LA PLATA, 18 ENE 2006.- Un grupo de 12 trabajadoras golondrinas santiagueñas que el domingo llegaron a Tandil para trabajar en la cosecha de frambuesa se sintieron estafadas y decidieron regresar a su pueblo natal, por lo que el municipio les consiguió alojamiento y les pagará el pasaje de vuelta. Los empresarios, que exportan su producción vía aérea a Suiza, recorren 1.600 kilómetros para contratar 130 mujeres a 16,50 pesos por día –sin comida-, aunque en el distrito bonaerense hay más de 11 mil personas desocupadas.
Las mujeres se encontraban alojadas en una finca del paraje El Molino en la que funciona una empresa de producción de frambuesa y fueron contratadas en Fernández, un pueblo ubicado a 60 kilómetros de la ciudad de Santiago del Estero, para realizar la cosecha.
En total, fueron 45 las mujeres de entre 18 y 24 años que para llegar a Tandil recorrieron más de 1.600 kilómetros en un accidentado viaje que duró 36 horas, por la rotura del micro, y una caminata de 4 kilómetros bajo una torrencial lluvia que impedía el paso del vehículo por un camino de tierra para acceder a la finca, sin que les dieran de comer en todo el trayecto.
El secretario de Desarrollo Social local, Julio Elichiribehety, contó que las mujeres coincidieron en declarar que les habían prometido mayor remuneración y mejores condiciones de trabajo.
Las trabajadoras alojadas en la finca eran 70 en total, mientras que se espera que otros dos contingentes lleguen la próxima semana con otras 45 mujeres, uno desde Santiago del Estero y el otro desde Tucumán.
La empresa sólo se hace cargo del viaje hacia Tandil y paga por día de trabajo 16,50 pesos más 50 centavos por kilo recolectado, aunque les descuenta la comida. Ninguna está obligada a quedarse en el lugar, pero para volver por sus propios medios deben trabajar lo suficiente como para pagar un pasaje de 140 pesos, que es lo que cuesta el colectivo hasta Santiago del Estero.
La concejal María Rosa Toncovich (FpV) describió que las trabajadoras "duermen en pequeñas habitaciones con cinco cuchetas cada una y comen en instalaciones muy deterioradas". Y agregó que "el trabajo se hace al rayo del sol, sin que les entregaran los elementos de trabajo, a pesar de que hacía dos días que estaban en el campo".
La denuncia fue presentada por las propias mujeres a través de los medios locales, que se hicieron eco de una llamada telefónica realizada por las trabajadoras, y fue rápidamente atendido por las autoridades locales, porque el lugar contaba con el antecedente de una denuncia realizada el año pasado por la Casa de Santiago del Estero en Tandil.
Toncovich, que preside la comisión de Derechos Humanos, recorrió las instalaciones de la empresa junto a las autoridades del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, y escuchó a muchas mujeres que aseguraron estar en el lugar por propia voluntad.
Los empresarios, en tanto, le preguntaron a la concejal: "¿usted sabe las condiciones en las que vive esta gente en Santiago del Estero?", relató a esta agencia la edil frentista.
Elichiribehety recordó que en la ciudad hay un 14 por ciento de desocupación, lo que suma más de 11 mil personas, por lo que no logró explicarse las razones por las que los empresarios contrataban a mujeres santiagueñas. "No se podría decir que no hay mano de obra para cubrir 130 puestos de trabajo por 90 días", aseguró.
La misma pregunta obtuvo respuesta de la concejal frentista: "por las condiciones de trabajo". Toncovich agregó que "los empresarios me dijeron que no contrataban gente de Tandil porque trabajan uno o dos días y no regresan, por lo que no hay que hacer demasiado esfuerzo para descubrir que es por la paga y las condiciones laborales. Por eso contratan gente con extrema necesidad".Las 12 jóvenes rescatadas están alojadas en la Casa del Deporte de Tandil, donde festejaron hoy el cumpleaños de una de ellas, con una torta que les llevó el municipio, a cargo del radical Miguel Angel Lunghi, que también les pagará los pasajes para que puedan regresar a sus casas.
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