"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

29 de octubre de 2009

Desgraciado

Había estado parado unos minutos en la esquina. Ya era de noche y parecía que no iba a poder encontrar un taxi ni de casualidad. Igual, esperó, paciente.
–Hola, qué tal –saludó por compromiso, nomás.
–Y, la verdad, que bastante mal –respondió el chofer.
–...
–Y bueno… ¿dónde vas?
–Ehhh… voy a 10 y 47.
–Ando mal, qué te voy a decir. Uno siempre dice que está bien o a veces más o menos, pero la verdad que no: ando mal –dijo con tristeza desconcertante.
–Bueno…
–Está bien, ¿sabés que pasa? Uno ya es grande, tengo 64 años y varios nietos, pero estoy más solo… no tengo mujer y trabajo todo el día.
–No sos tan grande.
–Depende.
–¿Sos viudo?
–No. Separado.
–¿Hace mucho?
–Ya hace como cuatro años que me separé.
–¿Y la familia?
–Vivo solo. Pero solo, eh. De vez en cuando paso por alguna casita pero no es lo mismo.
–Y… no sé...
–De vez en cuando tenés suerte y te toca una piba joven, que recién empieza y pone un poco de voluntad, pero esos casos son los menos, la mayoría de las veces es un trámite. No pasa nada. Es frío… Salís con un vacío…
–La verdad... no sé qué decirte.
–Y, no me digas nada. Igual, ando mal –dijo.
El viaje siguió en silencio. Hasta llegar.
–¿Cuánto es?
–8,75 –dijo el chofer
–Servite.
–¿No tenés monedas?
–No, ni una.
–Bueno, es que no tengo cambio.
–Está bien, quedate con el cambio. Chau, gracias.
–Bueno, gracias. Chau.
Arrancó el taxi y el chofer se fue a seguir estando solo, desgraciado.

22 de octubre de 2009

Una granja para los chicos



Se cumplen hoy cuatro años de la muerte del padre Carlos Cajade y la organización que levantó desde la nada con su trabajo de cura solidario, que decidió vivir para los demás, tiene nuevos proyectos. A las casas, los comedores, la panadería, la revista La Pulseada y la gráfica Grafitos, le suma ahora una granja educativa y autoproductiva en plena construcción.
El Hogar de la Madre Tres Veces Admirable estará hoy tan activo como siempre que hay un motivo para reunirse, lejos del desánimo, el abatimiento y la congoja, pero con permiso para la tristeza. Habrá alboroto y alegría en el recuerdo para los más de 300 pibes que integran la fundación. Habrá juegos inflables, títeres y magos desde las 11 de la mañana y también un almuerzo con hamburguesas, chorizos y, por la tarde, la tradicional chocolatada. El día cerrará con una misa en el predio del hogar, en 643 entre 12 y 13, que se realizará a las 19.30.
Fernando Tosetti es técnico agropecuario y docente de la escuela especial de Berisso. Desde este año, trabaja en la proyección de la granja del Hogar de Cajade y además de meter las manos en la tierra, escribe notas y cartas en busca de la ayuda que necesita para poner en pie el lugar, que ya tiene planeado su desarrollo, al punto de que hay un camino por el que los invitados podrían recorrer el paseo.
"Tenemos un invernáculo bastante grande en el que este año cultivamos zapallo, lechuga, acelga y rabanitos, pero ya tenía el nylon muy deteriorado y el año que viene no va a funcionar al menos que consigamos alguna donación. Ahora, estamos preparando la tierra para el verano, que podemos sembrar cualquier cosa, pero la idea es rescatarlo para el invierno y que pueda cumplir su función y generar el microclima cálido para que las verduras puedan crecer más rápido y en mejores condiciones", explicó Tosetti a Diagonales.
"El mantenimiento es muy difícil. Todos los días se rompen cosas: el pico para el agua de los conejos, las mangueras que tenemos están viejas, podridas, se nos rompieron los tanques de agua y sólo conseguimos dos reemplazos de fibrocemento y el día de la última tormenta se volaron chapas de la conejera. Todos los días nos pasan cosas, pero estamos contentos con el proyecto, porque estar acá es como una bendición", destacó.
La granja tiene varias ovejas, una cabra, dos vacas, dos terneros y muchos conejos. Y los chicos que la visiten estos meses también podrán ver dos ponis, una yegua y un caballo, que son prestados. El fuerte, sin embargo, son los lechones: "Cuando yo llegué las lechonas (madres) para cría estaban muy flacas, les faltaba alimento y agua; estaban descuidadas porque no había veterinario y la mayoría ya estaba preñada. Nosotros les inyectamos vitaminas, hierro y las salvamos, incluso a las cuatro lechonas más viejas. Ahora están todas sanas y tuvieron 20 lechones, todos con parto por tacto, que nos hizo trabajar toda la noche, fue una tarea terrible, pero gratificante".
La venta de lechones y conejos son dos de las principales entradas con las que cuenta la granja, que deberá autoabastecerse a corto plazo. "Acá los chicos del hogar aprenden a asumir responsabilidades y se educan para forjarse un futuro", explicó Tosetti, que este año trabaja con siete chicos de entre 13 y 21 años que aprenden "a ser hombres de bien que pueden forjar su propio destino, a tener un trabajo digno".
A la granja le falta equipamiento, herramientas y está un poco venida abajo, pero ya hay manos que la levantan: está la vereda que deja imaginar cómo será el paseo, que incluirá una laguna artificial con un puente colgante y el monte frutal, y ya se levanta lo que será el gallinero para las ponedoras, que dará huevos para las casas y los comedores comunitarios del hogar.
Por ahí andarán mañana, correteando, los 300 pibes que necesitan que el proyecto continúe y junto a ellos los voluntarios que ponen el hombro todos los días, los que están desde siempre y los nuevos, como Raúl, el veterinario que dona las vacunas y hace el control sanitario de los animales de la granja. Como los educadores de las casitas, ahí están Miguel, Ricardo, Eduardo, Juan, Romina, Isabel, José y Andrea organizando una suelta de globos o repartiendo barriletes. Cociendo a fuego lento más de 600 chorizos y 700 hamburguesas para que todos los chicos tengan su almuerzo en este día para recordar a Carlitos, como le decían al cura solidario, el curita de pueblo que soñaba con una infancia más feliz, la ponía en su horizonte y caminaba en su búsqueda.

