado con su guitarra y en su casa vi por primera vez, en una edición preciosa, muy cuidada, el primer libro de Oscar Wilde. Hoy es su cumpleaños. Y a veces me ha tocado dar conciertos en fechas especiales, también me pasa con mi hermano Pablo, como una manera de recordarlos.
–¿Tenía el deseo de ser músico o sólo pensaba en aprender a tocar?
–Sólo quería aprender. Era un juego, siempre lo fue, porque por suerte no perdí nunca esa manera de relacionarme con la música.
–¿Recuerda la primera vez en un escenario?
–Un día la invitaron a cantar a la tía Alicia en una peña en el Club Bochín y con un amigo la acompañamos con nuestras guitarras. Éramos chiquilines y atrevidos: en el Sporting, de Wilde, tocamos una vez antes que la orquesta de Pugliese. Con aquel amigo, Cachito Machi, que hoy es nuestro sonidista, hicimos “Los magos del sur”. Tendríamos doce o trece años.
–Después del folclore llegó el rock.
–Seguí con el folclore hasta que entré al Colegio Nacional, donde conocí a Hugo Fernández y entro a escuchar a Luis Alberto Spinetta y a Charly García. Pero, como mi tía, Hugo también fue un tipo faro, porque no sólo me hizo escuchar las primeras canciones de rock nacional, sino también a Silvio Rodríguez, que todavía no había sido editado en Argentina. Yo tenía 17 años. Hasta canté una canción suya la noche antes de ir a Malvinas. Una canción premonitoria, que dice “en estos días no sale el sol” y... “¡Ay!, de estos días terribles / asesinos del mundo”.
–¿Cuál fue su relación con la música después de la guerra?
–La música se transformó en otra trinchera. Aquel pozo de Malvinas pasó a ser, como dice Alejandra Pizarnik, esa alcantarilla desde donde uno tiene su visión del mundo. Estuve perdido un par de años sin saber para dónde rumbear, pero la música siempre estuvo ahí. Antes de la guerra había ido a un recital de Mercedes Sosa que después fue editado en un disco, así que, durante la guerra, le escribí a mi hermano que me comprara el disco. Ese disco y la Antología de poesía surrealista que me compró mi mamá fueron muy importantes. Mi salida fueron la música popular y la poesía.
–¿Qué ocurrió hasta que editó su primer disco, en 1997?
–Tuve diferentes formaciones. Tuve la suerte de tener el acompañamiento de muchos músicos. Toqué con Potolo Abregó, con Alejandro Rodríguez y, ya por esos años, con Diego Rolón y en algún momento también con Pablo Giménez, que ahora toca en La Portuaria. Si no estaba con ellos, me calzaba la viola y cantaba solo. En esos años escuché a Alejandro Del Prado, que fue el primero en incluir murga en la música popular rioplatense, y a los uruguayos, a Eduardo Mateo y Fernando Cabrera.
–¿Hizo un viaje iniciático por Uruguay?
–Es el único país al que viajé. Tuve una conexión muy fuerte con el Uruguay y lo quise conocer a fondo. Me onetticé. Cometí el error de leer El astillero en la playa y terminé seis metros bajo tierra preguntándome por el sentido de la vida. Pero los libros y la música uruguaya me marcaron. Y pensar que me había comprado el vinilo de Mateo sin saber quién era, porque en aquella época había muy pocas disquerías que te permitían escuchar el disco y yo compraba por el arte de tapa. Aquella era una cosa minimalista, tenía una puertita con un tipo. Siempre que escribo una canción aparecen ecos de Mateo, de Cabrera…
–¿Trabaja en un nuevo disco?
–Con la banda estamos en el proceso de ver algunas canciones que ya son una insinuación.
–La presencia de Rolón , que trabajó diez años con Liliana Herrero, es muy importante. ¿Cómo fue el reencuentro?
–Estaba dando vueltas con mi guitarra cuando lo encontré en una reunión. Me pidió que le mostrara lo último que había hecho y me dijo “lo vamos a grabar”. Es la primera vez que hago el intento de salir de la ciudad, nunca se me había cruzado la idea por la cabeza.

De inocencia y experiencia
Juan Bautista Duizeide
Escuché cantar por primera vez a Martín Raninqueo hace casi dos décadas, durante el rodaje de un documental sobre los ex - combatientes de Malvinas. Me llamaron la atención su tono, de lamento pero también de desafío, y la calidad poética de lo que cantaba. En la inocencia de aquellos tanteos, acechaba la sabiduría.
Su primer disco solista, ffff probó su talento de cantador de historias capaz de pasar de la “Murguita de los rincones” a un tangazo como “Sillón bordó”, de prestarle su voz a una travesti que desde una cabina telefónica habla con otra en “Hola Diosa” a celebrar la supervivencia de un pingüino de bar o mandarse un haiku de desamor como “La placita”. Y su libro Poemas al flautista reafirmó la calidad de todo lo que escribe, sean canciones o poemas.
En el disco Gorrión criollo –que viene a ser su álbum blanco– prueba sus capacidades compositivas con la inmensa y sabia complicidad de Diego Rolón. Allí se juntan el rock poderoso con sones ancestrales, la psicodelia rioplatense con el aire de murga, el tango, la zamba y la voz de Juanele Ortiz. Sabiduría que le dieron los años y las millas recorridas, pero en la cual acecha una inocencia insobornable.
Periodista y escritor

