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"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.
10 de agosto de 2010
"No es lo mismo la justicia para los pobres que para los ricos"
Dice Mercedes que el dolor es inmenso. Infinito. Hace un año los patovicas de un boliche de Berisso dispararon contra un grupo de vecinos entre los que estaba su hijo. Lo mataron. Ella aún lo espera. Y lo extraña minuto tras minuto. Lo llora a la noche, antes de dormir. Y lo llora a la mañana, cuando despierta. Lo que le pasó, no se lo desea a ninguna madre. Así lo contó ayer a Diagonales, durante el acto que junto a sus hijos, amigos y familiares realizaron en la puerta de Alcatraz, en Montevideo y 6, para recordar a Juan Andrés Maldonado, asesinado el 9 de agosto de 2009.
Juan tenía 24 años, era el menor de nueve hermanos y trabajaba como pintor. Había ido a bailar con su novia y regresaba a su casa con la chica y algunos amigos cuando le pegaron un tiro en el pecho. Por la causa están detenidos el ex policía y jefe de la barra brava de Estudiantes de La Plata, Fabián Giannotta, Carlos Felipe Garaña Morales y Ariel Orlando Evertt, como coautores del hecho. Sospechado de repartir las armas con las que actuaron los asesinos, el relacionista público Gastón Haramboure está imputado como partícipe necesario, pero la justicia platense le dio el beneficio de la prisión domiciliaria.
“No es lo mismo la justicia para los pobres que para los ricos”, dice Sandra, una de las hermanas del joven asesinado. Y reafirma Zulma: “va a haber justicia si la conseguimos nosotros y no porque nos la den los jueces o los fiscales. Si hay justicia es porque estuvimos todo el tiempo moviéndonos, golpeando puertas, exigiendo; si no te callan, te anulan, te devastan”.
Aquella trágica madrugada en la que Juan fue asesinado, sus familiares y amigos del barrio Solidaridad, a sólo cinco cuadras del lugar del hecho, fueron hasta la puerta de la discoteca para pedir el traslado del joven, que se hizo en un patrullero luego de que un policía le dijera a un amigo de la víctima que se dejara de joder, que no tenía nada.
Mientras que el cuerpo de Juan era trasladado por un patrullero, seguido por los otros dos que estaban en la puerta de Alcatraz, los sospechosos se fugaron ante la vista de todos, lo que desató una pueblada que la Policía reprimió con gases, palazos y balas de goma. La represión se extendió hasta la puerta de la casa de la víctima.
“Sé que voy a contar con todos ustedes para que caigan todos. El que disparó y el que trajo a los asesinos a Berisso. Sé que ustedes saben que Juan era un chico divino, lleno de vida, buena persona, amado por todos, sin enemigos. Es un orgullo ser su hermana", dice Zulma a los vecinos.
Su discurso es breve. Cuenta que “se cumplen 365 días de lucha, de no bajar los brazos, de caminar y golpear puertas”. Y pide a la “señora Justicia de ojos vendados que se quite la venda y mire a jueces y fiscales, que mire cuánta mentira”. Y denuncia: “Alcatraz estaba abierto sin habilitación, por un acuerdo entre funcionarios municipales y con protección de una policía que participó de un encubrimiento y permitió la fuga de los sospechosos”. Entonces, afirma: “A Juan lo mató la corrupción”.
La noticia del crimen http://cort.as/07wv
La noticia del sepelio http://cort.as/07wu
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