"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

29 de noviembre de 2006

Crisis ambiental

Vecinos de Quequén en alerta por planta de agroquímicos; renuevan reclamo de autonomía
Necochea - Amenazan con cortar los accesos durante el verano
LA PLATA, 28 NOV.- Alertados por el funcionamiento de una planta de agroquímicos líquidos a metros de una playa, los vecinos de la localidad de Quequén amenazan con cortar los accesos a la ciudad balnearia durante el próximo verano. La posibilidad surgió luego de un encuentro realizado en la Unión Vecinal de Fomento local, ante una lista de reclamos realizados a la comuna necochense, entre los que figura el pedido de autonomía, aún sin respuestas.
La reciente instalación de una planta de agroquímicos líquidos a metros de la playa, en una zona urbana de esa localidad encendió la luz de alerta entre los vecinos, quienes denuncian la falta de estudios de impacto ambiental que les garantice su correcto funcionamiento: dicen que fue armado con silos descartados para otros emprendimientos y que la empresa ya fue obligada a abandonar la actividad en San Nicolás.
Los vecinos sospechan que la planta de la empresa Ponal SA tiene varias cuentas pendientes respecto a la seguridad ambiental (ver nota + abajo).
Los silos se encuentran frente a un legendario hotel, declarado como patrimonio histórico municipal, a sólo 150 metros de la playa, a los efectos de que los barcos puedan bombear directamente desde el puerto sin la necesidad de utilizar ningún transporte; y los vecinos sospechan que no cumple con las normas de seguridad.
En el marco de la amenaza de cortar los accesos a la ciudad, los vecinos sumarán el añejo reclamo de autonomía del distrito de Necochea. En marzo de 2004, el 30 por ciento del padrón electoral quequenense participó de una consulta en la que el 93,9 por ciento se manifestó a favor de la separación. Los autonomistas aseguraban que aportaban el 34 por ciento de los recursos, pero vivían en un pueblo subyugado al poder central de la vecina Necochea: “Tenemos una ciudad portuaria e industrial. Pero el 90 por ciento de las calles es de tierra y sólo el 20 por ciento de la población tiene cloacas, agua corriente y gas. ¿Por qué? Porque los beneficios económicos de nuestra ciudad van a Necochea”, explicaba entonces Carlos Herrero, presidente de la entidad local.
Este mediodía, Herrero confirmó que “cada vez que salimos a la calle la gente nos muestra su hastío y nos pide que nos organicemos para cortar el puente, la ruta, que hagamos como en Gualeguaychú”.
Los reclamos van desde la instalación de una sala de partos en el hospital Irurzum, que dejó de funcionar en 1989, al ordenamiento del tránsito de los miles de camiones que circulan por el pueblo ante cada cosecha. Y contempla la preocupación por la ampliación de la escollera Sur, del lado de Necochea, que podría provocar la desaparición de las playas del lado de Quequén. También piden que les entreguen el detalle discriminado por localidad de la recaudación de impuestos.
La localidad, fundada en 1854, formó parte del partido de Lobería hasta 1979, cuando el Gobierno militar decidió su traspaso a Necochea, ciudad de la que se encuentra separada por el río Quequén.
“En Quequén se puede morir pero no se puede nacer. Hace 17 años que no hay partos en el hospital local. Nos prometieron que iban a crear una nueva sala en el hospital Irurzum, pero nunca se cumplió”, describió Herrero.
Además, la extensión de la escollera en el Puerto local también generó preocupación entre los vecinos, quienes aseguran que ya hay sectores donde prácticamente no queda playa y hay casas que quedaron a 10 metros de la barranca.
Mientras que la obra está pronta a ser inaugurada, los vecinos esperan que les entreguen “un informe de impacto ambiental, para que podamos exigir los trabajos para atenuar los daños que pueda haber”, contó Herrero, quien denunció que “hay proyectos pero no se cumple ninguno”.
Otro de los reclamos es la construcción de una planta potabilizadora, debido a que ya no soportan el olor nauseabundo por el desagote a cielo abierto. Según explicaron, el secretario de Obras Públicas local, Roberto Taurián, les garantizó en julio que la obra comenzaría a la brevedad, lo que aún esperan.
La actividad portuaria y la presencia de 76 silos cerealeros también es tema de debate para los vecinos, que exigen un ordenamiento en el tránsito de camiones. “El año pasado el Puerto Quequén exportó 4 millones de toneladas de cereal. Por 4 toneladas que trae cada camión: ¿cuántos camiones entraron a Quequén?”, preguntó Herrero.
Sobre las plantas cerealeras agregó: “queremos saber si están en condiciones para funcionar, hacerles un lugar o sector industrial donde puedan instalarse, porque hay algunas en plena ciudad”.
El presidente de la Unión Vecinal destacó que “ya en los estatutos de la entidad, fundada hace 73 años, se hablaba de pedir la libertad. San Cayetano tiene la mitad de habitantes, sin embargo es un pueblo muy ordenado, en el que se trabaja muy bien. Quequén es más grande que Lobería, tiene más industrias y población. Por qué no podríamos ser un partido autónomo. Además, Necochea y Quequén son diferentes”, sentenció.