26 de mayo de 2009

Editan en DVD para Argentina el filme Habitaciones para turistas

La primera película de horror de la productora platense Paura Flics Habitaciones para turistas fue editada en la Argentina y desde hace unos días se encuentra disponible en DVD, después de cinco años de haber sido proyectada por primera vez en el país.
La película fue editada por la editora independiente Videofilms, que también cuenta en su catálogo con otras producciones nacionales de películas de terror. El DVD cuenta con un remasterizado de imagen y sonido obtenido en la empresa Rentero Vms, un audio comentario del director Adrián García Bogliano y su hermano Ramiro García Bogliano (coescritor del guión), además de backstage, trailers, videoclips, galería de fotos y una gran cantidad de material extra.
Según contó a Diagonales Hernán Moyano, productor ejecutivo y mentor de Paura Flic, la copia es “un material infaltable en la colección de todo fan del cine de horror”.
Sobre Videoflims, Moyano explicó que “es una editora formada hace unos pocos meses por un grupo de cineastas independientes que cansados de golpear las puertas de los encargados de distribuir cine nacional en nuestro país y ser rechazados con excusas tales como que ´no hay mercado para el cine de genero argentino´”. Y agregó: “se decidieron a llevar adelante este gran emprendimiento y para esto se aliaron con muchos de los realizadores independientes que tienen otra forma de hacer llegar su obra al público en general”.
Habitaciones... fue protagonizada por jóvenes actrices platenses y producida por –en ese entonces– estudiantes de los primeros años de la carrera de cine de La Plata. García Bogliano tenía apenas 18 años cuando comenzó la producción de la película, que costó 3.000 dólares. La filmación -en blanco y negro- se extendió por tres años y la posproducción un año más.
Desde su primera proyección, el filme cosechó elogios de parte del público y la prensa especializada, pero fue después de una crítica del diario New York Times que comenzó a ser observada por los medios argentinos y, especialmente, platenses. “Filme de efectiva atmósfera siniestra. La acción despega y en ningún momento baja su ritmo. Brinda algunos inesperados giros, los asesinos y sus victimas tienen concretas motivaciones para sus actos. Adrián García Bogliano ha hecho un promisorio debut que de manera certera acierta en los puntos mas tenebrosos”, escribió la periodista Laura Kern en el New York Times. En su recorrida por distintos festivales ganó los premios a Mejor película, Mejor director revelación, Mejor actriz y Premio del público del Buenos Aires Rojo Sangre 2004, el Especial del Jurado del Festival de cine digital de Viña del Mar, y Golden Glibb Award en Nuremberg.
Habitaciones… es, además, una de las poquísimas películas latinas en lograr estrenarse comercialmente en cines de los Estados Unidos y a la crítica del New York Times, hay que sumarle las de New York Post y Tv Guide. Fue, también, la segunda película argentina en lograr ceder los derechos para la realización de su remake americana y es la única en haber sido proyectada por mas de 3 meses en el museo de arte contemporáneo de Londres.
En 5 años, fue exibida en Canadá, Cuba, España, Uruguay, Egipto, Alemania, Chile, Puerto Rico, México y Brasil y es forma parte de las colecciones privadas de directores como Guillermo del Toro, Paul Verhoeven, Crispin Glover y James Merendino, entre otros.
La edición de la película no significa, de todas maneras, que las copias ingresen en el mercado tradicional, sino que hay que mandar mails para conseguirla. Tanto la prodoctora Paura Flics como Videofilms realizan los envíos a domicilio en todo el país, con la posibilidad de pagar en domicilio -en Buenos Aires y La Plata-, a través de un depósito bancario o contra reembolso. Además, en La Plata, la Paura Flics dispondrá de puntos de venta en el Taller de Teatro de la UNLP, los locales de Jason e Imagina.


Protagonistas: Elena Siritto, Jimena Krouco, Brenda Vera, Mariela Mújica y Victoria Witemburg

25 de mayo de 2009

Una temporada en el amor


Esta es la tapa del nuevo disco de Estelares. Diseño e ilustración del artista platense Juan Soto.

22 de mayo de 2009

Eli-u: en el nombre del padre


Un compositor e interprete uruguayo, tan talentoso y extraordinario como desconocido, fue rescatado por su hija que, no sólo comenzó a editar los trabajos que grabó en los últimos 20 años de su vida, hasta su muerte en 2004, sino que editó su propio disco solista y sale a interpretarlo en vivo. Eli-u presenta esta noche en Ciudad Vieja (17 y 71) “Creo en los elefantes”.
Eli-u es hija de "El Príncipe" Gustavo Pena Casanova, el último de los mitos trágicos producido por la música popular uruguaya, un músico admirado por sus pares hasta la veneración y que, sin embargo, apenas pudo editar dos discos, uno en estudio -grabado de manera independiente junto a Nicolás Davis en 2001 y editado bajo el título de "Amigotez"-, y otro, oficial, grabado en vivo en la sala Alfredo Zitarrosa, en 2003.
El Príncipe falleció en 2004 y dejó en herencia un legado de canciones que su hija recuperó y comenzó a editar. Ya publicó dos discos con algunas cintas recuperadas. “La fuente de la juventud” tiene canciones grabadas en los estudios Panda entre 1990 y 1991, pero recién pudo ser editado en 2004; mientras que “El amor en el zaguán”, también grabado junto a Nicolás Davis, fue editado en 2006.
Tantas son las canciones que dejó El Príncipe que Eli-u editó su primer disco en diciembre de 2008, con doce temas inéditos, y en el repertorio en vivo ya cuenta con material para otro CD. El Príncipe, además, fue grabado por artistas como Pablo Dacal, Martín Buscaglia, La Abuela Coca, Onda vaga y El club de Tobi. Y hasta la cantante de tangos uruguaya Maia Castro le grabó un tema.
Su hija llega ahora a cantar a La Plata y lo hará esta noche en Ciudad vieja, donde presentará su primer disco y adelantará otras canciones inéditas que le regaló su padre.