El religioso
Cajade fue sacerdote durante 26 años en la arquidiócesis de La Plata. Ingresó al seminario a los 19 años y pasó por varios templos. Su último destino fue en la iglesia de la Santa Cruz, en el Barrio Aeropuerto.

El político

Fue secretario de Derechos Humanos de la CTA provincia, cofundó el Movimiento Nacional Chicos del Pueblo e integró la Comisión Provincial por la Memoria.

Las casas

La obra tiene seis casas en la que viven 60 chicos, otras tres casas de día que se atienden las necesidades básicas de otros 150 pibes, según el momento. En la casa de bebés se cuida a 60 recién nacidos.

Los oficios

Los chicos aprenden oficios en una panificadora, una imprenta y desde este año en la granja.



Carlos Cajade y el Hombre Nuevo
Por Julio Ferrer
Tengo dos motivos para considerar a octubre como el mes que ha intentado detener el andar de la historia insurgente latinoamericana: el 9 de octubre de 1967, en La Higuera, Bolivia, caía asesinado el comandante Che Guevara. Ese día, la tierra se estremecía y absorbía la sangre más revolucionaria del siglo XX. Sus ejecutores, el ejército boliviano, los rangers norteamericanos, la CIA y los burócratas del poder, quedarán en el barro de la historia por los siglos de los siglos.
El 22 de octubre de 2005 se detuvo el corazón noble y valiente del cura tercermundista Carlos Cajade. Un silencioso enemigo, llamado cáncer, lo sorprendió de manera despiadada.
El Che Guevara y Carlos Cajade. Sangre revolucionaria. Dos hombres nuevos. La misma lucha.
¿Por qué mezclar estas dos figuras? Porque el cura respetaba al guerrillero heroico "un bello hombre, entregado de cuerpo y alma para la liberación de los pueblos de América Latina. Se equivocan sus detractores cuando lo definen como 'ateo'. Esto es totalmente falso, con otros métodos, su lucha fue como la de Jesús, enfrentó a los poderosos, a las clases dominantes y entregó su sangre por la libertad de los oprimidos". Y es muy probable que el Che hubiera pensado lo mismo sobre Cajade.
Hacía tiempo que quería unir a estos dos legendarios de las luchas populares y me consuela pensar que los dos están en el paraíso de los mártires del pueblo, analizando y entrecruzando las concepciones guevaristas y peronistas por el bien común y la justicia social para todos.
Los aniversarios, según los casos, sirven para recordar, reflexionar o cuestionar los hechos. Por ejemplo, hoy, se cumplen cuatro años de la partida física de Cajade y la pregunta es ¿por qué él?, ¿por qué tuvo que dejar su trabajo en donde intentaba construir el paraíso terrenal? Quizás surjan respuestas con moralejas bíblicas, interpretaciones teológicas; o con buena intención pero ninguna podrá convencer ni justificar lo injustificable. ¿De qué manera los niños y niñas que son expulsados y condenados a la intemperie social, entenderán que ya no está ese hombre bondadoso que luchaba para que la infancia vuelva a ser un privilegio? ¿Se convencerán los marginados qué ya no está ese sacerdote y militante político que luchaba contra los poderosos y las injusticias? Los más perjudicados seguirán preguntando: ¿por qué tan pronto tuvo que partir? ¿Quién lo decidió: Dios, el Mal o el destino? Recuerdo que en sus últimos días le pregunté si seguía teniendo fe y él me respondió: "Más que nunca". No lo entendí y lo sigo sin entender.
Carlos Cajade dejó una marca imborrable en la lucha política del país: su coraje ante la barbarie de la última dictadura militar, su apoyo y amor incondicional por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Sus enfrentamientos contra el neoliberalismo y sus políticas de hambre y exclusión impuestas por el menemismo, la Alianza y el duahaldismo. Durante la presidencia de Néstor Kirchner tenía esperanzas y decía que había que apoyarlo con un movimiento popular pero tenía que cambiar la raíz económica y empezar con la distribución de la riqueza (deuda aún pendiente).
Sembró la semilla de la ética, la solidaridad, el amor, la amistad, la alegría, la Revolución. También tenía un don especial: el de perdonar. Se sabe que perdonó a muchos Judas que no podían tolerar que fuera un elegido. Porque eso fue Cajade, un elegido para las causas más justas y nobles, que son las del pueblo. Y a ellas se entregó con pasión y convicción. Su vida y obra me hacer recordar a esas palabras del dramaturgo alemán Bertolt Brecht "… Y están los que luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles". Palabras que definen de manera ejemplar a este cura revolucionario.
Aunque sus ideales y enseñanzas sean levantados por miles y miles de hombres y mujeres que buscan esa utopía de un mundo sin explotados ni explotadores, sin miseria y humillados; muchos se seguirán preguntando ¿por qué el Che y Carlitos tuvieron que partir tan pronto?

