Un cura de la localidad de Realicó, en La Pampa, se negó a darle el sacramento a un nene sordo de 11 años que debía tomar la comunión hoy, después de seis meses de catequesis sin problemas. El sacerdote aseguró que había “un problema de comunicación” y que, como no lo entiende, “no pudo librarlo de sus pecados”.
Jonathan esperaba recibir la primera comunión hoy, pero el jueves toda sus ilusiones fueron pisoteadas por una decisión inexplicable e insólita del sacerdote, que se negó a darle el sacramento “porque el niño no está preparado y no lo entiende al momento de confesarlo”, según contó su mamá, Laura Wendel, al diario El Puntal, de Córdoba.
Este nene es oriundo de Washington -a escasos kilómetros de Vicuña Mackenna-, en Córdoba, pero vive en una población pampeana llamada Van Praet, lugar al que llegó por el trabajo de su papá hace seis meses.
Una vez que su familia se instaló en el pueblo, el nene empezó a tomar clases de catequesis dos veces por semana. Pero ahora, que llegaba el tiempo de los festejos, el sacerdote que asiste espiritualmente a la pequeña comunidad pampeana, Héctor Cuchietti, le informó a la mamá que no le dará la comunión porque “no había podido entenderse con el pequeño” y que, por lo tanto, no pudo confesarlo y “librarlo de sus pecados”.
Y es que el niño nació sordo y su lenguaje es el de señas, una voz aparentemente desconocida por Cuchietti.
El chico fue a la Iglesia el jueves y volvió a su casa llorando. Su mamá le preguntó qué le pasaba y el chico le contó que el sacerdote “le había dicho que no se podían entender”. Según Wendel, el propio cura se acercó a su casa después para decirle que “existía un problema de comunicación”.
La familia, compuesta por Jonatan de 11, un hermanito de 7, la mamá y el papá, acaba de mudarse a Realicó hace sólo seis meses, por lo que Jonatan hizo un año de catequesis en la modalidad de un curso reducido.
“Estaba yendo a catequesis para poder tomar la comunión como todo niño normal. Iba a recibir el sacramento el 1° de diciembre. El martes fue a la iglesia y estuvo todo bien, el miércoles me trajeron la túnica para poder probársela. El nene tuvo que volver el jueves y regresó con lágrimas, diciendo que no iba a tomar la comunión”, relató la mujer.
Cuando el cura se presentó en su casa para darle los motivos de su decisión, Wendel le respondió “que los grandes somos quienes tenemos que entender y poner un poquito de buena voluntad, para comunicarnos con chicos como él, porque nadie merece ser discriminado”.
Según contó al diario pampeano La Arena, su hijo fue muy bien recibido en el pueblo y es querido por la gente. “No le hace solo daño a él, sino a muchos chicos. Lo peor es que lo discriminó una persona mayor”, se lamentó.
Además, la mujer destacó que el nene no había tenido problemas con el catequista, que le había informado al cura que el chico estaba preparado para recibir el sacramento.
“Hoy la discriminación nos toca de cerca, pero yo voy a luchar por los derechos de mi hijo”, dijo la mujer, decidida a enfrentar la situación: “el nene tiró los libros de catequesis y me dijo que no iba a volver a la iglesia. Pero voy a buscar otro camino porque quiero él vuelva a tener esa ilusión. Es lo más difícil, porque está perdiendo esos valores que se le fueron inculcando. Le cerraron las puertas cuando en las clases de catequesis le enseñan que no hay que discriminar”.
Y afirmó que “como él no puede expresar lo que le pasa, lo voy a hacer yo, para que sepan valorar y apreciar a los chicos que tienen capacidades diferentes, porque si discriminamos a una persona así, es porque no tenemos ni mente ni corazón”.
El obispo de Córdoba, de donde es oriunda la familia, recibiría al nene en Villa Huidobro para que pueda tomar la comunión.