Foto: Emilio Camarena

Un monstruo y los Mostruo!


Alejandro Medina se presenta esta tarde-noche en el ciclo Locales y visitantes en el Pasaje Dardo Rocha en un concierto en el que, por primera vez, compartirá escenario con su hijo Kubilai. El bajista que participó del grupo fundador del rock nacional llega a La Plata como invitado con su banda La Mendinight, mientras que el guitarrista lo sigue con una de los grupos más importantes del indie platense: Mostruo! Además de altas dosis de energía musical, el show promete ser uno de los más emotivos.
Medina padre no sólo fundó Manal, sino que tocó con todos los grandes del rock nacional, desde Pappo a Charly García, de La Pesada del Rock and Roll a Sui Generis y llega a La Plata con la banda con la que recorre los escenarios del país desde hace unos diez años y con la que editó De qué sirve la vida, que grabó en 2001 pero tuvo que dejar relegado hasta 2005, por el corralito y demás problemas económicos de aquellos años.
Dicen que será un show imperdible, con una banda invitada que hará un recorrido por el rock y el blues más ortodoxo, mientras que los locales mostrarán la impronta renovadora del salvaje y contundente del rock de hoy con reminiscencias setentosas.
Por un lado estará en escena La medinight band, con Alejandro Medina en voz y bajo, La Lola Medina en voz y coros, Claudio Rodriguez en guitarra, Giuseppe Puopolo en saxo y Javier Boleda en batería. Por el otro, los Mostruo! presentan a Kubilai Medina y Lucas Finocchi en voces y guitarras, Luciano y Federico Mutinelli en batería y bajo respectivamente, y aportando también sus voces.
El concierto está anunciado para la hora 20 en el primer piso del Pasaje Dardo Rocha (50 entre 6 y 7) y dicen que será puntual. No habrá que perdérselo, porque Medina padre toca como si fuera la última vez todo el tiempo y asegura que "no es soberbia: uno mejora con los años".