16 de octubre de 2009

Actividades sensoriales



–¿Podemos sacarles una foto? –preguntó Eva.
–Claro –respondieron ellos, y comenzaron a pararse, tentados de risa.
–¿Se chocaron la cabezas? –preguntó la reportera.
–Si –rieron Noelí y Gonzalo, protagonistas de la colisión de testas.
–Es que acá nadie ve nada –bromeó Angel. Y preguntó:
–¿Cómo nos ponemos?
–Con la cara al sol, así ella tiene el sol en la espalda y puede sacarnos la foto –explicó Ricardo.
Y así fue que se alinearon, preguntando si decían whisky, vodka o vino tinto, Cristian, Noelí, Gonzalo, Angel, Ricardo y Luis, sin perder una pizca de humor, pese a la seriedad del tema que los había convocado en la Plaza Moreno: la jornada en conmemoración del Día del Bastón Blanco, fecha dispuesta en 1980 por la Unión Mundial de Ciegos (UMC).
Los cinco integrantes de la Fundación Tiflos, otra manera de ver, participaron ayer a la tarde de un encuentro experimental, en el que se desarrollaron algunas actividades sensoriales, como el manejo del bastón como herramienta de seguridad, en medio de la Plaza Moreno, en 12 entre 51 y 53.
Tiflos es una entidad sin fines de lucro con sede en 22 entre 32 y 33 que trabaja para discapacitados visuales, tanto sean ciegos o con baja visión. Realizan rehabilitaciones básicas, para que la persona pueda resolver situaciones de vida, mejorar los vínculos familiares y sociales, alcanzar un trabajo permanente e integrarse a la sociedad para participar activamente; atienden casos de sordoceguera y brindan cursos de tiflotecnología, a través de la adaptación de tecnología y capacitación para usar la computadora.
Ayer, además de una pequeña cartulina en la que repartían un abecedario en Braile, entregaban un panfleto para personas videntes: "Soy una persona ciega".
* Dame tu brazo para cruzar la calle.
* Coloca mi mano sobre el pasamanos del colectivo, puedo subir solo.
* Avísame cuando entres o salgas de una habitación.
* No me dejes hablando solo.
* Coloca mi mano donde tengo que sentarme.
* No hables con señas, no las comprendo.