Funciona en una zona urbana de Quequén, en Necochea
Polémica por una planta de agroquímicos líquidos a metros de una playa
LA PLATA, 28 NOV.- La reciente instalación de una planta de agroquímicos líquidos a metros de la playa, en una zona urbana de la localidad de Quequén, en Necochea, encendió la luz de alerta entre los vecinos, quienes denuncian la falta de estudios de impacto ambiental que les garantice su correcto funcionamiento: dicen que fue armado con silos descartados para otros emprendimientos y que la empresa ya fue obligada a abandonar la actividad en San Nicolás.
Los vecinos sospechan que la planta de la empresa Ponal SA tiene varias cuentas pendientes respecto a la seguridad ambiental.
Fanny Niesl, presidenta de la Comisión de Playas Villa Universitaria, aseguró hoy que envió cartas documento a la Secretaría de Política Ambiental de la Provincia el 7 y el 14 de julio pasados: “recién hace 20 días recibí una respuesta en la que dicen que está todo bien”.
Niesl afirmó que la empresa tuvo inconvenientes para instalar la planta de agroquímicos líquidos en San Nicolás, lo que fue confirmado por Marcela Fichera, quien vivía rodeada de silos en el barrio Alcholera de la ciudad del norte de la Provincia e impulsó un recurso de amparo ante la justicia, con el que se logró la erradicación de la planta, que trabaja en la ribera del río Paraná con agroquímicos sólidos.
En Quequén, los vecinos vivieron con preocupación el proceso de armado de los silos y temen contaminación: “Ya durante la primera tormenta fuerte se torció uno de los tachos que pusieron”, describió Paulo Palacio, integrante de la Unión Vecinal de Fomento.
Carlos Herrero, presidente de la entidad local, agregó que aunque la planta cuenta con la autorización de la Secretaría de Política Ambiental, las dudas surgen debido a que los silos instalados en Quequén “fueron trasladados de las bodegas Giol, de Mendoza, de donde los sacaron porque no servían para nada”.
Según Niesl, la planta fue armada además con los silos que la empresa Ponal no pudo instalar en San Nicolás. Y calificó su funcionamiento como “lo más peligroso para los vecinos de Quequén en este momento. El armado de los tanques fue espantoso, son chatarra, tapas oxidadas que pintaron por fuera pero no tienen ningún resguardo por dentro”.
Los silos se encuentran frente a un legendario hotel, declarado como patrimonio histórico municipal, a sólo 150 metros de la playa y la sede de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), a los efectos de que los barcos puedan bombear directamente desde el puerto sin la necesidad de utilizar ningún transporte.
Los vecinos de Quequén aseguran además que el “transporte se realiza por mangueras, algunas subterráneas y otras no”, según contó Niesl, quien contó además que los camiones que cargan en la planta “chorrean hasta el monumento a los caídos en (la guerra de) Malvinas”, al tiempo en que describió al líquido como “muy espeso y pesado”.
La presidenta de la Comisión de Playas Villa Universitaria explicó que realizó reclamos ante la “Prefectura Naval, el Consorcio de Gestión del Puerto Quequén y la Municipalidad de Necochea. Todos dicen que no tienen nada que ver, pero las plantas se pusieron acá, alguien tiene que ser responsable”.
