"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.

12 de abril de 2011

El miedo, la inseguridad y los adjetivos calificativos



Una pareja de ancianos de 85 y 87 años fue asaltada en La Plata por delincuentes que lograron subir a un balcón de un primer piso y abrir la puerta de su habitación, en 22 entre 59 y 60. Aunque rompieron un vidrio e hicieron un poco de ruido, nadie llamó a la policía.

“Yo escuché algo”, reveló Nélida García, en la puerta de su casa, pocas horas después de que la noticia sobre el robo se reprodujera en portales de noticias y, junto a su marido, decidiera salir a la vereda a responder a la consulta de Diagonales.

-¿Qué pasó?
-Me asusté y me estaba pasando a la cama de él cuando vi una luz y apareció un tipo que se me tira encima.
-¿La golpeó?
-No no, sólo me agarró.
-¿Qué pasó después?
-Preguntaron si había dinero, se llevaron unos pesos y se fueron. Una desgracia-, dijo el hombre.
-Se informó que les robaron unos 25 mil pesos.
-No, no. Eran unos pesos -dijo la mujer.
-También se dijo que el robo había sido violento.
-La verdad es que nos trataron muy bien -intervino él.
-Con violencia no fue. Lo único que nos decían era “se callan”. Y nos amenazaban con un cuchillo chiquito -agregó la señora.
-Pero los ataron ¿no?
-No-, dijo el hombre.
-La pierna -aclaró la mujer.
-¿Cómo la pierna? ¿Una sola pierna?
-Nos sentaron juntos y nos ataron una pierna de ella con una pierna mía -recordó el hombre.
-¿A qué hora fue?
-Como a las dos de la mañana -dijo ella, y retomó la conversación.
-¿Cuántos eran?
-Eran cuatro. Eran jóvenes, pero no muy jóvenes. Tendrían 35 o 40 años.
-¿Cómo entraron los ladrones?
-Habrán puesto una escalera para subir al balcón. Se les rompió el vidrio (que tienen como baranda).
-¿A la casa cómo entraron?
-Por la puerta del balcón. Abrieron la puerta donde dormimos nosotros. Dice mi hija que tienen llaves para entrar en cualquier lado -intervino el hombre.
-¿Como una ganzúa?
-Algo así, como un alambrecito -describió la mujer.
-¿Se quedaron mucho tiempo?
-Bastante. Mientras uno de ellos se quedaba con nosotros los otros recorrían toda la casa. Dejaron todo desordenado, hecho un desastre.
-Ahora ya está -dijo el señor- es algo que pasa. Una desgracia.

Luis Juan Bruno tiene 87 años y Nélida García 85. Mientras que él se jubiló y cerró el taller de chapa y pintura hace más de dos décadas, ella aún atiende la mercería que tiene en la planta baja.
Una vecina que se acercó a escuchar la historia ensayó una hipótesis sobre el hecho.

-¿No había un señor trabajando acá hace unos días? -preguntó.
-Sólo trabajó acá, en el portón -dijo Juan.
-No pasó de acá. Nunca entró a la casa -agregó la mujer.

Según explicó el yerno de las víctimas a las radios platenses, los delincuentes se llevaron “un poco de plata de un alquiler, no mucho” y algunas alhajas que la mujer tenía de joven.

La nota que había publicada en internet y que motivó las preguntas a los ancianos
Título: Violento robo a pareja de jubilados en 22 y 59
Bajada: Las víctimas tienen85 y 87 años. Rompieron un vidrio e ingresaron por el balcón. Los maltrataron y amenazaron durante dos horas. Se llevaron dinero y joyas
La nota: Una pareja de ancianos fue víctima esta madrugada de un violento robo del que participaron cuatro delincuentes, quienes se alzaron con un fuerte botín en dinero y joyas.
El hecho, por desgracia uno más en la Ciudad, ocurrió en una vivienda ubicada en 22 entre 59 y 60 que habita un matrimonio de 85 y 87 años. Hasta allí llegaron cuatro delincuentes que tras romper el vidrio del balcón ingresaron, sorprendiendo a la pareja.
En medio de gritos y amenazas, rápidamente los abuelos fueron reducidos, maniatados a un sillón y "custodiados" por uno de los asaltantes, mientras sus cómplices buscaban qué llevarse del lugar.
"Revolvieron absolutamente todo", contó el yerno del matrimonio, quien a su entender los delincuentes "sabían por dónde entrar".
Tras revolver toda la propiedad, se alzaron con un botín que rondaría los 25 mil pesos más algunas joyas, y escaparon. Pese a la pesadilla que vivieron, los abuelos se encontraban bien, aunque todavía shockeados por el mal momento que padecieron.

Foto: Matías Adhemar

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