CON LOS OJOS VENDADOS. En el medio de Plaza Moreno, Ignacio se vendó los ojos y tomó uno de los bastones blancos que inventó un argentino en 1921 y patentó un yanqui algunos años después, con la idea de experimentar por unos metros cómo sería eso de caminar sin ver, con un bastón, guiado por la instructora en orientación y movilidad María Herminia Suñé.
–No es tan fácil como parecía.
–Es difícil en una plaza porque los ruidos vienen de todos lados, pero escuchame a mí, yo te ayudo.
–¿Voy derecho?
–Podés intentar encontrar la línea de separación de las baldosas de la plaza, para ver si podés ir derecho.
–No siento nada –dijo Ignacio mientras trataba de sentir el piso bajo sus pies.
–¿Te ayudo a encontrar la línea?
–No, no. La encontré.
–Bueno, escuchame y seguime, porque ya vas a empezar a sentir los autos adelante.
–Los escucho muy cerca. Me da miedo.
–Bien. Da miedo, pero ya llegamos.
–¿Esto es el cordón?
–Sí. Llegamos a la calle.
-¡Uh! ¡Es raro eh!
Aunque caminó en diagonal, Ignacio llegó al cordón sano y salvo, guiado por su instructora. “Hay algunas técnicas, como la de barrido, pero eso sería muy complejo para explicártelo en un ratito”, le dijo Suñé, que tomó el bastón en sus manos y le mostró cómo era posible, incluso, esquivar algunos obstáculos pequeños, como algún pozo o una baldosa mal colocada, tocando con el bastón cruzado al paso, anticipando dónde irá el, pie.
“Los ciegos tratan de evitar las plazas, porque el ruido viene igual de todos lados y a veces hay caminos en diagonal o en zigzag. Generalmente van por la vereda, pero, si ves a un ciego, lo importante es que le avises si tiene algún obstáculo adelante, porque a pesar de que hay una senda de circulación que tiene que quedar libre, muchas veces hay cosas a cualquier altura que ellos no pueden detectar con el bastón. Hay gente, por ejemplo, que deja el auto en la vereda. Y eso es peligroso”, explicó la instructora. Y agregó: “igual, lo importante es que la persona se anime”.

INSTRUCTOR. Cristian Cerega tiene 36 años. Nació con un problema congénito y perdió la vista en el año 2000. Iban a transplantarlo, pero no pudieron porque tenía hemorragias. Desde el 2004 comenzó a hacer un programa de radio en su natal Las Heras: “Las Heras que no mirás” y viaja a La Plata para su rehabilitación. Como es el más charlatán, trabaja como rehabilitante: “Para ser independientes tenemos que aprender Braile, movilidad, orientación de bastón, informática y tareas de la vida diaria”, explicó.
Su tarea es hacer que los nuevos puedan sentirse cómodos con un par para contar su historia y poder iniciar su rehabilitación: “Muchas veces las cosas no hay que verlas, hay que sentirlas”, aseguró.

12 de octubre de 2009

La construcción de edificios en la mira



Un grupo de platenses preocupados por la cantidad de edificios que se construyen en la ciudad comenzó a registrar con fotografías los cambios que día a día hay en el casco urbano: casas antiguas que son derrumbadas y reemplazadas por viviendas multifamiliares de varios pisos que se salen del contexto y terminan con la continuidad y la identidad barrial. Sus mails, que son anónimos, llegan a las casillas de funcionarios municipales y provinciales, autoridades de la universidad y los colegios que intervienen en la construcción, pero no son contestados porque los denunciantes no revelan sus identidades.
Las fotografías hablan por sí solas y aparecen como un testimonio incontrastable que indican que un cambio está transformando a la ciudad. Por eso, Diagonales salió a preguntar a los involucrados qué pensaban sobre este tema. El decano de la facultad de arquitectura no contestó; el presidente del Colegio de Arquitectos, Angel Merlo, concluyó que es preferible ir para arriba que crecer desordenadamente hacia las afueras; mientras que el director de coordinación de Obras Particulares, Daniel Horacio Martínez, aseguró que quiere fijar una “política de estado” con el nuevo Código de Planeamiento Urbano que se está concensuando, con “edificios altos en el centro y límites bajos en los barrios”, aunque la norma aún está en estudio.

PAREN CON LOS EDIFICIOS. “Esto va más allá de lo legal. Tenemos información de una organización de inquilinos que nos dicen que los edificios tampoco los beneficia a ellos. No son viviendas sociales las que están construyendo, sino para inversores con fines especulativos”, escribieron los vecinos del Grupo de Casas Bajas y Antiguas.
La idea de La Plata como paradigma y modelo, utópica, geométrica y simétricamente perfecta, con sus edificios públicos majestuosos y la supuesta limitación en altura que impusieron –con la Catedral y la Municipalidad emplazadas en las ocho hectáreas de mayor altitud–, fueron temas de debate con los profesionales, interpelados por los anónimos vecinos que aseguraron que “la arquitectura es parte de la historia, y sin historia no hay identidad”. Y que dicen defender “la calidad de vida y el patrimonio común: el sol, el aire, la luz, las vistas, la privacidad en tu patio”.





