El mayor derrame de hidrocarburos sobre agua dulce del que se tenga conocimiento se produjo un día como hoy en el río de La Plata, aunque el hecho permanezca ignorado y no peleen por él los de Greenpeace. El accidente ocurrió en el kilómetro 93 del canal del río de La Plata, cuando el buque Sea Paraná quedó al garete y chocó al Estrella Pampeana, de la petrolera Shell, que perdió unos 5.400.000 litros de petróleo.
Para tener una buena idea de la magnitud del accidente, es posible compararlo con otros hechos tan reales y concretos, como el que ocurrió poco después en Galicia, en España, en el Océano Atlántico.
El 13 de noviembre de 2002 el buque Prestige, cargado con fuel-oil pesado, se partió en dos frente a la costa de Galicia, derramando una cantidad desconocida de su carga. España calculó el derrame en 11 millones de litros de fuel. Además, los restos del buque se hundieron y yacen en la profundidad.
Los hidrocarburos contaminaron la costa occidental de Galicia y el Golfo de Vizcaya primero, y la costa norte de España y Francia, después, pese a la operación de limpieza con buques de España y otros nueve países.
Según informó el gobierno Español a su parlamento en diciembre, el estado invirtió más de 1.000 millones de dólares en la descontaminación de la costa y las demás operaciones para afrontar la catástrofe natural, entre las que se encuentra un gasto de más de 25 millones de dólares, entre honorarios de abogados, peritos y expertos.
En Argentina es un misterio cuánto invirtió el Estado para descontaminar la costa, si es que invirtió algo. En tanto, hasta ahora, el único gasto que se conoce fue de la empresa dueña del petróleo y responsable de su traslado, que pagó algo así como 1.500.000 pesos por todo concepto de remediación, tanto por el daño al medio ambiente como a la economía de los pescadores y junqueros que trabajaban en la zona del desastre ecológico.
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