"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

23 de diciembre de 2008

Crítica


El concierto que el sábado dio el Indio Solari en el Estadio Ciudad de La Plata comenzó con más de una hora de atraso. La enorme cantidad de gente que llegaba a último momento de diferentes partes del país derribó el mito de la puntualidad. Y obligó a la espera. Tal vez por eso, los fanáticos comenzaron a impacientarse y la emprendieron por las suyas con un pogo ritual: “oh Los Redondos, es un sentimiento, no puedo parar”. Fue con las voces de fondo que comenzó a sonar “Siempre pedía temas en la radio”, la canción que inauguró el concierto, la primera de Porco Rex, el último disco solista de Carlos El Indio Solari, ex cantante de Patricio Rey y los redonditos de ricota.
Como si hubiera que cocer la cuestión a fuego lento, la banda la emprendió después con la balada “Ramas Desnudas”, que la gente acompañó tranquila. Y eso pese a que se notaron, ya desde los primeros temas, problemas de sonido. Los Fundamentalistas del aire acondicionado sonaron mejor en el campo que en las plateas, donde el sonido fue muy bajo. Se escuchaba bien cuando El Indio cantaba, pero no se entendía nada cuando hablaba.
“Porco Rex” fue el tercer tema del concierto y el primero que levantó a público. De inmediato, El Indio hizo sonar el primer himno ricotero de la noche. Impresionante. “Me matan, Limón”, la canción homenaje al guardaespaldas de Pablo Escobar Gaviria, narco colombiano asesinado por el Bloque, una fuerza élite policial. “Me matan Limón Hijueputas, Limón! Por los techos viene el Bloque otra vez!”.
“Quiero verte Huir como un ladrón Al que nunca Pueden atrapar", como en un tobogán al revés, un tobogán que sube, que va para arriba, venciendo la ley de la gravedad, sonó “Rock para el Negro Atila”, de los Redondos. Y “Divina TV Fürer”: “Me estoy por ahogar, Me voy a pique glú-glú. Me está por hundir Mi fiel fantasma bu-búuuu!”.
Le siguió “Pabellón Séptimo”, un tema del primer disco solista de Solari, El tesoro de los inocentes. Y El Indio anunció que iba abrir las puertas del estadio para que pudieran entrar todos. Fue la constatación de que había algún problema con el sonido, porque la gente se miraba incrédula y preguntaba: “¿Qué dijo?”.
Tocó, luego: “Bebamos de las copas lindas”, un himno. Y otro, llamado “Y Mientras Tanto El Sol Se Muere”; balada de amor, que interpretó en el medio de la multitud un fanático con una bengala roja en la mano, meciéndose entre la gente, como el tipo de la canción: “Te voy a buscar En la oscuridad. Yo no sé si pueda Volver a encontrarte, amor”.
Antes del décimo tema, el Indio dijo algo así como que "la gola no está muy bien", como que necesitaba de las voces de su coro. Cantó “Martinis y tafiroles” y “Vuelo a Sydney”, dos de solista.
Tras once temas, la banda se tomó unos minutos y el público esperó tranquilo, como si estuviera satisfecho de la primera pequeña maratón propuesta y aceptara el descanso. “Este no es el mismo público que había con los Redondos”, explicó un fan a Diagonales. “El público de los Redondos no se iba a quedar callado ni ahí. Antes había más alcohol, más descontrol”, agregó.
La música volvió con “El tesoro de los inocentes”, una canción del primer solista, cuya leyenda dice que tiene estrofas del Indio para su hijo. Le siguió “Sopa de lagrimas (para el pibe delete)”. Y recién a esta altura del show el Indio hizo de front man. Le siguió “Te estás quedando sin balas de plata”. Y entonces sacó todo el oficio de cantante.
Y otra vez arrancó la seguidilla ricotera con “Ella debe estar tan linda”, un rock and roll ortodoxo, puro, tajante, que puso a la multitud a batir palmas. “Conduje toda la noche, reventando los cambios…”. Le siguió “Nadie Es Perfecto”… “Un tipo especial este Superboca, experto del re-mundo actual. Quiso ir a Nueva York (quiso ir a las series) quiso deslizar patés”. Y: “Voy a cuidar de mi amorcito”, El Indio deliró al público con “Ñam fri frufi fali fru” y puso el concierto en lo más alto.
Que siguiera la balada “To Beef or not to Beef”, no hizo bajar al público. Aunque de inmediato le siguió otro rock: “Por qué será que no me quiere Dios”, que terminó en un alto solo de guitarra. Y tuvo como invitado al baterista Martín Carrizo.
Y, para quienes lo habían olvidado. O para quienes esperaban impacientes, el Indio presentó a Andrés Calamaro. Juntos tocaron “Veneno impaciente”, “Esa estrella era mi lujo” y “El Salmón”. Las tres a dúo (ver aparte). El Indio dijo algo sobre los músicos populares, algo que el mal sonido impidió que se entendiera.
Siguieron “Tatuaje”, de Porco Rex y la tercera seguidilla ricotera de la noche. “Mariposa Pontiac-Rock del país” + “Un angel para tu soledad” + “Juguetes Perdidos”.
Cerca cerquita del final, siguieron “Flight 956” (Vuelo 956) y “Jijiji”. Fue el pogo más grande del mundo.