"Para vivir en una casa hay que mudarse a Gonnet”

Daniel Horacio Martínez, es director de coordinación de obras particulares de la Municipalidad de La Plata y trabaja en un lugar que antes perteneció a los ferrocarriles –en 21 entre 49 y 50– y no es más que un galpón dividido con paneles de madera terciada pintados de marrón claro, colocados sobre una estructura aluminio marrón oscuro y amueblado con escritorios de los '60, '70. En el pasillo central, hay bancos de cemento pintados de negro y el piso también es de cemento, pero color bordó.
En su oficina, decorada con algunas notas periodísticas, mapas y cuadros alegóricos al patrimonio urbano, el funcionario explicó que hay cuatro grados de protección sobre los edificios de la ciudad: estructurales e integrales, de protección absoluta, que incluye inmuebles que no se pueden intervenir sin un control exhaustivo; y los cautelares y contextuales, sobre los que Obras particulares y Planeamiento pueden autorizar que sufran alguna intervención o sean demolidos. "Una cosa es un edificio mantenido idéntico a lo que fue proyectado y otra que haya sido trastocado. La gente se enoja porque se demuele, pero acá cotejamos la propiedad con sus planos y muchas veces les han hecho cambios que hace que pierdan valor. Hay una mirada técnica que analiza si la propuesta es razonable", describió.

–Cada vez hay más edificios.
–Hoy por hoy aplicamos una norma del año 2000 que permite que se construya en los barrios. No la hicimos nosotros. Lo que está, está, las construcciones son legales, aunque nosotros somos la única gestión que demolió, lo hicimos en 24 entre 47 y 48 y en 37 entre 27 y 28, cuando no cumplían con las reglas vigentes. Además, estamos trabajando para que las decisiones que se tomen ahora sean política de estado en materia de construcción y para eso, estudiamos realizar cambios al código de planeamiento urbano. La idea es sacar altura en los bordes, digamos, de 66 a 72, de 19 a 31 y de 38 a 32, permitir sólo dos pisos y llevar toda la maza arquitectónica al centro. Es un planeamiento a largo plazo, porque sostenemos que la ciudad va a crecer, pero que la gente se quede tranquila, porque la maza arquitectónica que ahora está permitida en los barrios la vamos a llevar al centro. El proyecto, además, podría permitir construcciones en altura en algunos otros lugares, como una cava recuperada. El centro, las avenidas y las diagonales podrán tener edificios en altura.
–¿Los cambios son más difíciles de tolerar porque se piensa a La Plata como paradigma?
–Se trata más de un problema filosófico que técnico o ambiental. La gente presupone que no hay permiso para las construcciones, pero la mayoría de las denuncias no llegan a nada porque los profesionales proponen algo coherente con la norma en vigencia. Y hasta que no cambiemos esa norma somos sus esclavos. Además, La Plata no es una ciudad medieval o con antecedentes históricos, tiene valores para preservar, pero creo que tenemos que estar orgullosos de las construcciones (en altura) de 53 entre 20 y 27, por ejemplo, porque fueron realizados por arquitectos jóvenes y dentro de unos años van a ser patrimonio. La gente sufre porque su barrio cambia de escala, pero es lo que permitió la gestión aterior.
–¿No se suponía que los edificios públicos eran el tope de altura? ¿Alguna vez hubo limitación?
–Hasta el 2000 La Plata no tuvo limitación en crecimiento en altura.
–¿Qué pasa con el patrimonio? Hay casos que despiertan polémica como la casona de 10 y 60 y también la casa de 51 entre 21 y 22, que perteneció al primer intendente de La Plata, Arturo Chaumeil.
–La casa de 10 y 60 que se ve tan bien por fuera estaba destrozada por dentro. Eso fue verificado por ingenieros. Además qué podemos hacer si los propietarios dicen que no tienen para mantener el edificio y lo quieren vender. Qué hacemos con las casas con peligro de que se derrumben, sin mantenimiento, que los dueños no tienen para mantenerlas y el estado no las puede comprar. En el caso de la casa de 51 entre 21 y 22 estamos haciendo esfuerzos para que los proyectistas construyan unos metros más atrás de la línea municipal para proteger un alcanfor y una palmera que tienen 180 años, pero la ordenanza los obliga a construir adelante.
Hay otros casos, como las casas de calle 14 o diagonal 73 que no podemos pensar en modificar o alterar porque son edificios de valor histórico y patrimonial.
–¿Por qué la ordenanza obligaba a construir sobre la línea municipal?
–Por capricho, por el concepto de manzana compacta.
–¿Los servicios no van a colapsar?
–Las empresas prestadoras podrán mejorar sus planes de inversión si cuentan con un proyecto confiable para saber cómo crecerá la ciudad, pero las empresas tienen que ir detrás de los cambios. De lo que estamos seguros es que no se puede pretender vivir en una casa con un altillo a cuatro cuadras del centro. Si uno pretende vivir en una casa con una pileta en el fondo se puede ir a Gonnet, a City Bell o a Villa Elisa; lugares en los que está prohibido construir en altura. La construcción es sinónimo de desarrollo.
–Había otros aspectos en el desarrollo de la ciudad que tuvieron en cuenta sus creadores como el bosque y el puerto, que prácticamente no se desarrolló. ¿Qué piensa el gobierno sobre estos temas?
–El tema del puerto es muy importante y por lo menos empezamos a caminar junto a Berisso y Ensenada para brindar respuestas regionales. Aunque también con Brandsen y Magdalena. En el Boque, en principio, esperamos celebrar algún acuerdo con la universidad para gestar un concepto de La Plata Campus y no Bosque Campus. Hay que terminar con la idea de que el bosque puede tener nuevos edificios. Creemos que se pueden completar las unidades académicas que ya están construidas, pero que también se pueden construir nuevas unidades académicas fuera del casco urbano, en Villa Elvira, Los Hornos o Gonnet. El Tren Universitario, que de la estación La Plata recorrerá el bosque, 72 y 31, hasta Los Hornos, es una buena idea y le permitiría a la universidad instalarse en otras zonas.
–¿Qué pasa fuera del casco urbano?
–La ciudad creció con sin planificación, sin respetar la valorización del espacio verde cada seis cuadras, pero esta gestión está trabajando para recuperar la circunvalación como una extensión de las plazas y el bosque, para que sea un espacio recreativo y forestado.


