"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

16 de julio de 2008

El gobierno y el campo, las marchas, las retenciones y la mar en coche



Buenos Aires fue ayer una ciudad muy particular, dividida en dos marchas que discutían la renta agraria, las retenciones, las políticas sociales y diferentes dignidades. Por un lado, miles de personas marcharon para apoyar la política del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, a los Kirchner y al Frente Para la Victoria; se reunieron en la Plaza de los dos Congresos, en Congreso, donde escucharon a Urribarri, Scioli y Néstor Kirchner. Del otro lado, otras miles de personas marcharon para exigir la derogación de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, contra el gobierno; entusiasmadas por Alfredo De Angeli, coparon la avenida Libertador, frente al monumento a los Españoles, en Palermo, y escucharon a los “cuatro del Apocalipsis”, según los presentó el locutor del evento: Buzzi, Gioino, Miguens y Llambías.
Cada una de las manifestaciones tuvo su propia mística y fueron una fiesta, a su manera. Del lado K, los gremios y las organizaciones sociales con raíces peronistas marcharon juntas por la avenida de Mayo, encolumnados cada uno en su bandera y con una idea común de defender al gobierno de lo que consideran un ataque injustificado.
Los manifestantes llegaron en su mayoría en micros de línea o transportes escolares, algunas combis y algún colectivo larga distancia. Tantos, que coparon la avenida 9 de julio en las cinco cuadras que van desde Avenida de Mayo hasta Corrientes, frente al obelisco. Aunque también hubo muchos autoconvocados.
Manuel Franco y Marisa Sadi fueron dos de los que se animaron a largarse por su cuenta a apoyar a los K. El matrimonio, con 33 años de casado, caminaba hacia la plaza cuando se encontró con un cartel que levantó del piso para hacerlo bandera: “Por el lomo a $ 80. Todos con Alfredito”.

–¿De dónde son?
–De San Isidro –respondió él.
–La marcha del campo es en Palermo. ¿No se confundieron?
–Jajaja. No. Nosotros vinimos a apoyar al gobierno. Le reconocemos muchos errores, pero lo apoyamos.
–¿Vinieron solos?
–Sí, pero poné que me pagaron 100 pesos y me dieron un chori.
–¿Por qué vinieron?
–Creemos en la transformación que se viene desarrollando desde el gobierno de Néstor Kirchner y en las muestras claras de responder a algunas necesidades que tenían las organizaciones de Derechos Humanos –dijo Manuel.
–Esta es la misma pelea de siempre sobre cómo se distribuye la riqueza en nuestra patria –agregó ella.

Patria fue una palabra que se escuchó en ambas marchas. Patria y ARGENTINA, así, con mayúsculas.

–¿Por qué vino a esta marcha?
–Porque estoy a favor de la dignidad y del campo, que es lo que nos da de comer a todos –comenzó a responder Liliana Poggi de Varela.
–¿Vos sos periodista? ¿De qué diario sos? –interrumpió Norma Pelagatti, de 75 años.
–Diagonales, de La Plata.
–¡Ah! Lo conozco. No es de mi confianza.
–¿Qué diarios le gustan?
–La Nación y La Prensa. Esos sí que son diarios.
–¿Y Clarín, el gobierno critica a Clarín, a usted tampoco le gusta?
–¿Cuántas veces le dieron plata a Clarín? –preguntó la mujer–, lo bancamos nosotros sin comprar diarios.
Pelagatti iba a hablar, pero interrumpió Enzo Agustín Capello, de 83 años, que quería informar algo sobre su hijo. Contar que “se moría de hambre en Luján y ahora gana 7.900 pesos trabajando con los yanquis en Comodoro Rivadavia”. Y quería dejar constancia del progreso en el sur argentino.
–Si no era por (Julio Argentino) Roca no vivía ningún blanco en el sur –deslizó Pelagatti.
–Ese es otro tema –la corrigió Poggi, amable y sin más.

