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"La gente cree estar plenamente informada sin haberse aproximado siquiera a una sola idea que contradiga sus prejuicios", Bill Keller.
16 de agosto de 2011
Ex preso reclama una “garantía de reinserción social” en una jaula
Un hombre de 42 años realiza una huelga de hambre seca en la Plaza San Martín, frente a la casa de gobierno de la Provincia, para reclamar “acceso a la justicia” y una “garantía de reinserción social”. Estuvo 13 años detenido por robo -en dos ocasiones-, y tentativa de homicidio en ocasión de robo y condenado a 19 años de prisión en 1995, pero apeló y la justicia dictaminó en 2010, después de 16 años de ocurridos los hechos, la prescripción de la causa. Walter Carrillo lleva adelante el reclamo en una jaula de cañas que pintó de negro y cubrió con un nylon grueso, para no sufrir el frío.
“En todo este tiempo no han podido hacer nada con mi causa. Ya que no pueden devolverme lo que me robaron, vengo a exigir que también tenga acceso a una justicia justa quienes no tienen dinero para un abogado y que la cárcel, en todo caso, sirva para la reinserción social”, afirmó Carrillo.
-¿Y usted, qué quiere?
-Acceso a la justicia.
-La causa prescribió.
-Quiero demandar al Estado, pero me quieren cobrar 5.000 pesos únicamente para darme la fotocopia de la causa. Ya que no pudieron decir es culpable, quiero iniciar una demanda civil.
-Bueno, pero la justicia tampoco dijo “es inocente”.
-El artículo 18 de la Constitución dice que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario -afirmó.
Carrillo estudió en prisión. Hizo la primaria, la secundaria y llegó a rendir once materias de derecho, carrera que le gustaría seguir estudiando. Mientras tanto, trabaja como gomero a domicilio.
-¿Cómo es eso?
-Estoy desarrollando el proyecto, pero lo que hago es servicio de gomería móvil. Emparcho en la calle. Tiro más para la moto, pero también trabajo con autos.
-Cómo si fuera en una gomería.
-Tal cual. Igual que en una gomería, pero en la calle. Me enseñó un muchacho cuando salí de la cárcel, porque cuando salí era como un inútil.
-Pero pudo estudiar.
-Estando preso, luego de pelear con el Servicio Penitenciario Bonaerense, pude estudiar.
-Y llegó a la universidad.
-Hice la primaria, la secundaria y rendí once materias de derecho. Soy de una familia muy humilde y de todos mis hermanos, que son 22, soy el único que llegó a la universidad.
-Algo aprendió en la cárcel.
-El Servicio Penitenciario genera más delincuentes, no recupera a absolutamente a nadie. Fue gracias a que estudié que cambié mi forma de ver las cosas y de pensar.
-¿Qué es lo que quiere?
-Acceso a la justicia y que se me garantice la reinserción en la sociedad. Necesito convertirme en una persona económicamente productiva para mi familia y para la sociedad. Quiero pedirle al Gobernador el acceso irrestricto a la justicia.
En una nota que tiene preparada para entregarle Daniel Scioli, Carrillo cuenta que en 1995 fue condenado “a la pena de 19 años de reclusión, sentencia que fue debidamente apelada a la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, apelación que fue remitida y desestimada al Tribunal de Casación”, por lo que realizó un reclamo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que “ordenó a los tribunales inferiores se resuelva la cuestión de fondo del litigio”.
“Con este fallo a mi favor en vez de comenzar a resolverse la cuestión judicial que aquí nos trae, los tribunales que debían actuar hicieron caso omiso a lo dispuesto por el máximo tribunal nacional y se me mantuvo en prisión por el termino de 13 años y procesado durante 16, tiempo que finalmente derivó en la extinción de la acción penal en las causas que se seguían en detrimento de quien suscribe”.
En su protesta, lo acompaña su mujer, Marta, de 47 años, a quien conoció por carta mientras estaba en la cárcel y que en estos días duerme en una carpa, a pocos metros de la jaula.
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