Lo del Indio con Calamaro fue “sólo un buen gesto”
… Y, para quienes lo habían olvidado. O para quienes esperaban impacientes, el Indio presentó a Andrés Calamaro. Juntos tocaron “Veneno impaciente”, “Esa estrella era mi lujo” y “El Salmón”. Las tres a dúo...
Solari pidió al público que se recibiera con cariño a su invitado. Ese que, se anunciaba, transformaría el recital en un hito en la historia del rock nacional: Calamaro iba a compartir escenario con Solari, algo que sólo había logrado Luca Prodán en la primera época de Los Redondos.
Además, Calamaro volvía a tocar en La Plata después de aquel famoso "qué linda noche para fumarse un porrito", que tantos dolores de cabeza le trajo.
Vestido de negro y con sombrero de cowboy, El Cantante fue muy bien recibido por el público, que lo ovacionó. Sin embargo, "Veneno impaciente", la canción que registraron juntos para Porco Rex, tuvo una tibia aceptación. La voz del invitado apenas se escuchó.
Se levantó el público desde el primera acorde de "Esa estrella era mi lujo", el tema de los Redondos: "No nos dimos nada, sólo un buen gesto", dice la letra. Calamaro se escuchaba menos que antes y sus gestos a los músicos de los Fundamentalistas resultaban exagerados, sobre todo para quienes veían todo el escenario, pero malescuchaban desde la platea.
“El salmón”, de Calamaro, sonó a full, tal como lo grabaron Los fundamentalistas… Hubo un momento que fue una bola de sonido informe. Pese a todo, el público festejó la canción, la coreó y hasta gran parte del césped hizo pogo.
Cuando terminaron las tres canciones, el dúo recibió un gran aplauso. Fue por cariño, por la historia del rock and roll.

La lista de temas
Pedía siempre temas en la radio, Ramas desnudas, Porco Rex (Solari-del disco Porco Rex), Me matan Limón, Rock para el negro Atila, Divina TV Führer (Redondos), Pabellón Séptimo (Solari-El tesoro de los inocentes), Bebamos de las copas lindas, Y mientras tanto el sol se muere, Martinis y tafiroles, Vuelo a Sidney (Porco Rex), El tesoro de los inocentes (El tesoro…), Sopa de letras , Te estás quedando sin balas de plata (Porco Rex), Ella debe estar tan linda, Nadie es perfecto y Ñam Fri Frufi Fali Fru (Redondos), To beef or not to beef (El tesoro…) Por qué será que no me quiere Dios y Veneno paciente (Porco Rex) Esa estrella era mi lujo (Redondos), El salmón (Andrés Calamaro), Tatuaje (Porco Rex) Mariposa Pontiac-Rock del País, Un ángel para tu soledad y Juguetes perdidos (Redondos), Flight 956 (Porco Rex) y Ji Ji Ji (Redondos).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Es realmente por Escobar el tema ese? ¿o es una mas de las interpretaciones populares que se hace a las canciones de los redondos? Sea asi o no -lo pregunto desde el desconocimiento realmente, sin ironias- es sorprendente poder leer esto en un diario papel prensa.
Sobre el joven periodismo: bien por la idea del primero, al indio se le pide demasiado la perfeccion , y un lujo lo de la otra, que se mencione al monologuista y a Fenton. saludos!

No Publicable dijo...

La pura verdad podrá decirla sólo el Indio. Pero me gusta esa interpretación. Limón era efectivamente el apodo del guardaespalda. Y fijate la letra dice "Hijueputas", que es una puteada bien colombiana. "El Bloque", además, era la fuerza de elite que buscaba a Escobar Gaviria. Y para terminar: "no quiere escuchar cumbias y merengues crueles otra vez"... o sea... si no es a Escobar Gaviria... ¿de quién habla?

Anónimo dijo...

algún laurosse tb habla de limón cmo un convencionalismo cubano: algo así como el tipo que no sabe bailar. como decir "un limonazo". pero sí, viene por ese lado. como el "perico" de jijiji: "el peor camino a la cueva del perico para tipos que no duermen...". ¿tenés un 15-54...?

holden. uno de los que entró con vos el sábado escuchando los goles de boka de fondo. saludos