20 de mayo de 2009

Moretti repasa y adelanta cómo será el nuevo disco de Estelares

Estelares presenta en unos días más su quinto disco: Una temporada en el amor. Antes de que el material llegue a las bateas con sus catorce canciones, Manuel Moretti, cantante y compositor de la mayoría de los temas, escuchó y comentó el disco para Diagonales. El resultado es este extenso detalle tema por tema.
1 - Cristal. El corte de difusión abre el disco. “Es la que ya conocen todos”, dice Manuel. Y agrega: “Es la más pop”. El tema de apertura fue una de las varias canciones rescatadas por la banda para su quinto CD. Es un tema del ‘91, de la época en la que el cantante y el guitarrista Víctor Bertamoni tocaban en Peregrinos. “Es un puente entre Sistema Nervioso Central y Una temporada en el amor. El estribillo salió en los ensayos y el verso es igual al original. Les gustaba a los chicos del grupo y por eso la rescatamos”, cuenta. Una canción para bailar, fuerte y autocrítica.
2 - Melancolía. Es una de las canciones compuestas en Buenos Aires, después de años de vivir en La Plata. Estelares recién empezaba a ser una banda reconocida. Era más tanguera, menciona la calle Anchorena y de ella surge el título del disco. Dice Manuel que era una buena etapa, de disfrutar con el trabajo con Estelares, pero sin embargo seguía melancólico. “Era decirle basta a la melancolía, decirle: dejame en paz”, confiesa.
3 - Las trémulas canciones. Una canción homenaje a artistas como Franco Simone, Roberto Carlos o Nino Bravo. “Está armada desde un riff de guitarra pseudo stone, pero al mismo tiempo inspirada en la canción popular italiano - española”, cuenta Manuel. “Yo recuerdo aún el perfume de su piel / sobre mi piel”, canta. Aparece el primer invitado en el disco: Ariel Rot toca la guitarra y le da una impronta calamaresca. Destino de hit.
4 - Las luces del sueño. Es otra canción rescatada. “Con las canciones pasa como con los jugadores de fútbol: algunos se imponen como titulares. Y eso pasó con esta canción, se impuso como titular”, explica el cantante. El tema es también de principios de los ‘90 y los primeros momentos en La Plata. Manuel rescató la “actualización y revalorización que la banda hace de algunas canciones” y sospecha que eso ocurre por “la relación con el éxito, el desarrollo del oficio y el hecho de tocar todos los fines de semana, porque el año pasado dormí más con Víctor Bertamoni que con Rocío (su pareja)… aparecen, casi por ósmosis, cosas que no estaban en la cabeza de nadie. Estábamos un poco asustados con cómo seguir después de Sistema Nervioso Central, pero las horas de vuelo de la banda resolvieron el problema”.
5 - Autobuses. Aparición estelar de Fito Páez. “Autobuses” es una de las canciones que ya presentaron muchas veces en vivo y es de la nueva época. “Era un vals, pero la zapamos en compases binarios y la hicimos canción”, explica Manuel, que destaca “las violas de Torio, las líneas de piano de Páez y la mixtura de las voces”. Fito aparece en gran forma, metido en la canción. Quizás “Autobuses” sea hermana de “Ella dijo”, no sólo por el desencuentro entre un músico y una mujer que cuenta la poesía, sino también porque en ambas canciones hay otros cantantes como invitados. Páez en “Autobuses” y Jorge Serrano, de los Decadentes, en “Ella dijo”. En esta canción los Estelares repiten la fórmula exitosa.
6 - Máscaras. Es una canción muy triste pero a la vez llena de luz. Más invitados estelares, esta vez es en los coros, con la presencia de los Súper Ratones. Suena, en el estribillo, una melodía conocida. Dice Manuel que es algo de los Beach boys o tal vez de Pedro Aznar (y suena a “Sólo Dios sabe - Tango 4”). “Es una proyección clásica, muy usada, que va de La menor a Fa mayor y naturalmente vas para Re”, describe Manuel, entre risas. “Es al pedo, no se va a entender nada”, sentencia luego. Habla de una figura tanguera y cuenta de “un arreglo muy sencillo, que a la vez es un artilugio musical que nos encanta a los Estelares: El estribillo está en mayor y el solo en menor”. Es cierto, no se entiende nada, pero la canción está muy bien.
7 - Superacción. Es otra canción rescatada, aunque no de la primera época de Manuel en La Plata, sino del impasse que se produjo entre el segundo y el tercer disco de Estelares, cuando el cantante editó su disco solista La mañana del aviador (2002). “Es una canción de sensaciones, con un montón de imágenes pseudo cinematográficas”, explica. “Ya somos campeones no hay lugar al que llegar”, dice la letra. Y el cantante suma: “Fue compuesta durante el menemato, con una profunda sensación de no pertenecer. Es de las canciones muy autorales, que me salen de un lugar que no sé… fue compuesta durante la misma semana que “Aire”. Y cuando terminé esa semana pensé: que vago que soy… no me sale ninguna canción”. Dice Manuel que “tiene unas guitarras tipo Wilco y el comienzo medio The Police”. Es rara y apabullante.
8 - Cuatro chicos. Manuel la describe como “un folk clásico”. Arranca con su idea de las imágenes: “Cuatro chicos juegan en la calle / dos señoras hablan por hablar”. Y la letra navega en una suerte de idea psicológica que tiene su autor sobre “repetir lo que aprendimos pero, claro, necesitás un libro para explicarlo”, bromea. Es una canción sencilla y contundente.
9 - Tanta gente. Esta canción también fue grabada en La mañana del aviador y es de finales de los ‘90. Y es, además, la más antimenemista y lisérgica de las canciones del disco, aunque habla de seguir. Dice Manuel que es una “canción - intento por sortear la tristeza, algo sencilla”. Hay dos o tres cosas de la lírica que llamarán la atención. Los más chicos se sorprenderán con un “blue jean”, que no es más que el jean común y corriente y una manera de llamarlo algo ochentosa y “muy espantosa –según Manuel– que habla sobre lo que los yanquis hacían con esta región”. Además, aparece Boca. Manuel, confeso hincha de Sarmiento de Junín, nombró a River en “Patinar” (en el disco Ardimos) y ahora se despacha con una frase feliz: “Si Boca es campeón mundial, yo también”, dice. “Me preguntaba porqué no podía hacer algo mejor con mi vida”, explica.
10 - Los ‘90. Otra canción antimenemista y noventosa, aunque permanecía inédita. Es, además, la única 100 por ciento rockera. “Carlitos feliz”, bromea Manuel, al mencionar el palo y palo con el que va la batería de Carlos Sánchez, guiando riff de los ‘70. “Sigo preguntándome tarado hacia donde ir. La mañana ya quemó las luces no sé que pensar”. La letra habla de "tipos huyendo" e "ilusión en los ojos de una niña". Como en “Tanta gente”, Manuel asegura que “hay que seguir”.
11 - Hoteles. Aunque puede parecer la canción de un melódico hiper famoso –incluso puede pensarse como actual y autobiográfica–, “Hoteles” es la que en 2002 le dio nombre al disco La mañana del aviador, rescatada por Estelares para Una temporada en el amor. Según Manuel, es “una parodia sobre la soledad”. Está pensada, también, como “una broma a una cierta vida aristocrática” de hoteles, con “botones”, “tostadas” y “jugo de melón”. El cantante también menciona como fuente de inspiración a Maridos, una película de 1970 dirigida por John Cassavetes y protagonizada por Ben Gazzara y Peter Falk, además del propio director.
12 - No hay más. “Es la más Virus, la más platense”, advierte Manuel con una sonrisa. Y aclara: “la escribió Pali”. Se refiere, claro, a Pablo Silvera, el bajista de Estelares, autor también de otras canciones de la banda, como “Qué será”. “Olvidemos todo / no hay más que decir”, canta Manuel. Pegadiza.
13 - Mil abejas. “Es una canción muy íntima que le escribí a mi hija”, dice el cantante. Nacida el 8 de marzo, Juana acaba de cumplir tres años. La versión que saldrá en el disco es acústica y dejó conforme a músicos y productor cuando aún la suponían incompleta. “Escuchamos esta mezcla a la que le faltaban algunas cosas y no lo dudamos: se imprime, dijimos”, recuerda Manuel. “Debe ser que / no hay mayor verdad que tu amor / mi amor”, canta. Preciosa.
14 - Viaje a Irlanda. Manuel quería hacer una canción a los amigos. Y la hizo. No sigue la onda del disco, pero es del estilo con el que Estelares cierra los discos producidos por Juanchi Baleirón. “Una canción testimonial, para ser revisitada, como “Ardimos” (en Sistema Nervioso Central - 2006), como “Estrella” (en Ardimos - 2003)", dice Manuel. Es, también, de la época del menemato, es decir que fue escrita a finales de los ‘90. Se trata, según el cantante, de “una canción oscura y luminosa a la vez, medio Radiohead, climática y cósmica”. Un detalle: termina con una púa sobre un disco que sigue girando.
Y así se va el disco.

