"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

20 de abril de 2009

El cine de terror platense hace historia


Adrián García Bogliano es un director de culto entre los fanáticos del cine de terror

Una pequeña productora de cine de La Plata hace historia en los festivales de cine de horror del mundo. En 2006 su primera película se ganó una página en el New York Times y sus actividades tuvieron alguna réplica en Argentina. Pero a aquel debut llamado Habitaciones para turistas, le siguieron luego Grité una noche y 36 pasos, que se estrenó de manera comercial en Alemania y Estados Unidos. Ahora, la productora platense mereció una retrospectiva en el Festival De Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana; pero aún filma de manera casi clandestina, con bajo presupuesto y con cooperativas de trabajo. Su última película se llama No moriré sola y acaba de ganar los primeros premios del Festival Rojo Sangre de Santiago, en Chile, y el Festival de Horror de Sydney, en Australia. Además, participa del Festival de cine de fantastico de Amsterdam y fue invitada a competir al Festival Internacional de Cine Fantástico, de Ciencia Ficción y del Thriller de Bruselas (BIFFF), un evento en el que comparte la grilla con filmes que participaron de Cannes o Venecia.
La productora se llama Paura Flics y es un colectivo de trabajo de artistas platenses encabezados por el productor Hernán Moyano y el director Adrián García Bogliano, quien habló con Diagonales sobre el trabajo del grupo.

–Arrancan la temporada de festivales con dos premios importantes...
–Sí. Ganamos en Chile a Mejor película, mejor director y mejor actriz, que fue compartido por las cuatro protagonistas de No moriré sola. Después nos proyectaron fuera de competencia en Cuba y ganamos los premios a Mejor película extranjera y Mejor director en Sydney.
–Y ahora van por Bruselas.
–¡No! ¡Ese es imposible ganar! Vamos a competir con películas que estuvieron en (los festivales de) Venecia y Cannes, que costaron millones. Ya en Australia nuestra película fue la más económica, porque la que le seguía tenía un presupuesto de 200 mil dólares.
–¿Cuánto invirtieron ustedes?
–Seis mil dólares.

Las actrices Gimena Blesa, Marisol Tur, Andrea Duarte y Magdalena de Santo protagonizan No moriré sola, la película que espera su oportunidad es los festivales Toronto, After Dark, 25 Festival internacional de cine de Amsterdam, Dead by dawn de Escocia y Fantasia, de Canadá.
–¿Los bajos presupuestos son una elección?
–No. Presentamos proyectos en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) que aún están en estudio, pero lleva procesos muy largos y nosotros no queremos frenar nuestra producción. Pienso que si no hubiéramos producido nuestras películas de manera independiente, ni siquiera tendríamos chance de presentarnos en el Instituto. Hay que hacer un camino independiente para luego entrar en el mercado, aunque a nosotros nos interesa seguir haciendo cine independiente.
–Ahora, como ocurre con la música, hay posibilidades tecnológicas.
-Es más fácil hacer cine, pero más difícil que se vea. Hoy ni siquiera se sabe la cantidad de películas que se producen en el mundo. Acá se harán unas 70 películas por año, pero hay mucho cine independiente y de las escuelas que no tienen espacio: la industria está limitada a lo que resulta útil o provechoso a un organismo estatal. El cine que llega a las salas no da lugar a la polémica, da versiones inequívocas de los temas que trata. Estados Unidos tendrá un cine nacionalista, pero recién había terminado la guerra de Vietnam y estrenaban Apocalipsis Now. Acá no hay una película igual. Pasaron 30 años de Malvinas y no hay una película que te invite a reflexionar sobre el tema.
–¿Por qué hacen cine de terror?
–Nos especializamos porque nos encanta. Pero nos parecía que había una deuda. Las críticas evitan decir que hay películas de terror que son alucinantes. Dicen que son de otro género. Ahí están El resplandor, Aliens o El silencio de los inocentes. Pero dicen que son de suspenso, porque el thriller y el terror están desacreditados. Más allá de que hay películas que sólo utilizan los recursos para asustar o sorprender, pero hay muchas que le plantean preguntas al espectador. Nosotros presentamos Habitaciones para turistas al INCAA, para un subsidio a películas ya terminadas. Sabemos que gustó, pero el jurado no entendía si era a favor o en contra del aborto y no se animó. Hay temas que se niegan por miedo a generar una polémica. El cine norteamericano, en comparación, te da una película patriotera como Pearl Harbor y también Redacter (la última de Brian de Palma), que es brutal, sobre un supuesto caso real en el que los soldados violan y matan a una chica irakí. Los temas sociales están reflejados en la pantalla.

Después de varios cortos y del éxito de Habitaciones… filmada en Carlos Casares, Bogliano rodó en La Plata la experimental Grité una Noche, en base a improvisaciones y, luego, la exitosa 36 pasos, (en una quinta de Colonia Urquiza). No Moriré Sola, una película de “violación y venganza”, transcurre en escenarios de Verónica y Punta Indio.
–¿Por qué violación y venganza?
–Es un tema recurrente que nuestra sociedad trate a las mujeres de manera salvaje. La denuncia atraviesa la película, aunque no dice nada de manera directa. Además, está basada en un caso real. A las chicas las secuestraron, las violaron, las mataron y las tiraron por ahí.

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