La instalación de las plantas y la situación que vive el pueblo en medio de su reclamo de autonomía, moviliza a los vecinos. Herrero confirmó que “cada vez que salimos a la calle la gente nos muestra su hastío y nos pide que nos organicemos para cortar el puente, la ruta, que hagamos como en Gualeguaychú”.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué ironía, los hechos nunca fueron como pensé. No porque resultasen distinto, sino simplemente porque no me había hecho una idea clara de lo que deseaba. Entonces sucedió… ¿Saben qué ocurre cuando algo muta y uno apenas tenía una vaga noción de ese algo, apenas podía nombrarlo, identificarlo entre todas las otras cosas que me rodean? Piensen además, que ese algo al que me refiero es aquello que todos llaman vida. ¿Saben qué pasa, entonces? Donde la memoria duele, no queda nada, eso ocurre, y de hecho eso fue lo que sucedió. Fuimos felices hasta hace un tiempo y no hubo razones ni explicaciones para modificar con tanta profundidad todo lo que conocí y a lo que estaba tan habituado. Hay que aclarar, de todos modos, que nadie pidió las respectivas explicaciones. Sencillamente sucedió.
Como hongos que brotan de la tierra fueron instalándose solapada y arteramente grandes tanques, primeros de un color ocre bastante oxidado que según las malas lenguas decían que lo compraron como chatarra en las bodegas Giol de Mendoza y luego los pintaron de blanco. La gente confunde albura con pureza o inocencia. Las autoridades prometieron: son completamente inofensivos. Los empresarios: prometieron trabajo para la gente. Bien dice el refrán: cuando el diablo predica se acaba el mundo. Ellos llenaron sus bolsas. La gente salvo honrosas excepciones no se opuso. Orgullosos padres llevaban a sus hijos a observar esos reservorios como estandarte del florecimiento de la región.
Primero las casas, luego los abandonados hoteles y por último los edificios, unos castillos majestuosos fueron demolidos por el “cautivador progreso” uno por uno. Un día desprometieron todo. Los tanques se incendiaron y una espesa nube de polvo tóxico fue cubriendo la ciudad, una nube que demoró varios meses en disiparse y que terminó por posarse como lluvia ácida sobre las calles, los árboles y los escaños de las plazas. Todo esto sucedió hace unos meses y el polvo persiste, fétido al olfato, pastoso a la boca, un organismo vivo que cuenta con mil maneras de regenerarse. La gente de la ciudad se acostumbra a los cambios, como suele suceder. Yo también lo hice: no soy un ser humano homérico para sublevarme. Al parecer nadie lo es en la ciudad.

No Publicable dijo...

Apocalíptico. ¡Gracias por tu mensaje!

Viento de la Bahia dijo...

Según una investigación el agrotóxico manipulado en Ponal seria Nitrato de amonio, utilizado para fertilizantes y como explosivo.
Causante de muchas tragedias a nivel mundial, tanto en el tratamiento como en el transporte.
Ojo podemos volar todos en cualquier momento, y nadie hace nada.
Viento de la Bahia

Anónimo dijo...

Si quieren algo mas de informacion al respecto les recomiendo www.pornuestracosta.com.ar, realizada integramente por vecinos de la ciudad de Quequén