Foto: Julieta De Marziani
Fumando y cantando unos tangos mientas le apuntan con la cámara, con y sin flash

Un disco “claro, crudo, profundo y visceral”

Foto: Julieta De Marziani
Sesión de fotos en la terraza, en uno de los departamentos de La Plata en los que Moretti habitó durante los años ´90

Sobre Una temporada en el amor puede decirse que es un disco de canciones, melódico y original, muy original. Es Estelares pero, más allá de algunos artilugios musicales que vienen incluso de los primeros trabajos, la banda no se repite.
Los Estelares son fundamentalistas de la canción. Y este disco suena a Franco Simone, Roberto Carlos y Nino Bravo. También a Sandro y a Leonardo Favio, siempre omnipresentes en la producción del grupo. Por momentos, parece un disco de los ‘60 o ‘70, digno de ser presentado en Sábados circulares y bailado por chicos con pantalones patas de elefante y chicas de minifaldas. Incluso, termina con el sonido de una púa sobre un disco de vinilo.
Una temporada en el amor es un disco testimonial compuesto en tres épocas bien diferentes. La primera es a principios de los ‘90, con Moretti recién llegado a La Plata. La segunda es a finales de la década menemista, década infame para el cantante: “Creo que la mayoría de los problemas que tenemos hoy son de aquella época. La tercera es presente, es Estelares grabando por primera vez con Juanchi Baleirón, su productor desde 2003, sonando en las radios, en la tele, entrando a las casas; con los artistas viviendo por primera vez de la música. Una temporada en el amor es la calle Anchorena, pero el disco recorre 20 años de historia. Y canta Moretti que “20 años no es nada si hubiesen sido decentes”.
Dice el cantante que es un disco “claro, crudo, profundo y visceral”. Que es posible gracias a que la banda pasa por una buena etapa y él aprendió el oficio de escribir canciones. Y cree que están “mejorando”.
Los cuatro Estelares trabajaron en la composición de la música de este disco y contaron con la colaboración de Eduardo Minervino en dos temas compuestos al piano, además de la guía y sapiencia de Baleirón, que “ordena la vorágine creativa”. Carlos Sánchez encontró los ritmos justos a la batería y Víctor Bertamoni se hace cargo de la mayoría de los solos –aunque en alguno deja que Moretti se saque el gusto–. Hay, además, un tema del bajista Pablo Silvera, que siempre mete alguna pincelada. Fito Páez, Ariel Rot y Los Súper Ratones participan como invitados.

15 de mayo de 2009

Con Onda vaga, vuelve el Ciclo Media Pila


El Ciclo Media Pila vuelve hoy con un concierto de Onda vaga en El galpón de encomiendas de La Grieta (18 y 71), con la organización de Radio Universidad Nacional de La Plata y la presencia de los locales Monoaural como invitados.
Guitarra criolla, maracas, pianica, cajón peruano, cuatro venezolano, palmas, un trombón y voces –cinco voces como instrumentos–, se mezclan como en un fogón improvisado para desgañitar rumbas, cumbias o viejos rock and rolles; tangos alegres, reggae o folclore.
Dice la leyenda que Onda vaga se formó para pasar el verano de 2007 en Cabo Polonio –una playa del Uruguay donde la civilización aún no hizo huella–, y se volvió una niña mimada, con seguidores de la talla de Fito Páez, Andrés Calamaro y Manu Chao.
Aunque es un quinteto, en aquel primer momento se trató de un cuarteto que sólo quería tocar en vivo en el barcito del lugar, desenchufados. Los músicos, provenientes del rock independiente porteño, juntaron los instrumentos que tenían a mano, consiguieron que les prestaran un cajón peruano y con maracas y todo se fueron al bar. El dueño necesitaba anunciarlos en la pizzara y les preguntó como se llamaban: “Onda vaga”, sentenció uno.
Ahora protestan contra los que los describen como vagos y sacan a relucir sus actividades, porque a Onda vaga cada uno le suma otros proyectos rockeros. Germán Cohen toca en Satélite Kingston y Me darás mil hijos, Marcelo Blanco y Nacho Rodríguez están en Tronco y en Nacho y Los Caracoles, y Marcos Orellana y Tomás Gaggero siguen en Michael Mike. Entonces, dicen, de vagos, nada: “Interpretan lo vago desde la vagancia y no desde la vaguedad... No somos vagos: hacemos notas, ensayamos, cada uno hace sus canciones en su casa, estamos planeando un segundo disco en menos de seis meses, cada uno estudió su instrumento...", disparó Cohen en una nota. Daba para la polémica, y Diagonales arrancó con el mismo Cohen por ahí.
–Eso de la vaguedad suena poco creíble...
–Y bueno, puede ser. Ahora tengo otra explicación alternativa. Vamos a decir que el nombre salió del Poema LXXII, de Gustavo Adolfo Becquer, que empieza “Las ondas tienen vaga armonía…”. Pero bueno, lo cierto es que algunos de nosotros le encontramos un sentido en ese lugar que marca la desprolijidad de las olas en el mar, que también tienen una vaga armonía.
–¿Cómo pasaron del barcito de Cabo Polonio a festivales con R.E.M. y The Jesus & Mary Chain?
–La banda surgió en enero de 2007 y no volvió a tocar hasta agosto, en una fiesta. Entonces, empezamos a decirles a nuestros conocidos que nos invitaran a cuanta fiesta hicieran, que nosotros íbamos a tocar. Así fue que hubo fines de semana que tocábamos en tres lugares. Y decidimos hacer nuestro propio show. La primera vez fueron 15 personas, pero empezó a estar bueno. Fue un poco mágico.
–La mezcla de los instrumentos es muy original. No es una copia de nada.
–No es una copia de nada, pero es una copia de todo. No tiene bajo, pero tiene cajón peruano. Es parecido a lo que puede surgir en un fogón. Hay un tipo que tiene cajón y bueno, toca el cajón. Ahora, a uno le regalaron un ukelele y en el próximo disco vamos a sumarlo. La banda se formó en Cabo Polonio, y ahí no hay electricidad. Éramos unos tipos con una guitarra y un cajón peruano prestado. Empezamos con las canciones que sabíamos de los otros y surgió. Buscado, hubiera sido difícil que saliera.
–¿Qué tocarán en La Plata?
–Nuestros shows no son muy preparados. Lo armamos cinco minutos antes de tocar. Estamos mostrando Fuerte caliente y adelantando temas del próximo disco, que entramos a grabar en junio, creo, porque no somos muy organizados. A eso me refiero con la vaguedad, no tenemos una estructura.