“Esta ya no es la ciudad que planeó Dardo Rocha”
Angel Merlo es presidente del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires y una de las voces llamadas para conversar sobre las exigencias de los anónimos que disparan correos electrónicos con la consigna: Paren con los edificios. A media semana, Merlo atendió a Diagonales después del mediodía en un sitio privilegiado de La Plata: la casa que el arquitecto suizo-francés Le Corbusier proyectó por correo para el cirujano Pedro Curutchet, frente al bosque platense. Y apenas se acomodó en la cabecera de la mesa del primer piso, en la zona pública de la casa, donde debió funcionar un consultorio, en la planta entrepiso, aclaró que recibió los mails con las fotos y las denuncias, pero prefirió no contestarlos por no saber quién los escribe y cuáles son sus intenciones. “Puede ser alguien de la oposición o un provocador. Es legítimo tener cuestionamientos, pero es mejor hacerlos con el nombre”, explicó.

–¿Cuál es la visión del Colegio en este tema?
–La reducción de altura no va a neutralizar estos enfoques sobre la aparición de la vivienda colectiva en el casco de la ciudad. Aunque se construyan menos pisos, van a perturbar igual porque el vecino se siente invadido y tiene un legítimo derecho, pero también el desarrollador puede ocupar el predio y construir edificios, siempre que lo haga dentro del reglamento.
–¿No hay excesos?
–Esta ciudad tiene códigos y se respetan en altísimo porcentaje, porque hay controles, tanto de la municipalidad como de los colegios, que vigilan el comportamiento ético. Además, los profesionales saben lo que hacen. Lo que se omite con este tipo de cuestionamientos es quiénes tienen derecho a la ciudad y quiénes no. ¿Lo máximo permitido era una vivienda por lote? La ley de Propiedad Horizontal (13512) que tiene más de 50 años, habilitó a que se puedan hacer más de una casa por lote. Y el casco histórico está en condiciones de soportar la población total de La Plata sin periferia, porque se habla de especulación pero la expansión "en mancha de aceite" hacia las afueras es resultado de otro proceso especulativo que hizo que se creciera desordenadamente, dejando a la población alejada de la ciudad sin el equipamiento y sin la infraestructura, que la tiene que cubrir el estado. Los únicos beneficiados fueron quienes explotaron la tierra. No hubo planificación, no hay calidad espacial y encima alguien se tuvo que hacer cargo de la infraestructura. La construcción de edificios genera problemas es cierto ¿Quién pone el límite? En La Plata lo venimos discutiendo hace 15 años.
–Pero se supone que la ciudad fue creada con ciertos parámetros.
–Dardo Rocha pensó en una casa por lote. Y también pensó que la ciudad terminaba en la circunvalación y en los alrededores había quintas. Esta ya no es la ciudad de Dardo Rocha. Hay que construir la ciudad que viene en el marco de un urbanismo creciente. El hombre moderno es urbano. Más allá del fenómeno del campo, el hombre vive en la ciudad. Entonces, nos corresponde a nosotros compatibilizar cómo hacer para aumentar la densidad, porque todavía hay casitas en el centro y tenemos que imaginarnos el futuro. En la ciudad viven 100 mil personas, pero hay en La Plata unas 670 mil. Si seguimos como ahora vamos a vivir en Magdalena. Tenemos que pensar cuánta densidad podría haber para que más gente tenga derecho a vivir en el casco urbano. Además, por ahora no nos alcanzó el proceso de conurbación, nos viene salvando el Parque Pereyra Iraola.
–¿Qué altura podrían tener los edificios?
–Los desarrolladores dicen que con cuatro pisos no pueden amortizar un ascensor. Pagan entre 150 y 180 mil dólares por un terreno y tienen que pensar cuántas personas pueden usar los departamentos. Podrían ser dos pisos o 4 ó 5 pisos para los edificios con ascensor. El problema no es la altura. Yo me pregunto por qué en lugar de decir "paren con los edificios" no dicen "paren con los autos" ¡Vivimos en una ciudad en la que cada familia tiene que tener dos autos!