No hubo caso con el grupo, que no lograba organizarse para el debate y la libre circulación de sus ideas. Nada que ver con Santiago, de 19 años, y Mariano, de 32, dos primos que viven en Pacheco y Martínez, en el norte del gran Buenos Aires, y fueron hasta el monumento a los Españoles con una pancarta: “Cristina, mandalo a Néstor en el tren bala”.
–¿Por qué vinieron?
–Lo que están haciendo está mal, lisa y llanamente. Por todo el soborno y parafernalia. Porque no puede ser que sobornen a los diputados y senadores como lo están haciendo –disparó Santiago.
–Es la oportunidad de demostrar lo que pensamos, de que se sepa que no estamos de acuerdo con la prepotencia y la soberbia de este Gobierno –sumó Mariano.
–¿Y creen que esa prepotencia y soberbia es nueva?
–Parecida a la que tuvieron todos los gobiernos del mismo signo político de ellos (los K), que se presentan como la nueva política y se alinean con la vieja –agregó Mariano.
–¿Alguna vez habían participado de una marcha?
–No.
–Yo fui como espectador. Vengo acá porque puedo decir lo que pienso sin ninguna amenaza de ser agredido –contó Santiago.
De repente, un hombre vestido con poncho celeste y blanco irrumpió en un grupo vecino para contar que en el acto K había piñas. “Se pelean entre ellos”, especulaban. Los entrevistados se pusieron contentos. “En San Vicente tendrían que haber cerrado las puertas para que se maten”, dijeron. ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA!, empezó a gritar la multitud. ¡ARGENTINA!

“No vinimos por el chori, no vinimos por el pan, vinimos por el gobierno nacional y popular”, cantaba en Congreso la columna de La Plata. A pocos metros, los trabajadores del comedor La Sonrisa del Bajo, de la villa 1.11.14, marchaba con siete u ocho chicos en sus carritos.

–¿A cuántos chicos les dan de comer?
–Y… unos 200 –respondió René, un militante de 31 años.
–¿Tienen apoyo del Gobierno?
–Empezamos a trabajar hace dos años y recién ahora tenemos algo de ayuda. Pero nosotros cocinamos todo, hasta el pan. Así pudimos sostenernos y vamos a seguir.
–¿Por qué marchan?
–Marchamos contra la inflación. Un kilo de osobuco o de tortuguita, que es lo que se come en la villa, costaban 3 pesos y ahora están a 8 ó 9. Un kilo no alcanza para la familia. Y los sueldos están bajos o todavía cobramos un plan de 150 pesos.
Un matrimonio, que apoya a pocos pasos, también autoconvocados, intervino: “Nosotros marchamos para respaldar al gobierno, para no volver a caer en manos de tiranos opresores. La Sociedad Rural siempre estuvo en contra del pueblo. Y eso no quiere decir que estemos con este gobierno”, dijo Inés. Y asintió Abel.

–Y ustedes, ¿por qué marchan?
–Estoy acá un poco por defender la democracia que tanto nos ha costado. Por una lucha de mis abuelos, de mis padres y por mis hijos –contó Mercedes, de 48 años, que vive en Pilar.
–Yo –intervino Carlos– estoy para apoyar al campo, porque el nivel de retenciones es confiscatorio, para defender una democracia con respeto para el que piensa distinto, por un gobierno que luche frontal y verdaderamente contra la corrupción, por un federalismo en serio.
–¿Se sienten cómodo con los apoyos que tiene la movilización?
–Quiero creer que tanto Barrionuevo como las organizaciones piqueteras están acá por un apoyo sincero. Pero lo mejor es que la gente de la ciudad entiende y comprende el trabajo del hombre de campo.
–Puedo decir algo –interrumpió Carlos, de 63 años.
–Sí, claro.
–Este gobierno está haciendo lo que no pudo en la década del ‘70 con las armas y las bombas.