14 de mayo de 2009

Polenta seca


Una obra de teatro, supuesto melodrama de fieras parecido a una película argentina clase B –o a una novela trucha, algo bizarra - se coló en la cartelera de teatro platense de la mano de un trío de artistas del oeste del gran Buenos Aires, invitados al Taller de Teatro de la Universidad Nacional de La Plata. Los actores Javier Dovico y Andrés Passeri y el director y dramaturgo Martín Kasem comenzaron el año pasado con un grupo de investigación teatral amateur, para experimentar sobre técnicas teatrales y se encontraron con que tenían un producto entre manos: lo bautizaron como Polenta seca para la sra. Dupont, y ahora lo presentan todos los viernes de mayo, a las 22 en la sala de 10 entre 54 y 55.

“Tenía ganas de hacer una obra de Alejandro Urdapilleta que se llama Las fabricantes de tortas, pero de pronto me di cuenta que los actores tenían un gran potencial de improvisación. Entonces, tomamos la obra de base para improvisar, seguimos su estructura, le agregamos algo de Las Criadas, de Jean Genet, y nos dispusimos a hacer lo que salga. Y salió esto”, confesó Kasem a Diagonales.

Polenta seca… se promociona como un “melodrama de fieras”, melodrama por aquello de ser algo parecido a “una novela trucha” y “de fieras” porque las dos protagonistas “son unos monstruos” a punto de “matar o morir en cada escena”, según explicó el director y dramaturgo. Además, en el programa hay un guiño al espectador que luego no vuelve a mostrarse en la obra: “¿Qué tan yegua puede ser tu hermana?”, preguntan en el arte gráfico.

-En la obra no se advierte que las protagonistas sean hermanas.

-Es que lo tomamos como un juego para poner sólo en el programa. Que el espectador, antes o después de ver la obra, pueda pensar si las protagonistas son o no hermanas.

-¿La obra es, de alguna manera, un homenaje al teatro under porteño de los ´80?

-Admiro esa época, aunque no la viví, porque tengo 30 años, la investigué y vi videos con las puestas del Paracultural, para ver la estética de artistas como Urdapilleta o Batato Barea, que se metieron luego en la tele y yo pude conocer en mi adolescencia gracias a que trabajaban en el programa de Antonio Gasalla. Me atrae aquella época y toda la movida teatral post dictadura.

Al igual que en las obras que se presentaban en el Paracultural, hay momentos de Polenta Seca… en los que el público cumple un rol, aunque, mientras que en aquellas primeras obras del teatro que nacía con la democracia se lo incitaba y provocaba para que reaccionara, ahora se trata más bien de hacerlo cómplice. “Pensamos en que la gente podría sentirse incómoda y no queríamos que pasara un mal momento”, justificó Kassem.

Los actores son de Luján y el director de Moreno, por lo que durante un año fueron y vinieron hasta que se encontraron con que tenían algo que mostrar. Así fue que Polenta seca… subió a los escenarios de sus ciudades y luego fue invitada a visitar La Plata, donde los viernes sube al tablado del Taller de Teatro de la UNLP.

