"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

17 de abril de 2011

Memoria viva por Malvinas


El Colegio Nacional de La Plata realizó ayer un acto en homenaje a los ex combatientes de Malvinas. Con la idea de mantener viva la memoria, la escuela invitó a un ex soldado egresado del colegio, Gabriel Sagastume, quien habló a los alumnos que ingresaron este año; unos 300 chicos de 11 y 12 años que coparon el salón de actos y escucharon con atención la experiencia de un hombre que podría ser su papá. O un tío.
Las abanderadas ingresaron al salón de actos y subieron al escenario para que los presentes pudieran cantar el himno Nacional Argentino. Después, fue presentado a los chicos un breve informe televisivo sobre la guerra. Una reseña cronológica que realizó el canal Encuentro y que, luego de explicar que la dictadura trataba de legitimarse, mostró a Leopoldo Fortunato Galtieri en la Plaza de Mayo: “Si quieren venir que vengan, le presentaremos batalla”, arengaba el general.
Sin golpes bajos, la voz en off fechó el inicio de la guerra el día que el submarino nuclear británico HMS Conqueror hundió al crucero General Belgrano, cuyo ataque ocurrió fuera del área de exclusión establecida por el propio gobierno británico alrededor de las islas y se cobró la vida de 323 argentinos. Fue el único dato de la muerte que dio el documental, con la imagen de los soldados despidiendo los restos de sus compañeros. “El resultado de la contienda desigual no se hace esperar. Tras casi un mes y medio de intenso combate, las tropas británicas toman el control de las islas. El 14 de junio de 1982, el Comando argentino se rinde”, terminó el video, que tiñó de tristeza el homenaje. Un par de chicos aplaudieron tibiamente.
La rectora del colegio, María José Arias Mercader, tomó la palabra.
–¿Cómo están? ¿Bien? –preguntó, como si hablara con dos o tres
–Bien –respondieron algunos los estudiantes, algo bajito.
–Se cumplieron 29 años del inicio de la guerra. Claro, ustedes tienen 11 ó 12 años y 29 años les parecerá una barbaridad ¿Sabían que había pasado?
–Sí.
–Bárbaro. Eso significa que lo vieron en la escuela –les dijo.
Entonces, la rectora les explicó que el video mostraba una síntesis de lo que había pasado. Les dijo que la dictadura, la más larga y la más sangrienta, llegaba a su fin, gracias a la lucha de las Madres de Plaza de Mayo. Y que se le ocurrió perpetuarse con la recuperación de las Malvinas, que es un reclamo justo, porque las islas siguen siendo nuestras, siguen siendo territorio argentino, que ha sido invadido, pero que la intención de los militares era quedarse en el poder. Y que, para hacerlo, mandaron a la guerra a los chicos que cuando salían de la escuela hacían el Servicio Militar Obligatorio, que también le llamaban colimba. Que los chicos iban a la colimba cuando terminaban el colegio, a los 18 años, y que a aquella dictadura que había torturado, violado y matado no le había importando mandar a los chicos a la guerra.
Después de festejar que, felizmente, ya no existe la colimba, Arias Mercader les recordó que hay un edificio en el colegio que se llama “Soldados combatientes de Malvinas”, allá donde funciona el Departamento de Ciencias Exactas, y que una de sus aulas lleva el nombre de Ricardo Herrera, un alumno del colegio caído en combate.
Entonces, Arias Mercader presentó a Gabriel Sagastume, que también fue alumno del colegio, que también fue a Malvinas y que tiene la edad de los papás de los chicos, o de algún tío. Y, de hecho, su hija acaba de egresar del Nacional.
Sagastume recordó que a él le tocó ir al colegio “durante los años tristes”, pero que a pesar de ello le habían enseñado a tener ideas propias a partir de un razonamiento aprendido. “Para mí, siempre es un orgullo decir que soy un egresado”, dijo.
“Aún en la guerra, recordaba lo que decían los profesores. Y las frases de los escritores que conocí en este colegio y que hicieron que la literatura me gustara mucho”, contó. Entonces, pidió a los chicos que se conocieran: “Mis mejores amigos fueron del colegio y de la guerra”.
Arias Mercader le pidió que contara una anécdota y Sagastume contó sobre la muestra que se exhibe en el Centro Cultural Islas Malvinas, donde los chicos se iban a encontrar con las pinturas de un isleño, hijo de un ultranacionalista británico, antiargentino, que se había casado con una argentina, que vivía en Buenos Aires y tenía un hijo argentino, que cuando la guerra irrumpió en su pueblo tenía 11 o 12 años, como ellos, y que hoy pinta sus recuerdos de la guerra, diferente a lo que le contó su padre, que recuerda el ingreso triunfal de los ingleses, después de la rendición, sino a sus recuerdos de los soldados argentinos, que deambulaban por el campo cubiertos con una manta en la cabeza, pidiendo que le den algo de comer.
Sagastume dijo que más allá de los reclamos en el medio hay gente y que argentino e isleños deben conectarse. Y que ese es el camino para recuperar las islas de forma pacífica. Coincidió Arias Mercader, quien antes de despedir a los chicos les dijo que “es lo humano lo que permite conectarnos”.

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