–Le pediremos a su jefe de prensa que le arme un grupo: “paren con los autos”.
–Ojo, hablo desde el punto de vista del arquitecto que actúa como arquitecto, respetando el código, y no por los arquitectos que son desarrolladores, porque esos ya son empresarios. Por último, quisiera agregar algo que no dije y es que en el contexto de crisis en la que vivimos la construcción es una genuina generadora de trabajo, genera mucha mano de obra y, al contrario de lo que ocurre con los autos, el 90 por ciento de sus insumos son nacionales. Además, quisiera aclarar que históricamente el colegio siempre tendió a que se baje la densidad (en comparación con otros actores en la construcción), pero decimos que hay una lógica de economía y también una lógica urbana.

Hay críticas para Arquitectura, pero el decano no responde
En al menos dos temas se mencionó a la Universidad. Mientras que el director de coordinación de obras particulares, Daniel Horacio Martínez, criticó sobre la construcción de edificios en el Bosque; los anónimos vecinos que militan bajo el nombre de “Paren con los edificios” afirmaron: “de todos los mails que mandamos a las autoridades, Colegio, Facultad, tuvimos una sola contestación: de la Municipalidad de La Plata haciendo saber que ya habían registrado nuestro reclamo. Pero era una respuesta tipo cliché, automática. El silencio que más nos inquieta es el de la Facultad, porque tendría que estar a la vanguardia de la protección, liderando y protagonizando este debate, formando profesionales militantes del patrimonio y de la calidad de vida, enseñando a conocer y a proteger, creando agenda, en fin, asumiendo su rol social y político con compromiso. Nosotros tenemos que aprender leyendo los diarios, porque nadie de esta Alta Casa de Estudios se ha dignado "bajar" a contestar algunas de las preguntas y problemáticas que planteamos, como habitantes de la ciudad, y de un barrio de casas bajas”.

10 de octubre de 2009

Peligra la casa de una familia por reformas en un paso a nivel



Una familia que hace 19 años vive en la casa del guardabarreras del paso a nivel de camino Centenario y Güemes (476), en City Bell, podría quedar en la calle por las obras de ampliación del cruce, que hasta ahora no contempló la presencia de la vivienda ni de sus habitantes. "Me están cocinando despacio", dijo a Diagonales la mujer que crió a sus siete hijos en ese lugar.
La historia del paso a nivel mereció muchas líneas en los diarios locales. Los inconvenientes en el tránsito y las protestas de los vecinos para que se remodelara el ingreso al barrio Savoia, al Club Hípico y al Barrio Quimilar, se llevaron varias páginas. Y después de movimientos de tierras y nuevos trazados de circulación que se marcaron en el terreno, con sus nuevas dársenas de giros y colectoras de entrada y salida para no esperar el semáforo, el 29 de septiembre de 2009 ocurrió el milagro y se puso en marcha el final de la obra. Y sin embargo…
Hubo un pequeño problema que no fue contemplado por los desarrolladores: había una casa que estaba y está ocupada por una mujer y sus siete hijos, chicos que tienen sus amigos en los colegios de la zona, que juegan al fútbol infantil o hacen patín o gimnasia artística en los clubes del barrio.
"Cuando vinieron a hacer las obras yo les fui a preguntar qué iba a pasar con la casa y me dijeron que la casa no se tocaba, pero nadie se acercó a hablar conmigo. Ahora me cortaron la luz y sacaron el poste del que estaba conectada, que era de los ferrocarriles; me tiraron parte del alambrado y parece que los autos van a pasar a medio metro de la puerta de la casa", contó Norma, la mujer a la que le pasó por arriba la privatización de los ferrocarriles primero y las obras de Vialidad de la Provincia después.