12 de mayo de 2009

Por la crisis, tantas cosas


La alarma mundial que provocó el crack de los mercados a finales del año pasado todavía está encendida. Los especialistas aún no encuentran respuestas al caos mientras que la crisis sigue firme y pujante como siempre, fabricando más pobres y oprimidos. Y sino, sólo hace falta repasar los titulares de los diarios argentinos de los últimos meses: “Por la crisis, ya subió el consumo de medicamentos”… “Por la crisis, volvió a crecer la cifra de empleados en negro”… “Por la crisis, sube la morosidad entre las clases media y baja”… “Por la crisis, el New York Times vendió su edificio”… “Por la crisis, la compra-venta de joyas vive su propio boom”… “Por la crisis, las aerolíneas podrían perder casi US$ 5000 millones este año”… “Por la crisis, España recibe cada vez menos inmigrantes”… “Por la crisis, las marcas premium mudan sus locales a Internet”… “Por la crisis, Apple despidió a 1.600 empleados dedicados a la venta al público”… “Por la crisis, la filantropía cambia de hábitos para abaratar sus costos”…
Pero no hay mal que por bien no venga, dicen. Y al mal tiempo buena cara, agregan, porque también hay “buenas” noticias por la crisis: “Por la crisis, vuelve el superávit con Brasil”, que se jodan ellos. O mejor: “Por la crisis, IBM muda empleados a la Argentina” ¡Vaaaaamos carajo! Además, dicen que “Por la crisis, la clase media vuelve al hábito de la comida casera”.
Pero pinta la sospecha, porque parece que hay gente capaz de rajarle la culpa a la crisis por cualquier cosa. En España, por ejemplo, dicen que los automovilistas están “más nerviosos” y que “Por la crisis, hay más infracciones de tránsito”. Y vaya a saber de quién fue la idea -y esperemos que no sea de un zoófilo- pero “Por la crisis, Google contrató 200 cabras”. Dicen que es para cortar el pasto de su sede… te creemos Google te creemos…

11 de mayo de 2009

De colección


Una colección es un conjunto ordenado de personas o cosas de la misma clase, reunidas por un especial interés, con las mismas características. Por eso, el ciclo De Colección que inauguró Palo Pandolfo continúa ahora con un artista que se le parece, uno de esos que también irrumpió en el mundo del rock nacional y que dejó los primeros planos en una búsqueda personal y original: Francisco Bochatón.
El concierto será esta noche, en una fiesta que abrirá Bicicletas y que continuará con la presentación de la nueva banda de Bochatón, con Fernando Kabusacki en guitarra, Nelson Collingwood en bajo, Matías Mango en teclados y el ex Brujos Quique Ilid en batería. Será a las 23 en la Casa del Pueblo (49 e/ 9 y 10).
Bochatón creó Los peligrosos gorriones en 1991 y, después de tres discos con el grupo, en 1999 inició una carrera solista que lo llevó a editar seis discos. En sus diez años como solista, fue de una música electrónica algo experimental a Tic Tac, su disco más rockero, editado en 2007.
"Tic Tac fue pensado en una sala de ensayo del barrio de Almagro. Ahí hicimos la preproducción del disco, con la idea de que sonara como si fuera un disco en vivo, no sólo desde lo técnico, sino también desde la ejecución de los instrumentos", contó Bochatón a Diagonales.
Según el cantante, el máximo objetivo de imitar el vivo se logró en algunas canciones más que en otras, y rescató en particular "Corazón divino", "Elemento enigmático" y "Vuelvo siempre".
"Lo hicimos pensando en sostener el poder del vivo. Tocamos todos juntos, no grabamos más de cuatro tomas por canción, apenas le pusimos unos pocos coros y se corrigió muy poco, casi no tiene regrabaciones sobre lo que quedó del original. Fue una idea que trabajamos con Matías Mango, que además de ser el tecladista de la banda es productor del disco", agregó el músico.
–¿Ya hay algún proyecto para sacar un nuevo disco?
–Estoy preparando algo que debería salir en septiembre. Y ya tengo tres propuestas de tres sellos discográficos, pero todavía tengo que ver cuál será la opción para producir el disco lo mejor posible. Entre las propuestas hay una de Warner. Pero por ahora no es algo urgente, lo estoy pensando. La producción independiente es una alternativa. Este año voy a producir un disco de una banda de Capilla del Monte que se llama Peperina en llamas. El disco lo produce también el actor, director, guionista y productor de cine y teatro Diego Rafecas.
Bochatón nació en La Plata y desde hace más de una década vive en Capital. En sus canciones aparecen referencias marinas, oceánicas, muy notorias en su etapa de Los peligrosos gorriones, con temas como "Escafandra", aunque también volvieron a aparecer en el disco Tic Tac, con "No volverás": "Encontré un montón de ruinas / en el mar / junto a las esquinas / hacia el sol van dirigidos / todos los pensamientos".
–¿De dónde viene tanto interés en lo marítimo?
–El mar siempre me pareció algo imponente. Mis primeros contactos fueron durante las vacaciones familiares y después porque mi hermano estudiaba buceo. Yo, una vez, bajé 8 metros buceando en Puerto Madryn. Y no sé por qué, pero esa sensación me da por el lado poético, de inspiración, de libertad, de sensación de infinito, porque, por lo menos a la vista, el océano parece inabarcable.

8 de mayo de 2009

Llega Cabernet: un grupo vocal “fuera del tiempo y del mercado”


