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"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.
30 de octubre de 2008
Creadores sin verso: los grupos que llenan de poesía las calles
Unos colgaron poesía en la plaza: ataron sogas de un árbol a otro y las ocuparon con sus escritos y los de otros 40 poetas que se engancharon en la convocatoria. Lo hicieron dos veces a finales del año pasado y otra vez este año. Además, reincidirán en noviembre. Se llaman Colgada de Poesía.
Otros empezaron a juntarse a leer sus poesías sin presión de un maestro o guía que les dijera qué estaba bien ni qué estaba mal.
Eran cuatro o cinco en una casa y cuando se largaron a hacer un recital en público se encontraron con que eran casi cien personas las que querían escuchar. Y leer.
Le pusieron a su grupo El hombrecito de jengibre.
Y hay más. Poetas y cantautores se reúnen una vez por mes en un evento que fue bautizado como Aguas internacionales en el Centro de Cultura y Comunicación.
Los referentes de tres grupos de jóvenes poetas locales que producen encuentros con la poesía desde sus originales y particulares visiones contaron sus experiencias a Diagonales. Ellos son Verónica Rodríguez y Facundo Saxe, de Colgada de Poesía; Lucía Alabart Lago, Cintia Fernández Martínez y Matías Massarella, de El hombrecito de Jengibre, y Pablo Nardo, de Aguas Internacionales.
INTERVENCIÓN. La Colgada nació a partir de una experiencia internacional. Una amiga de Facundo, que vive en Alemania, pasó una temporada en La Plata con la idea de imitar una performance de las plazas de Berlín. "A partir de esa idea, de algo así como poner un puestito, nosotros decidimos tomar la plaza", contó Facundo. La primera experiencia fue noviembre 2007 en Plaza Italia.
Verónica, Facundo y otros cuatro amigos trabajaron toda la madrugada para que las sogas no interrumpieran el paso de las personas y que, al mismo tiempo, estuvieran a una altura que pudieran ser leídas, tomadas y guardadas por los caminantes. Cuando volvieron a la plaza al mediodía, encontraron su obra totalmente destrozada: "Las poesías habían sido arrancadas con bronca, pero enseguida nos pusimos a hacer más copias y las pegamos a la tarde", dijo Verónica.
El grupo intuía que había gente interesada en leer poesía y no iba a darse por vencido así nomás. Los destrozos no eran más que parte de lo que podría pasar con la intervención, por lo que se lo tomaron con calma e insistieron, no sólo ese mismo día, sino en diciembre y en abril, en diferentes espacios públicos de La Plata. Primero Plaza Italia y luego Plaza Islas Malvinas.
Para sumarse a La Colgada sólo hay que ponerse en contacto con el grupo, vía mail o blog. "Varios armaron sus blogs personales a partir de nosotros, pero también hay gente que no quiere que le subamos sus poemas a Internet, sino que sólo quiere participar de los eventos en las plazas", explicó Facundo.
Verónica aseguró que la cosa funciona: "Cada vez que vamos a la plaza para ver qué pasa nos encontramos con que la gente se detiene a leer y muchos se llevan un poema".
JENGIBREANOS. Los creadores de El hombrecito de Jengibre son estudiantes de literatura que no querían un taller pero empezaron a juntarse para ver si podían hacer "algo" o, paradojas, para encontrar un lugar en el que encontrarse. Ese algo terminó por ser un grupo que se junta a leer poesías y puede reunir a casi un centenar de escuchas.
"Cuando nos encontramos no es para escribir, sino para leer", dijo Matías. "El grupo nació para darnos un lugar y no con la idea de mejorar nuestra escritura", agregó.
Los jóvenes poetas reconocieron que no dejan de analizar lo que escriben, pero que eso no es lo más importante en el grupo. "Es bueno escuchar una devolución, pero no de la forma", explicó Lucía. Matías sumó: Te faltaron tres versos en decasílabos, usaste muchos adjetivos". "El análisis surge de las cosas que están escritas, no de un molde", agregó Cintia.
Cuando decidieron dejar sus casas para hacer un evento, eligieron La bicicletería, un centro cultural que hace un año se formó en el barrio Hipódromo.
Si bien hubo alguna experiencia similar a la de ellos en La enseña de las tres ranas o en Bukowski, todos "los que vinieron al evento nos dijeron que nunca habían ido a un recital de poesía".
La lectura fue el 28 de junio, una noche de neblina que hacía temer un rotundo fracaso. Sin embargo, casi cien personas se acercaron a La Bicicletería, que contó con la banda Nenufarte, el grupo fotográfico Specere y micrófono abierto para que el público leyera su poema.
Aunque tienen blog, el espacio en Internet nació después del primer recital de poesía y mucho después de que cada uno de los integrantes de El hombrecito... desarrollara su propia versión web, por donde promocionaron el evento.
INTERNACIONALES. Aguas Internacionales se dio de manera azarosa. Nardo pasó por el Centro de Cultura y Comunicación y mientras tomaba una cerveza preguntó por la posibilidad de tocar ahí con su proyecto solista.
Le dijeron que sí, pero no sabían en qué contexto invitarlo. Así nació la idea de hacer un evento que contuviera a otros cantautores e incluyera a poetas.
Una cosa llevó a la otra y surgió lo que podría definirse como "un ciclo abierto en donde se invita a la gente a subir a escena y hacer uso del micrófono no sólo para cantar o leer, sino también para tirar alguna propuesta o improvisar", según explicó Nardo a Diagonales.
"La idea es generar un espacio mensual en donde cada cual pueda ir a disfrutar y a participar con lo que sepa. Por ahí ocurre que hay muchos músicos dando vueltas, quizá tocando en bandas o en orquestas y que en su intimidad tal vez componen canciones, o escriben poemas, y eso tal vez no suelen mostrarlo. Entonces pueden venir, subir y tocar dos temas o leer algo, un material que en otro contexto no vería la luz".
El evento suele contar con dos o tres números que le dan una forma. Dice Nardo que "luego allí la cosa se articula diferente, según lo que vaya pasando".
Al igual que los otros grupos, Aguas inernacionales no discrimina. No tiene una estética muy marcada ni excluyente y tampoco, al menos por el momento, un desarrollo estético particular.
Sólo se genera el espacio para actuar con un mínimo de cuestiones. Hay escenario, hay micrófono y hay público. Aunque este último no siempre está dispuesto a escuchar: "A veces se generan discusiones porque viene mucha gente y no todos están atentos a lo que pasa en escena".
Nardo muestra la temática que se maneja en los epectáculos: “Podes subir y bajarte los pantalones, como ocurrió en el primer Aguas.... Si la gente aplaude, alienta o tira cosas..., bueno, bancátela".
Y agrega que "el evento se desenvuelve solo y suele durar hasta las seis de la mañana, con gente que sigue subiendo a cantar o decir algo, hasta que nos echan".
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3 comentarios:
Que lindo saber que hay más que andan en la misma que uno y se interesan por mostrarlo.
Acá Florencia, integrante de El hombrecito de Jengibre.
Saludos :)
La nota salió hermosa! gracias por convocarnos! un abrazo.
Facu (de la Colgada)
si, una masa! hay que juntarse para las proximas, abrazos
Nardo (Aguas Internacionales)
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