HISTORIA. Norma nació hace 43 años en Berazategui y creció en un hogar de clase media. Su papá fue empleado de banco y también trabajó en varias fábricas. En su familia, su mamá era un problema, se iba, desaparecía y al tiempo volvía sin explicaciones, para volver a desaparecer. Además, no podía hacerse cargo de la crianza de sus seis hijos y sus padres, entonces, decidieron vivir en casas separadas, aunque en el mismo terreno, algo que Norma repitió después.
En esa casa de clase media, con el baño adentro, agua corriente y electricidad, cuidada por un padre que no la abandonaba, Norma vivió hasta que conoció a su ex marido, Víctor Petryk. Tenía 18 años. "Lo conocí en un baile, en Quilmes, pero no era lo que terminó siendo", confió.
En los primeros años de matrimonio, la pareja vivió en la casa de los padres de él y en la casa de la madre de ella. Cuando pudieron, alquilaron. Un día, hace 19 años, Petryk consiguió un trabajo como guardabarrera en el camino Centenario y Güemes, donde le dieron una pequeña casa. Tenían un hijo: Jorge (21). Y Horacio (19) estaba en camino.
"Era una casita de material, pero, con el tiempo yo la fui ampliando con maderas para que los chicos más grandes pudieran tener sus propias habitaciones. Ellos duermen solos y yo duermo con los más chicos: Alexis (9), Rocío (13), Víctor (14), María Luz (15) y Romina (17)", contó Norma.
"Cuando llegamos a este lugar lo vimos como una oportunidad, porque teníamos una casa y un trabajo, pero cuando se privatizaron los ferrocarriles Víctor se quedó sin trabajo. Eso fue hace como 15 años (en 1994), pero nosotros nos quedamos acá", explicó.
Desde entonces, cada dos o tres años alguien del ferrocarril aparece por la casa a preguntar si hay alguien ahí. Y ahí está siempre Norma, con sus hijos, porque a su marido lo echó hace unos años, después de una pelea en la que su hijo mayor perdió la vista de un ojo. "Hace mucho tiempo que estábamos separados, pero vivía acá, en un cuarto aparte, porque nunca cuidó a los chicos ni volvió a conseguir trabajo. Se olvidó que tenía siete hijos y no aportaba nada a la casa, ni siquiera un kilo de pan. Es más, sacaba, porque había que mantenerlo. Yo hice la pensión por los chicos por mi cuenta, cobro el Plan Jefas y Jefes, y trabajo en casas de familia. Ahora, que los más grandes me defienden, eso generaba violencia. Por eso se fue", aseguró Norma.

EL PASO A NIVEL. Norma crió a sus hijos a un metro de las vías, con la chicharra de la barrera como música incidental de la película de sus vidas. Hoy, las obras sobre el paso a nivel hacen que la casa en la que viven hace casi 19 años vibre con más intensidad que nunca.
Hace dos días, le cortaron la luz. "Yo quise ir a sacar un medidor, pero me querían cobrar una deuda que tenía la casa de la gente que había estado antes y entonces nos enganchamos de la columna del ferrocarril, que ahora nos sacaron. Pedimos que nos reconecten, pero nos dicen que les tenemos que dar un cable. Yo creo que me están cocinando despacio para que me vaya. En los planos de la obra esta casa no existe", explicó la mujer.
Desde hace unos días los vecinos están preocupados por su suerte. Los compañeros del colegio de los chicos lograron que el tema llegara a los medios y el problema parece querer hacerse visible. Sin embargo, ayer un funcionario se acercó sólo para preguntar si les habían reconectado la luz.
-¿Podrán quedarse acá?
-Tal vez no podamos, porque los autos van a pasar muy cerca.
-¿Se mudarían?
-Si, si encuentro un lugar seguro para que los chicos puedan andar y los pueda dejar solos para ir a trabajar. Hoy por hoy no tengo donde ir, pero a los chicos no les falta nada, tienen ropa y comida. No me sobra, pero también podría pagar los impuestos si me acomodo en los gastos.

Foto: Eva Cabrera