"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

10 de agosto de 2009

El crimen de Alcatraz


Un joven de 24 años fue asesinado ayer a la madrugada en Berisso por un patovica en la puerta de un boliche, lo que desató una pueblada que la policía reprimió con gases, palazos y balas de goma. La víctima se llamaba Juan Andrés Maldonado, tenía 24 años, era el menor de nueve hermanos y trabajaba como pintor. Había ido a bailar con su novia y regresaba a su casa con la chica y algunos amigos cuando le pegaron un tiro en el pecho. El crimen ocurrió a las 6.20 en la esquina de Montevideo y 6, frente a la disco Alcatraz. No hay detenidos, pero sí sospechosos.
El homicidio fue el final de una noche violenta en la puerta del boliche, en el que funcionaban dos salones, en uno se festejaba un cumpleaños y en otro había un recital de una banda de rock. Los vecinos, además, habían advertido a la policía que los que debían custodiar la seguridad del lugar estaban armados.
Rodrigo volvía a su casa en el barrio Chino como uno más en el mismo grupo en el que iba Juan Andrés. Acababan de salir de Asia, el boliche de Montevideo y cinco, donde habían ido a bailar.
Cuando llegaron a la esquina se encontraron con un amigo golpeado y otro que trataba de explicarles lo que había pasado. Los chicos habían intentado entrar a la fiesta, pero los patovicas los habían golpeado y amenazado con un arma de fuego, relataron.
–¿Qué pasó?
–Veníamos con todos los pibes y cuando llegamos a la esquina vimos una pelea.
–¿Qué hicieron ustedes?
–Fuimos a ver qué onda y tiraron el tiro por cualquier lado.
–¿Quién disparó?
–Uno de los patovicas.
–¿Qué hizo el patovica después?
–Se fue con otros tres. Se subieron en un Peugeot y desaparecieron.

Juan Andrés recibió al menos un disparo en el pecho, a la altura del corazón, y cayó a los brazos de Mariela, la chica de 18 años con la que salía desde hacía unos meses.

antecedentes. Javier Fernández, vecino de Alcatraz aseguró a Diagonales que lo ocurrido pudo y debió haber sido evitado. A pocos metros del lugar en dónde se produjo el asesinato, afirmó que la noche del viernes, madrugada del sábado, los patovicas del boliche intervinieron en una pelea entre dos chicos que se producía en la vereda: además de ser golpeados, un empleado de la seguridad sacó un arma y la apoyó en la cabeza de uno de los pibes, llamado Lucas. El vecino fue hasta un patrullero que estaba estacionado a pocos metros y les advirtió el hecho a los policías, quienes, según dijo, no le tomaron la denuncia. Cuando volvió a la puerta de Alcatraz, uno de los dueños lo increpó: “No te metas, vos sabés que a mi me conocen. Además, no pasó nada”.
C. fue a Alcatraz el domingo a la madrugada a ver el recital de Se va el camello. Esperaba con tres amigas en la puerta cuando vio a un pibe que quería entrar en una fiesta que había en el mismo lugar pero en otro piso. El chico no estaba en la lista de invitados y quería hablar con alguien que estaba dentro del local para que lo agregaran. Uno de los patovicas lo sacó a trompadas.
Aquello no iba a ser todo. Al minuto siguente vio cómo le pegaban a otro pibe, que parecía esperar para el recital. “Le pegaron una piña, lo tiraron al piso y le empezaron a pegar patadas”, contó. Y agregó: “una chica con un bebé en brazos y un chico que estaban en la parada del colectivo de enfrente fueron a levantarlo y se la agarraron con ellos, casi le pegan a la chica”.
El recital transcurrió con normalidad, pero los dueños del lugar no habían avisado a la banda que había otra sala con otra música, que se colaba entre tema y tema. “¿Qué es eso que se escucha? ¿Porqué no la cortan con la electrónica?”, preguntó al tercer o cuarto tema el cantante del Camello. No pasó nada. El concierto terminó a las 5 y para las 6 el público ya había dejado el lugar. Los músicos esperaban que un flete los pasara a buscar cuando escucharon los tiros. Luego vieron a los vecinos llegar al lugar a buscar al asesino.

pueblada. Desde que se produjo el crimen y hasta las 12 del mediodía la zona fue un hervidero. “No teníamos consuelo y rompíamos todo”, dijo uno de los jóvenes a Diagonales. “¿Qué esperaban qué hiciéramos?”, preguntó otro.
“Era un chico muy educado, que trabajaba. ¿por qué salió toda la gente a la calle? Porque estaba indignada. Si vos decís que había hecho algo, aunque tampoco hay derecho, pero nada. No hizo nada y lo mataron. ¿Qué tenés que hacer cuando te pasa algo así?”, advirtió Zulma, una de las hermanas de Juan Andrés.
A las 7 toda la policía de la zona estaba en la esquina de Alcatraz. Y poco después llegaron refuerzos. A las 9 el grupo de Infantería hizo algunos disparos intimidatorios. Y a las 11 entró al barrio Chino a palazos para descargar un arsenal de balas de gomas y gases lacrimógenos. Los vecinos filmaron todo lo ocurrido con sus teléfonos celulares.

+ info

Dolor de madre
"Mi hijito está ahora en una morgue sin tener nada que ver. ¿Dónde está el asesino?", preguntó Mercedes Maldonado, la madre de Juan Andrés, en su casa del Barrio Chino, donde vivía con el chico, el menor de sus nueve hijos.
"El comisario nos dijo que se iba a hacer justicia porque habían encontrado las vainas servidas y están los testigos, pero a mi hijito nadie me lo devuelve", agregó.

A cualquiera
"Hoy le pasó a mi hermano, pero le podría haber pasado a cualquiera", se lamentó Sandra, hermana de Juan Andrés.

Se va el camello dice...
Los integrantes de la banda de rock platense Se va el camello describieron a la seguridad de Alcatraz como de una "ignorancia desesperante" y la responsabilizaron del crimen de Juan Andrés Maldonado.

Barras bravas
La seguridad de Alcatraz estaría a cargo de Carlos Fabián Giannotta, ex cabo de la Bonaerense, exonerado. Está vinculado a la barra de Estudiantes y aparece mencionado en el triple crimen de los policías platenses.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las cronicas periodisticas no cuentan que fue un tiroteo con barras de Villa San Carlos y que el pibe cayo en el fuego cruzado...