Guadalupe, vendedora ambulante, aprovechó las marchas. Vendió cerveza a 8 pesos –se conseguía a 7–, y Seven up a 5. Trabajó en la Plaza de los dos Congresos con la esperanza de que la movilización terminara pronto y le dejara tiempo para ir a la marcha del campo.
–Si tuviera que elegir, ¿a qué marcha iría?
–A ninguna, por mí que se maten todos.

¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA! ¡ARGENTINA!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre, es un placer leer sus notas (y otro tanto haberlo visto trabajar de cerca).

No voy a exponer mi posición con respecto al "conflicto", eso lo dejaré para la intimidad. Pero desde la labor periodística me saco el sombrero, una vez más.

Acoto. El día en el que sucedieron las dos marchas tuve que producir un noticiero en TEA (motivo por el cual no asistí a ninguno de los dos encuentros).

Sin embargo, cuando estaba en la línea D yendo para la escuela, un neo gaucho se bajó en la estación Plaza Italia y al grito de: "Vamos el campo carajo", se juntó con otros tantos que se bajaban para asistir a su encuentro.

Hasta ahí, nada del otro mundo. Pero la reacción de la gente del subte fue, sencillamente, sublime. "Gaucho de mierda, acá tiene que volver Sarmiento", deslizó una mujer de unos sesenta años, muy bien vestida, y bastante desinformada.

"Sarmiento era un oligarca", le respondió un hombre de unos treinta años, también bien vestido. "Mejor cállese vieja copetuda", agregó.

El silencio invadió el vagón. Pero una nena, que miraba atónita la situación, sentenció el final de la disputa: "Mami, ¿qué le pasa a estos dos locos?".

No Publicable dijo...

Gracias Manu. Pese a la diferencia de edad, ya podrías tutearme.

Gustavo Streger dijo...

Me sumo al debate. Voy a incorporar el punto de vista de Chiche, que nos supo unir a los tres en una redacción.
Alguien debería hacer la autopsia de un gaucho y de un militante K y ver qué sale.
Abrazo compañeros,

PD: Muy buena la nota, el verdadero concepto de polifonía que puede ser olvidado. Hay que dar voz a la mayor cantidad de actores posible. Gracias por hacerme recordar eso Migue.

Anónimo dijo...

Estimado señor Migue: tutearlo sería un descaro de mi parte :)

Con respecto al comentario del señor Streger (o Gus Gus, para los conocidos) hago una salvedad: a mi no me contrató Chiche, lo hizo el señor Blanco.

Discrepo con lo de la autopsia, creo que el señor hubiera hecho lo siguiente:

Adelanto del programa:
Jesica Cirio vestida de gauchita (cualquier alusión a la propensión de la mencionada por hacer favores sexuales es responsabilidad de la mente perversa del lector) debate junto a Ximena Capristo (luciendo sólo una tanga y una remera con la estampa “Me encanta jugar con el pingüino) el conflicto del campo.

Locutor: "Aparentemente las vedettes se habrían sumado al conflicto del agro".

Bloque siguiente: La adicción mediática a la Anaconda de Carlitos Nair

No Publicable dijo...

Gracias Gustavo. Imaginate que la nota se hizo muy rápido. Viaje de La Plata a Buenos Aires, una hora en la marcha K y corrida hasta la marcha del campo. Viaje de regreso a La Plata y cierre a las 21hs. La info nacional (lo mismo que las fotos) vendrían por agencia o producción periodística propia. Lo único que tenía que hacer yo era contar las marchas. Creo que reflejar los encuentros posibles, caóticos, me permitían contar con mi objetividad posible lo que eran una y otra marcha. Lamenté que algunos testimonios quedaran fuera, como el de una militante de la Corriente Clasista y Combativa. Pero hay que elegir y lo que salió es lo que elegí.
Sobre Chiche: no tengo tele y no escucho radio en el horario de Chiche porque estoy en el trabajo. No miro Minuto Uno desde los despidos. Sin embargo, todos los comentarios que me llegaron sobre el tratamiento que Chiche hizo del tema del campo fueron muy alagadores, elogiosos. Parece que Chiche hizo una cobertura neutral del asunto.