"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

25 de abril de 2011

Faena popular y carne para todos en Melchor Romero



Los vecinos de un barrio humilde de Melchor Romero tuvieron este fin de semana un “regalo del cielo”. El acoplado de un camión jaula que transportaba 30 ejemplares Aberdeen Angus y Hereford volcó en la esquina de 167 y 515. Cinco vaquillonas murieron en el accidente y las otras sufrieron heridas de gravedad, además de un shock nervioso que haría imposible su comercialización. Así fue como el dueño de la carga llegó al lugar y decidió entregarla a la gente, que ayer comió carne a la parrilla, hizo guisos y pucheros y guardó caldo de carne para los próximos días.
El accidente fue el sábado a la tarde y tuvo como protagonista a un camión que transportaba ganado desde Tres Arroyos al matadero y frigorífico Frigorina, de 155 y 501, que exporta gran parte de su producción, y a los vecinos de un barrio de trabajadores, con mayoría de casas de madera.
“En Pascuas no se come carne, pero si el Señor la mandó es para que comamos”, repitió Fabio a Diagonales una y otra vez, pese a que sus vecinos trataban de explicarle que la abstinencia era sólo hasta el Viernes Santo. Y que la penitencia de no comer carne, además, se cumplía en el barrio durante todo el año, de lunes a lunes.
Diez familias se habían reunido ayer a la tarde en una de las casas ubicada a unos 20 metros del lugar del accidente. Aprovechaban la carne como podían. Hervían unos huesos de las patas en una olla; lavaban los chinchulines y la tripa gorda en un trompo mezclador y limpiaban el mondongo en una mesa. Todavía no habían probado bocado de la faena que los había tenido como protagonistas, pero descreían de las advertencias del cronista, que les explicaba que los vacunos podrían haber sufrido un shock nervioso que haría que su carne se pusiera negra y se endureciera. “Nos la mandó el Señor”, insistía Fabio.
Nora explicó que algunas de las vaquillonas y terneras quedaron aplastadas por el acoplado y murieron en el accidente, mientras que las otras estaban quebradas. “Vino el dueño y nos cedió los animales a la gente del barrio. Si hasta dio permiso para que rompieran la jaula, porque había algunas vacas atrapadas”, describió.
“En este barrio viven muchas familias con chicos que no tienen para comer todos los días, así que todo un pueblo comió gracias a este accidente”, dijo Nora, quien describió la faena como “algo impresionante”.
El sábado, entre las 18 y las 24, unas 200 familias llegaron a la esquina de 167 y 515 para llevarse su pedazo de carne. Y vaya que lo hicieron. “La gente llegó con machetes y cuchillos; y al rato estaba todos llenos de sangre. Parecía una película de terror”, describió Estela, con una sonrisa.
Según Nora, el dueño no se preocupó por la carga porque tenía seguro. Y recién les entregó sus ejemplares cuando hubo confirmado que cobraría un resarcimiento.
“Bienvenido sea un pedazo de carne. Acá no compramos carne casi nunca”, dijo Fabián. Y agregó: “Alitas y menudo. Eso es lo único que compramos nosotros”.
“Por lo menos toda la gente del barrio tuvo carne, porque nadie se fue con las manos vacías. Todo el que vino pudo llevarse algo”, explicó Pablo.
También en la casa donde Pablo y Fabián cocinaban varios de los pedazos de un ejemplar que habían logrado carnear, varias familias pasaban el día juntas, mientras la cena se hacía en una olla calentada a leña.
“Acá vivimos el día a día. La vida es muy dura”, describió Miguel. “Ahora que estamos en época de elecciones capaz que se acuerdan de nosotros”, agregó Nora.


Bienestar animal
El estrés y agotamiento físico que supone el transporte de los animales para consumo son responsables de importantes pérdidas por el perjuicio en las características de la carne obtenida.

Faenar
Según el diccionario, faenar significa “matar reses y descuartizarlas o prepararlas para el consumo”.

Foto: Manuel Cascallar

1 comentario:

Antonia Cossio dijo...

Bien x el tipo que decidió "entregar" la carne. Fue un gesto bastante bueno de parte suya. Digo, podría haber decidido mandarla a otro lado... no fue "gracias a este accidente" que les llegó, ni es que el tipo "la cedió".
Ojalá hubiera más gestos como este, sin necesidad de que hayan un accidente irremontable de por medio.