En un alto del ensayo del grupo Cabernet, cinco se quedaron escuchando y uno habló por teléfono con Diagonales para anticipar el show que esta noche, a las 21.30, los traerá a La Plata, a Notorious, en el Pasaje Rodrigo (51 entre 4 y 5).
–¿Estaban ensayando?
–Si, pero ahora todos se pusieron a escuchar lo que digo.
–¿Hacemos la entrevista?
–Sí. ¿Van a poner algún tema? ¿O ya salimos al aire?
–No. La nota no es para una radio, es para el diario.
–¡Aaaah!...
Y se escucha por el auricular que les dice a los otros: “Es para un diario”. Y vuelve al teléfono: “Ahora se están cagando de risa”. Pol González es el que habla. Y justifica la confusión con que es viejo y otras cosas que divierten a los otros Cabernet que escuchan: Marcos Lozano, Diego Mercado, Manuel Moreira, Ale Dolina y Diego Pietropaolo.
–¿Cómo será el show en La Plata?
–Vamos a hacer el show que venimos haciendo hace un año, aunque con algunas cosas nuevas. Estamos contentos porque vamos a ir a un lugar nuevo con el que tenemos una larga relación en Buenos Aires. Los que no conocen se van a encontrar con una banda vocal que funciona como una banda de rock. En cuanto al vivo, podemos decir que apuntamos a un concepto de show. No tocamos un tema y luego otro, sino que trabajamos de manera conceptual. Sobre los temas nuevos, y esta es una primicia, serán adelantos de nuestro tercer disco, que grabaremos en septiembre.
–Del primero al segundo disco pasaron tres años y del segundo al tercero serán sólo dos...
–La gente nos pide que grabemos más, pero lo que ocurre es que en el grupo es bastante difícil la decantación de temas y arreglos. Algunos se prueban en vivo, es un trabajo arduo porque es el laburo no de una, sino de seis cabezas. Ahora probablemente trabajemos con un productor.
–En SudRealismo incluyeron un acompañamiento instrumental en algunos temas ¿Cómo fue que se decidieron?
–Es que nos pensamos como grupo musical antes que como grupo vocal. Al principio éramos puristas, pero después nos dimos cuenta que era innecesario. Además, entre nosotros hay instrumentistas. Entonces fuimos mechando y nos dimos cuenta que la voz no perdía protagonismo, así fue que incorporamos piano, guitarra, y percusión.
–En el de Charly García (“Nos siguen pegando abajo”) son directamente una banda...
–Nos animamos. Y a otros temas le fuimos sumando apenas un instrumento. En uno que se llama “Espejo retro” hicimos algo freak: cantamos los seis con una batería.
–Se animaron a los instrumentos y pasaron a algo más latino.
–Al principio nos juntamos a hacer covers y después es inevitable que uno empiece a mirar adentro. Y ahí comenzaron a surgir los ritmos latinoamericanos, los candombes, los sambas, las chacareras, sin prejuicios, porque creemos más en las obras que en los géneros, entonces hacemos obras del tango, obras del folclore. Para nosotros es casi una contra pensar en géneros cuando hay seis músicos que vienen de distintas raíces.
Obras de jazz, folclore, música brasileña y ritmos rioplatenses aparecen en el horizonte de los Cabernet, en composiciones propias o versiones de temas clásicos de Gismonti, Jobim, Charly García, Silvio Rodríguez o el Cuchi Leguizamón, con texturas vocales e instrumentales que los renuevan y les permite viajar por todo el país pese a que, como dice Pol González, ser un grupo vocal es estar “fuera de tiempo, fuera del negocio y fuera del mercado”.

Tercero Incluido


El grupo de teatro platense Eos 2 anunció la realización de las últimas funciones de Tercero incluido, la obra que Eduardo “Tato” Pavlovsky estrenó en 1981 en Buenos Aires en el marco de Teatro Abierto, el ciclo que nació como reacción cultural contra la dictadura.
La obra de Pavlovsky, que sufrió un atentado en los años ‘80, mientras se presentaba en el teatro Picadero y debió terminar sus funciones en la sala del Tabarís, fue repuesta varias veces por diferentes elencos. En estos días se presenta en Tucumán, bajo la dirección de Pablo Parolo, y entre 2004 y 2005 tuvo versiones de Lito Cruz y Joaquin Berthold. Uno de los últimos grupos en volver a trabajar con aquel texto, cargado de resignificaciones con el paso del tiempo fue Eos 2, que la mantendrá en escena los viernes de mayo, a las 20.30, en el Espacio 44 (44 entre 4 y 5), con la actuación de Sonia Costa y Juan Peltzer y la dirección de Ernesto Meza. La obra saldrá luego de gira y, tal vez, se reponga en la segunda mitad del año en La Plata.
La idea de trabajar con el texto de Pavlovsky surgió de los actores. "Me enganché enseguida porque me gustaba la idea de trabajar con el material. Era la primera vez que trabajaba desde el principio en una puesta como director, me gustaba como trabajaban los actores y me encanta el material", reveló Meza a Diagonales.
Mientras que, como reconoce el director, la obra denuncia a los grupos de tareas que actuaron durante la dictadura militar, también trata sobre la alienación que genera una cotidianeidad llena de violencia, inseguridad y las epidemias, por lo que se resignifica. "Terminamos todos con miedo por el tema de la inseguridad. Y ahora estamos locos por esto de las enfermedades, por el dengue y la gripe porcina. El tema de la violencia está en todos lados. Yo trabajo en un jardín de infantes con nenes de cinco años y los chicos vienen cada vez más revolucionados", afirmó el director.
Entre las particularidades que tiene la obra es que los artistas trabajaron los ejes temáticos en ensayos durante los que no respetaron el orden de las escenas. Los primeros ensayos fueron en una casa de Gonnet, cercana a las vías del tren, y luego reprodujeron en el escenario algunas características con las que se habían encontrado en el lugar de ensayo, como por ejemplo un grillo, los ladridos de un perro y el paso del tren, que fueron llevados a escena por el escenógrafo y encargado de la puesta de luces Augusto González Ara. "Respetamos los parlamentos, pero no las acciones", aclaró Meza.
En su tercero incluido hay "un hombre obsesionado por la existencia de un tercero que lo amenaza, lo acecha y lo perturba" y "una mujer que quiere atención, cariño y no soporta esa locura de su marido con esas cosas en su cabeza".
Teatro del absurdo, la obra provoca distintas sensaciones, algunas tragicómicas por el accionar patético de los personales, pero se propone como una invitación para reflexionar sobre el pasado, el presente, los medios y los miedos.