"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

17 de mayo de 2006

Un chico autista


LA PLATA, 17 MAY 2006.- Adrián Acevedo es un símbolo de coraje para los vecinos de Ayacucho. Nació con autismo y no podía siquiera sostener un sonajero. Recién pudo sentarse a los 9 meses, luego de una terapia de masajes con la que le ayudaron a fortalecer sus músculos. Caminó a los dos años y hace unos días cumplió con un recorrido de 2.150 kilómetros en bicicleta, desde Villazón, en Bolivia, hasta su natal Ayacucho, en la provincia de Buenos Aires.
“Pude vencer mi enfermedad gracias a la estimulación temprana”, contó Adrián, a quien los médicos le diagnosticaron autismo al nacer. “Nací color violeta por falta de oxígeno, me hicieron masajes y terapias alternativas para formar todos los músculos de la cara, porque yo nací sin musculos formados. Hasta los 9 meses no podia sujetar un sonajero con las manos, mucho menos comer. A los 2 años empecé a caminar y a los 3 el jardín, hice la primaria y la secundaria, me recibí en bachiller en la Escuela de Educación Media Nº 1 de Ayacucho”, describió.
Con la idea de recaudar fondos para el comedor “El angel solidario”, Adrián -que el 5 de junio cumplirá 22 años- viajó acompañado por Héctor Martínez y Oscar Olguín, de la asociación de Cicloturistas Peregrinos de Ayacucho; la enfermera Mónica Ocaño y su papá Antonio. Todos acompañados por una combi conducida por Edgardo Lorenzo y la cámara de José Angel Lavallén, quien filmó 12 horas de la travesía.
“Desde Villazón, en Bolivia, recorrimos 2.150 kilómetros. La travesía duró nueve días y ahora quiero viajar a Ushuaia”, aseguró el joven ciclista, que realizó el viaje en ocho etapas, de las que se destacó la cuarta, que lo llevó desde La Banda, en Santiago del Estero, hasta Cedes, en Santa Fe, en la que sumaron 354 kilómetros ininterrumpidos.
Adrián contó a esta agencia que la más dramática de las situaciones que vivió el grupo se produjo en la segunda de las etapas, cuando viajaban desde Tilcara (Jujuy) hasta San José de Metán (Salta). Allí, la enfermera sufrió una caída de la bicicleta que le produjo un traumatismo de cráneo y un corte en la rodilla, lo que detuvo al grupo durante un día, debido a que la mujer tuvo que ser internada.
Las noticias de la travesía entusiasmaban a los vecinos, que recaudaron dinero para el comedor, como antes lo hicieron para el Hogar de Ancianos San Francisco Javier, la Capilla San Martín de Porres, el Centro Educativo Complementario local, Cáritas y la Asociación de Lucha Ayacuchense Contra el Cáncer, en cada una de las travesías que realizó Adrián a Mar del Plata, Azul, Luján, Pinamar, Cataratas , Bariloche, San Nicolás de los Arroyos y en el doble cruce de la Cordillera de los Andes a Ayacucho.
Mientras planea su bicicleteada de Usuahia a Ayacucho, Adrián estudia diseño gráfico en computadora, inglés y espera poder comenzar con un curso de periodismo deportivo por internet.“Cuando ando en bicicleta me acompaña un grupo de amigos. Es un deporte muy bueno para la salud y lo amo porque me distrae y me hace entretener. Es una buena terapia y adoro la velocidad en dos ruedas”, afirmó, como para dejar en claro que sabe lo que quiere.

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